Violencia indiscriminada de la extrema derecha en Valladolid
Pr¨¢cticamente todo el abanico pol¨ªtico democr¨¢tico de Valladolid ha sido en los ¨²ltimos tiempos v¨ªctima de la violencia de extrema derecha. No s¨®lo han sufrido agresiones militantes o locales de organizaciones pol¨ªticas de izquierda, sino que hasta la sede de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, o la propia persona del actual gobernador civil, fueron en su d¨ªa objetivo de las iras ultras.Valladolid, una capital crecida al comp¨¢s del desarrollo industrial, con alcalde socialista, es hoy para¨ªso de unos grupos minoritarios que tratan, por la fuerza, de resucitar la hegemon¨ªa fascista que en su d¨ªa tuvo la ciudad, cuna de hist¨®ricos falangistas como On¨¦simo Redondo, Jos¨¦ Antonio Gir¨®n de Velasco o Dionisio Mart¨ªn Sanz. Desde octubre de 1979, dos meses antes del incendio provocado contra la sede del Movimiento Comunista, que origin¨® la muerte de dos ancianos, han sido incesantes las acciones de violencia (asaltos, incendios, explosiones de bomba y agresiones a personas) que ha padecido la ciudad.
Pocas son las calles del centro de Valladolid cuyos edificios no est¨¢n marcados por el cartel o la pintada ultraderechista (a veces con frases insultantes contra las altas magistraturas del pa¨ªs). Fuerza Nueva, Fuerza Joven, Frente Nacional de la Juventud, Cedade, Comuni¨®n Tradicionalista y las fantasmas siglas de los Grupos Armados Revolucionarios (GAR), con las que ¨²ltimamente se reivindican las acciones de la extrema derecha, forman parte del largo rosario de nombres ultras que el ciudadano est¨¢ obligado diariamente a contemplar a su paso por las calles.
Hasta hace escaso tiempo hab¨ªa en Valladolid n¨²cleos urbanos pr¨¢cticamente acotados por miembros de estas organizaciones. La calle de Francisco Su¨¢rez destacaba, hasta la aparici¨®n de patrulleros de la polic¨ªa, como la zona nacional m¨¢s peligrosa e inaccesible para toda aquella persona que disintiera de estos grupos, y todav¨ªa hoy existen bares, como Molinero, en pleno centro de la ciudad, al que muchas personas evitan entrar en prevenci¨®n de posibles incidentes.
Numerosos dirigentes de izquierda han acusado a la polic¨ªa de inhibici¨®n e ineficacia en la lucha contra la violencia ultraderechista. Y en ocasiones se han dado nombres de funcionarios del Cuerpo Superior de Polic¨ªa que mantienen amistad, desde tiempo atr¨¢s, con destacados dirigentes de estas organizaciones. Lo cierto es que se han producido detenciones a personas de extrema derecha que el juez casi siempre ha puesto en libertad, pero nunca en relaci¨®n con incidentes de claro car¨¢cter terroristas, como son los incendios de locales pol¨ªticos, colocaci¨®n de artefactos o el tiroteo realizado contra el bar El Largo Adi¨®s.
Situaci¨®n preocupante
El alcalde de Valladolid, Tom¨¢s Rodr¨ªguez Bola?os (PSOE), ex trabajador de FASA, comentaba a este peri¨®dico que Valladolid es una ciudad que, aparentemente no debe de tener conflictividad, y acusaba a la extrema derecha de estar generando violencia. ?Valladolid tiene una aureola fascista que se debe a determinadas connotaciones hist¨®ricas. Fue cuna en su momento de la reacci¨®n negra?.
En opini¨®n del alcalde, la situaci¨®n es preocupante por la reacci¨®n que puede traer consigo. ?Valladolid no es una ciudad de extrema derecha y, por tanto, lo que est¨¢ ocurriendo podr¨ªa dar lugar a grupos de autodefensa que puedan actuar de forma violenta. Y esto es muy peligroso en un Estado democr¨¢tico de derecho?.
Rodr¨ªguez Bola?os cree que la ciudad que dirige no es tan grande para saber qui¨¦nes ostensiblemente han hecho alardes de situaciones violentas, y centra la conversaci¨®n en la actuaci¨®n de la polic¨ªa. ?En m¨¢s de una ocasi¨®n hemos mantenido reuniones con el gobernador civil y mandos policiales, y en todo momento hemos mostrado nuestra preocupaci¨®n por lo que est¨¢ ocurriendo en nuestra ciudad. No quiero decir que la polic¨ªa sea la culpable, pero estamos sorprendidos de que personas violentas que son detenidas est¨¦n al poco tiempo pase¨¢ndose por las calles. Esto hace que las bandas ultras est¨¦n crecidas. Con ello no tengo m¨¢s remedio que decir que las fuerzas encargadas de la seguridad no lo est¨¢n haciendo con eficacia. Valladolid no es el Pa¨ªs Vasco, ni tiene caser¨ªos aislados, ni refugios clandestinos... Estas personas siguen alternando en bares y zonas conocidas y nadie les dice nada?.
