Don Laureano
Luis Santos, dise?ador gr¨¢fico de este peri¨®dico, me env¨ªa un PAIS unipersonal que se ha inventado estas navidades para felicitarnos. Gracias, Luis, que por ti s¨¦ que es Navidad y les voy a contar a los desocupados lectores un cuento navide?o.La cosa va, de don Laureano L¨®pez-Rod¨® y me han hecho asistir a ella directamente, como unas brujas buenas de un Macbeth con bufanda, ciertas mujeres abogados/as. Es un rollo ilustrativo con respecto de la pretensi¨®n de don Laureano de ocupar una plaza en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislaci¨®n. La sociedad en general y la Jurisprudencia y la Legislaci¨®n en particular, vestidas de alegor¨ªa y muy tarascas, llenas de toda la belleza que da la justicia, se oponen al ingreso del pretenso misacantano. La Jurisprudencia y la Legislaci¨®n, integradas en la rueda nocturna de mis brujas diurnas y democr¨¢ticas, tienen carita guapa de modelos de Coullat-Valera y el gesto resping¨®n de la feminista que no traga:
-Lo siento, don Laureano -le digo por Telstar-, pero es que se ha pasado usted por el otro extremo. Los machistas ya no molan, pero los c¨¦libes mediante voto es que molan lo que-se dice poqu¨ªsimo. Tenga usted en cuenta, don Laureano, que las Academias son unas cosas que se trajinan entre musas y marquesas con pieles. Asunto de mujeres. Ah¨ª no tiene usted nada que hacer. Conviene mejor una brisa viril de maduro interesante casado con forastera, y si no mire el caso de don Carlos Bouso?o en la de la Lengua. Aparte de que Bouso?o escribe como un ¨¢ngel custodio, y usted solamente como un ¨¢ngel de Torreciudad.
Lo cual que don Laureano, dispuesto a hacer carrera, quiere ocupar la vacante de don Luis Legaz Lacambra, producida en mayo, pero se la cubren en noviembre mediante don Jos¨¦ Mar¨ªa Cast¨¢n V¨¢zquez, que las se?oritas alegor¨ªas de la Jurisprudencia y la Legislaci¨®n es que no paran con el trapicheo de bien. El se?or Cast¨¢n obtuvo veinti¨²n votos, y don Laureano siete. Es como para hacerse rojo. En este mes de diciembre se ha producido en la Academia la lamentable baja de don Ursicino Alvarez Su¨¢rez, cuya plaza parece que van a disputarse los catedr¨¢ticos don Niceto Alcal¨¢-Zamora y Castillo (Procesal); Hern¨¢ndez Tejero (Romano); Gal¨¢n Guti¨¦rrez (Filosof¨ªa jur¨ªdica) y don Laureano (Administrativo: con may¨²scula, Santos, dise?ador, cuerpo, no vaya a coger el cabreo m¨ªstico nuestro opositor).
A Alcal¨¢-Zamora le apoyan Garrigues-D¨ªaz Ca?abate, Prieto-Castro, Becerril y casi toda la ilustre basca jurisperitolegislativa. Durante el pasado verano, la alegor¨ªa de la Jurisprudencia y la alegor¨ªa de la Legislaci¨®n, que son dos se?oritas alegor¨ªas con mucha marcha progre, han volado aleg¨®ricamente para seguir a don Laureano, que ha visitado, punto por punto, balneario por balneario, terrha por terma, fuente salut¨ªfera por fuente salut¨ªfera y casa por casa o casino por casino, a todos los acad¨¦micos de n¨²mero, siolicit¨¢ndoles su voto con modestia apost¨®lico/ romana. Es lo que cuentan las se?oras de la limpieza del Palacio de Justicia que han o¨ªdo trapichear a las alegor¨ªas Jurisprudencia /Legislatura, m ?e ntras les quitaban el polvo de las alas.
Ah¨ª est¨¢n, en esa Academia, Garc¨ªa-Valdecasas, Vallet-Goytisolo, Pem¨¢n, S¨¢nchez Agesta, Hern¨¢ndez Gil, don Rodrigo, Garc¨ªa de Enterr¨ªa y en este plan. Nombres todos que ponen espanto y admiraci¨®n en mi boca. Quiz¨¢ hoy un jurista frustrado, por la fruici¨®n con que le¨ªa el Derecho Romano de mi primo, escolando en Valladolid, fascinado por la prosa y la equidad del libro, como hoy por estos nombres, y entre ellos mi querido don Joaqu¨ªn Garrigues, maestro literariomercantil de Delibes, que ha poco me regal¨® una oliv¨¦tica a todo color. Pero don Laureano hizo voto contra la mujer y la mujer no perdona ni siquiera en plan alegor¨ªa.
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