Los avales de Taurina Hispalense est¨¢n en la Diputaci¨®n
El canon de 161 millones es parte de un negocio de envergadura
Los avales de Taurina Hispalense, garant¨ªa del pago del arreadamiento de Las Ventas para la temporada 1981, tuvieron entrada en la Diputaci¨®n a finales de la pasada semana. Aunque el d¨ªa l¨ªmite para la entrega de estos documentos era el 20 de diciembre, la recepci¨®n estuvo dentro de plazo, pues vale la fecha en que fueron depositados en Correos (por cuyo conducto se hizo el env¨ªo), que fue precisamente el d¨ªa 20.El acto de entrega de avales en nada modifica el curso del expediente de cumplimiento de contrato por parte de Taurina Hispalense, que sigue en estudio en la Diputaci¨®n y que se espera quedar¨¢ concluido dentro de la presente semana. De su resultado depende que haya o no rescisi¨®n y que, en su caso, se convoque concurso para la explotaci¨®n de la plaza.
Este concurso, seg¨²n ha podido saber EL PAIS, limita el canon de arrendamiento a una cuant¨ªa razonable, y paralelamente promociona la fiesta de toros en Madrid. Se trata, en definitiva, de que el adjudicatario ofrezca una temporada taurina m¨¢s prolongada y m¨¢s rica en n¨²mero y calidad de los festejos que cuantas se han producido en los ¨²ltimos a?os, con lo cual la Diputaci¨®n satisfar¨ªa una antigua y permanente aspiraci¨®n de los aficionados madrile?os, que a su vez apoyan todos los estamentos de la fiesta.
Mientras tanto, como es obvio, Berrocal y restantes socios de Taurina Hispalense persisten en su voluntad de continuar con Las Ventas. Uno de los principales argumentos que aducen para presentar como justa su permanencia es que pagaron puntualmente la renta, que asciende a la respetable cifra de 161 millones de pesetas. Berrocal lo proclama, con apabullante reiteraci¨®n, como si se tratara de un donativo a fondo perdido, y manipula el dato para hacer el papel de v¨ªctima. Pero la realidad es que, en contrapartida del pago del alquiler, ingresa por taquilla alrededor de cuatrocientos millones, m¨¢s otras sustanciosas cantidades en concepto de publicidad; compra reses en libre mercado, contrata toreros, alcanza muy altos niveles de influencia dentro del concierto taurino que pueden traducirse en negocio y, en definitiva, dispone para su uso de uno de los m¨¢s importantes locales de espect¨¢culos que hay en el pa¨ªs, con aforo de 25.000 localidades, situado en un lugar c¨¦ntrico y en el marco de una populosa barriada madrile?a, donde puede dar, adem¨¢s de toros, desde zarzuelas o combates de boxeo, hasta conciertos de rock o m¨ªtines pol¨ªticos.
Es decir, que el pago de 161 millones no es un altruismo de Berrocal hacia la Diputaci¨®n o el pueblo de Madrid, sino la parte de riesgo de un negocio de gran envergadura, que ¨¦l y sus consocios asumen voluntariamente y para cuya explotaci¨®n se constituyeron expresamente en sociedad. La actividad que desempe?an es puramente mercantil y no pueden ahora la mentarse de la cuant¨ªa de un canon que ellos mismos fijaron para ganar a toda costa una subasta a la que concurrieron otras empresas.
Pero el canon no lo es todo en el contrato de arrendamiento, que tiene otras estipulaciones, varias de las cuales se refieren al prestigio de la plaza, categor¨ªa de los espect¨¢culos, derechos del p¨²blico y seriedad en la gesti¨®n, las cuales llegan a tener a¨²n m¨¢s importancia que el propio canon. La vigilancia de su cumplimiento es obligaci¨®n y derecho irrenunciables de los diputa dos, en su calidad de administra dores de la propiedad del inmueble. Y esta responsabilidad la han asumido plenamente. De aqu¨ª puede surgir una nueva y esperanzadora etapa para la fiesta de los toros.
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