"Los toros se caen porque han perdido casta", seg¨²n el ganadero Victorino Mart¨ªn"
?El toro de los ¨²ltimos a?os ha perdido casta, y el de 1980, m¨¢s a¨²n?. En esta degeneraci¨®n -en cierto pasaje de la entrevista lo llam¨® degeneraci¨®n- justifica Victorino Mart¨ªn la ca¨ªda de las reses. Es decir, que ya se despej¨® la inc¨®gnita; ya conocemos el misterio de por qu¨¦ se caen los toros.?No, no, esa es una opini¨®n m¨ªa. Cient¨ªficamente, a¨²n no sabemos nada. Llevamos gastados los ganaderos en este problema cincuenta millones de pesetas en cinco a?os, y los investigadores a¨²n no nos han dado una respuesta aceptable. No importa que diga que estamos algo molestos con Investigaciones Cient¨ªficas por este motivo. Nos han mandado unos escritos, s¨ª, que, por otra parte, no entendemos: mucho tecnicismo, mucha cosa, pero los resultados no llegan. ?Y son cinco a?os! ?.
Quiz¨¢ el remedio lo tenga el propio Victorino, pues sus toros habitualmente no se caen. Fue llamativo lo que ocurri¨® en la feria de San Isidro. Se ca¨ªan casi todas las corridas (?la de Pilar Poblaci¨®n no, ?eh??), bueno, la de Pilar Poblaci¨®n no, y lleg¨® la de Victorino, entera y verdadera, con un empuje y una fortaleza que a¨²n parecieron mayores, por el natural contraste con lo sucedido en las tardes anteriores, tan escandalosas... Hubo quien sospech¨® que ah¨ª hab¨ªa gato encerrado. ?Pues yo no tengo la culpa. oiga. Mi corrida no se cay¨® porque mis toros son as¨ª, fuertes, y sobre todo tienen casta y personalidad?.
?Cree el ganadero que los victorinos son los toros con m¨¢s personalidad de cuantos se lidian actualmente? ?Si m¨¢s o si menos, eso no lo s¨¦; en cambio, puedo decir que las ¨²nicas divisas con personalidad son, hoy por hoy, las de Miura, Pablo Romero y la m¨ªa. Aunque hay tambi¨¦n otros ganaderos a quienes admiro. Por ejemplo, este a?o ha salido muy bueno lo de Juan Pedro Domecq, y en particular el toro de la corrida de Beneficencia, me encant¨®?.
Estaba por aquellos d¨ªas Victorino Mart¨ªn en su nueva faceta de veedor, fichado por Berrocal. O, mejor dicho, reci¨¦n salido del puesto, que ejerci¨® desde principio de temporada hasta terminar la feria de San Isidro. ?Por qu¨¦ lo dej¨®? ?Digamos que a Berrocal y a mi ya no nos interes¨® continuar la relaci¨®n profesional. Pero fue una experiencia muy interesante que no me importar¨ªa repetir el a?o pr¨®ximo en Las Ventas. Yo no acept¨¦ el trabajo por dinero, sino por hacer un bien a la fiesta, a la que entiendo se debe ayudar desde dentro. Eleg¨ª lo mejor que hab¨ªa en las ganader¨ªas, al gusto de la afici¨®n de Madrid, a pesar de que cont¨¦ con un tiempo muy escaso para ver las reses. Si luego muchas se cayeron, no es culpa m¨ªa. Y otra cosa ocurri¨®: vi y seleccion¨¦ en el campo toros perfectamente astifinos todo lo que compr¨¦ era astifino- y varios de ellos. al desembarcarlos en Las Ventas, ven¨ªan mochos. No hay derecho, hombre. Yo acabar¨ªa en seguida con el afeitado; la autoridad lo tiene f¨¢cil: basta con sancionar a los tres elementos que supuestamente intervienen en el fraude: torero, empresario y ganadero, e inhabilitar a los reincidentes?.
Las lacras de la fiesta
Afeitado y ca¨ªdas son, nos dice Victorino, las lacras de la fiesta. Y luego -a?ade- todo se podr¨ªa mejorar en el espect¨¢culo; por ejemplo, hay que vigilar severamente las cuadras de caballos de picar y los petos; redistribuir las plazas para que cada empresario s¨®lo explote una; terminar con las exclusivas de toreros; promover que los municipios subvencionen el espect¨¢culo. ?La fiesta?, explica, ?es muy cara, mas en lo que se refiere al ganado, dif¨ªcilmente se podr¨ªa abaratar. Todo aquel que venda cada corrida por dos millones de pesetas pierde dinero. Esto, con car¨¢cter general. Porque si, encima, viene un a?o malo en el campo como es el presente, a morir por Dios?.Cinco corridas lidiar¨¢ Victorino en 1981, pr¨¢cticamente en las mismas plazas que el a?o anterior, empezando por la de Madrid. ?A cu¨¢nto dinero? Se r¨ªe Victorino y no contesta. Apuntamos una cifra. ?Ja, ja, ja? y de ah¨ª no le sacas. Pero sabemos, ja, ja, ja, que por su corrida de Madrid cobr¨® 4.500.000 pesetas, mientras el ?silguiente clasificado?. Domecq, cobr¨® 2.700.000. ?Lo que hace falta es que embistan mis toros como lo han hecho en la ¨²ltima temporada.
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