Lazaro Carreter "Quevedo encarn¨® la idea imperial de Carlos V"
Debate de historiadores y literatos con motivo del IV centenario del autor de "El busc¨®n"
Un intento de revisi¨®n del significado pol¨ªtico de Francisco de Quevedo, en su actitud intelectual frente al desmoronamiento del imperio espa?ol durante el siglo XVII, fue esbozado por el acad¨¦mico Fernando L¨¢zaro Carreter, en el curso de la primera cena con argumeto que organiz¨®, el d¨ªa 22, en Madrid, la Fundaci¨®n de Estudios Sociol¨®gicos (Fundes), con ocasi¨®n del IV centenario del nacimiento del genial espa?ol.
Entre los comensales se encontraba Jorge Luis Borges, a quien las opiniones sobre Queved¨® y, en particular, sobre el Quevedo pol¨ªtico no le interesan demasiado, al aclarar que ?no sabemos lo que quiso decir cuando escribi¨® "su tumba son de Flandes las campanas y su epitafio la sangrienta tumba"?, como uno de los muchos ejemplos de su indescifrable forma conceptista.La tesis de L¨¢zaro Carreter acerca de Quevedo es que fue la ¨²ltima encarnaci¨®n de la idea imperial de Carlos V, en un momento de contrarreforma y medievalizaci¨®n de la cultura espa?ola, frente a la gloriosa separaci¨®n de lo divino y lo profano, iniciada en Europa a partir del Renacimiento y culminada con Calvino.
L¨¢zaro Carreter agreg¨® que Quevedo fue un reaccionario que apoy¨® la unidad de Espa?a cuando la rebeli¨®n de Catalu?a, y atac¨® a las fuerzas que intentaban modernizar la patria y reconvertir el imperio como el v¨¢lido de Felipe IV, el conde duque de Olivares -?una especie de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez?-, que encarn¨® en la mente de Quevedo la figura de Maquiaveio, del diablo y de Richelieu.
Mon¨¢rquico ¨ªntegro, que odiaba a Venecia y G¨¦nova como rep¨²blicas, Quevedo pens¨® que el rey era quien ten¨ªa que salvar a Espa?a, restituir su fuerza perdida y la idea del imperio.
Al regresar de sus viajes por el extranjero, durante los cuales vio la ruina de Espa?a, el joven pol¨ªtico ambicioso y snob que elud¨ªa enfrentarse con los poderosos, decidi¨® entrar en la conjura contra el valido porque, a su juicio, expoliaba a Espa?a con su pol¨ªtica fiscal.
Elogio del pasado
Juli¨¢n Mar¨ªas dijo que la ?cr¨ªtica de Quevedo fue cr¨ªtica del presente y elogio del pasado, contra los noveleros y sediciosos?, y se refiri¨® a la debilidad espa?ola por la vacilaci¨®n de las mentes espa?olas acerca de su propio pa¨ªs como conjunto.El historiador Luis D¨ªez del Corral asinti¨® en que Quevedo quiso revivir la Espa?a de los ideales de los grandes secretarios que tuvo Carlos V, y Jos¨¦ Mar¨ªa Alfaro dijo: ?Fue un puro y simple reaccionario, lo que hoy se llama un ultraderechista, que entend¨ªa el imperio como revoluci¨®n intelectual. Es el ¨²ltimo imperialista con una pluma en la mano?.
Jorge Luis Borges dijo que ?los objetos verbales de Quevedo viven" y seguir¨¢n viviendo mientras dure la nostalgia del lat¨ªn?, en discordancia con Cervantes, que cre¨® personajes como Alonso Quijano -?que trata de ser Quijote y a veces lo logra?-, que forman parte de la memoria de los hombres, aun en el caso de que sus libros llegasen a desaparecer.
Asistieron a la cena, entre otros, el ministro de Cultura, I?igo Cavero Rosa Chacel, Od¨®n Alonso, Pedro Sainz Rodr¨ªguez, Luis Rosales y Fernando Chueca Goitia.
Babelia
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