El Comit¨¦ Central del PCE andaluz podr¨ªa aceptar hoy la dimisi¨®n de Soto
El Comit¨¦ Central del Partido Comunista de Andaluc¨ªa (PCA) podr¨ªa aceptar la dimisi¨®n de su secretario general, Fernando Soto, y mantener en el cargo al secretario provincial de Sevilla, Juan Bosco D¨ªaz-Urmeneta, en la reuni¨®n que comienza esta ma?ana en Ja¨¦n y a la que tiene, en principio, previsto asistir Santiago Carrillo. Despu¨¦s del PSUC, el PCA es la organizaci¨®n comunista m¨¢s importante de todo el pa¨ªs, por su implantaci¨®n social e influencia pol¨ªtica.La oposici¨®n a la gesti¨®n de Soto ha aumentado considerablemente en el seno del PCA despu¨¦s de que ¨¦ste anunciase su intenci¨®n de dimitir y pidiese la adopci¨®n de medidas disciplinarias contra D¨ªaz-Urmeneta, acus¨¢ndole de deslealtad, enga?o y mala fe (v¨¦ase EL PAIS de 2-1-1981). Otros dirigentes comunistas, sin llegar a cuestionar la permanencia de Soto, consideran inadmisible el procedimiento elegido por ¨¦ste para dirimir sus discrepancias con el secretario de Sevilla.
En estos medios se estima que las diferencias Soto-Juan Bosco D¨ªaz deber¨¢n ser resueltas mediante la convocatoria de una conferencia provincial extraordinaria en Sevilla y no por decisiones administrativas tomadas por arriba. En la ¨²ltima reuni¨®n del Comit¨¦ Ejecutivo del PCA, el veterano l¨ªder comunista Manuel Ben¨ªtez, alcalde de Dos Hermanas y uno de los comunistas andaluces que m¨¢s tiempo permanecieron en las c¨¢rceles franquistas, lleg¨® a comparar la propuesta de Fernando Soto con las purgas pol¨ªticas realizadas en el PCE en los a?os cuarenta, en pleno auge estalinista.
De acuerdo con estas fuentes, los planteamientos cr¨ªticos hacia el secretario general son compartidos por los secretarios pol¨ªticos de C¨¢diz, M¨¢laga, C¨®rdoba y Ja¨¦n (y, obviamente, Sevilla). Hay que subrayar, sin embargo, que Soto cuenta con el apoyo, entre otros, de los secretarios de organizaci¨®n y prensa del PCA, Francisco Acosta y Antonio Iglesias, respectivamente; el secretario general de CC OO de Andaluc¨ªa, Eduardo Saborido, y el secretario de organizaci¨®n de la misma central, Antonio Rodrigo. Los tres primeros son, a su vez, miembros del Comit¨¦ Central del PCE.
Volviendo al documento de Soto, que curiosamente fue entregado a EL PAIS por iniciativa propia de dos dirigentes comunistas que mantienen posiciones enfrentadas en esta crisis-, sus acusaciones contra Juan Bosco D¨ªaz van desde la de haber preparado su candidatura a secretario provincial en reuniones ajenas a los cauces org¨¢nicos del PCA hasta la de no informar de los acuerdos del comit¨¦ ejecutivo, del que forma parte; desprestigiar a este organismo, apoyarse en militantes que se jactan de acusar a la direcci¨®n del PCE de ?socialdem¨®crata?, despreocuparse de potenciar la actividad de las agrupaciones y comit¨¦s y haber alentado el abucheo de que fue objeto Alejandro Rojas-Marcos a la salida del famoso pleno de la Junta de Andaluc¨ªa en el que se rechaz¨® la v¨ªa del 144.
Cap¨ªtulo aparte merecen las acusaciones contra la pol¨ªtica puesta en pr¨¢ctica por la Delegaci¨®n de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, en manos comunistas, con el visto bueno del secretario provincial. ?Se avecina un estrepitoso fracaso en este enfoque urban¨ªstico, que la mayor¨ªa de los propios concejales no comparte, que se enfrenta a los criterios del colegio de arquitectos, a los promotores (no s¨®lo a los grandes), que encarece al final la vivienda en el centro de la ciudad y coadyuba a reducir el empleo?, se lee en el documento.
Tras denunciar su marginaci¨®n durante la reciente campa?a electoral al Senado, Fernando Soto subraya: ?En la vida del partido se puede dar algo m¨¢s sutil que aquello de ser agente de tal o cual centro de poder, sea ¨¦ste de los yanquis, de los alemanes, de Mosc¨², Pek¨ªn o el Vaticano, algo m¨¢s fino que la figura del infiltrado. Alguien puede estar en el partido, aparecer disciplinado, trabajador y hasta innovador, pero para hacer otra pol¨ªtica ajena a la del partido, para servir otros intereses, incluso de egolatr¨ªa o de lo que sea?. Y termina: ?Se trata ahora de sanear, de curar, de unir al partido en la aplicaci¨®n de su pol¨ªtica revolucionaria?.
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