Uno de los temas que m¨¢s preocupa a la izquierda en Valladolid es la amistad que, seg¨²n parece, muchos polic¨ªas mantienen con destacados dirigentes de la extrema derecha. En este sentido, un directivo del PSOE se?alaba, a modo de ejemplo, que en una ocasi¨®n llam¨® por tel¨¦fono a la polic¨ªa para comunicarle que al d¨ªa siguiente llegaba Felipe Gonz¨¢lez a Valladolid. ?La llamada era para que la polic¨ªa conociera la presencia de nuestro secretario general y adoptara las medidas de seguridad t¨ªpicas en estos casos. Nadie sab¨ªa que Felipe Gonz¨¢lez llegaba a Valladolid. S¨®lo aqu¨ª, en el PSOE, y en la polic¨ªa. Al d¨ªa siguiente apareci¨® todo Valladolid lleno de pintadas con frases insultantes contra Felipe?.
Tambi¨¦n se lamenta la izquierda de que esta ciudad no haya evolucionado cuando se produjo el cambio pol¨ªtico en igualdad de condiciones que otras capitales de provincia. Juan Colino, diputado del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE), explicaba a este peri¨®dico que en aquellos tiempos el gober
Violencia indiscriminada de la extrema derecha en Valladolid
nador Jos¨¦ Est¨¦vez (hoy gobernador civil de M¨¢laga) se defin¨ªa franquista, ?y tuvimos que pedirle Peces-Barba y yo un d¨ªa, despu¨¦s de las elecciones del 15 de junio que retirara de su despacho el retrato de Franco ?.Seg¨²n Colino, a la extrema derecha no se le puede combatir con polic¨ªas que, aunque no militan e sus grupos, coinciden ideol¨®gicamente. ?Esto se lo dijimos al anterior gobernador y se lo hemos vuelto a decir al actual: con antiguos miembros de la Brigada Pol¨ªtico Social no se puede hacer nada para combatir a los ultras?.
El parlamentario socialista insiste en que no es serio que la investigaciones sobre los recientes sucesos de la facultad de Derecho se le encomienden a un polic¨ªa ?que nos interrog¨® a m¨ª y a otros dem¨®cratas m¨¢s en el anterior r¨¦gimen?.
Diferencia de efectivos
Un funcionario de polic¨ªa, de l¨ªnea progresista, que conoce a fondo la Jefatura Superior de Valladolid, indicaba que hay un grupo de solo tres personas para combatir el terrorismo de extrema derecha en Valladolid y otro de, al menos, siete, encargado de la extrema izquierda, ?cosa il¨®gica cuando el volumen de violencia se lo apuntan los ultras?. El citado funcionario reconoc¨ªa que ?existen concomitancias afectivas en individuos de extrema derecha y funcionarios de todas las secciones de la Jefatura?.
Este funcionario cree que faltan medios humanos y t¨¦cnicos para combatir a la ultraderecha. ?Para que haya una infiltraci¨®n en estos grupos hay que traer gente nueva y quitar a los que mantienen concomitancias. Yo cre¨ªa que la Corporaci¨®n iba a sufrir una evoluci¨®n, y lo que observo es lo contrario, una involuci¨®n?.
Al frente de la Jefatura Superior de Polic¨ªa se encuentra, sin embargo, desde hace tan s¨®lo tres meses, uno de los cuatro jefes superiores de polic¨ªa m¨¢s j¨®venes de Espa?a. Se trata de Carlos G¨®mez de Ram¨®n, un hombre de 39 a?os, procedente de la Brigada Criminal (hoy Polic¨ªa Judicial), que en su anterior destino de C¨®rdoba hizo frente en varias ocasiones a incidentes de extrema derecha. En c¨ªrculos policiales se coment¨®, al ser nombrado, que G¨®mez de Ram¨®n iba destinado a Valladolid, entre otras cosas, para combatir la violencia ultra, tema que preocupa en Madrid.
G¨®mez de Ram¨®n dice que, a su llegada a Valladolid, fue informado de que en esta ciudad se detectaba un enfrentamiento de grupos radicales contrapuestos, con mayor¨ªa de extrema derecha. ?Desde que estoy aqu¨ª se puede decir claramente que no hay decantaci¨®n de zona nacional o zona roja y que la gente puede transitar libremente por la calle. Los niveles de tranquilidad se han ido superando y no se puede decir, ni lo es, que Valladolid sea el Oeste americano, un safari o el Chicago de los a?os treinta?.
El m¨¢ximo responsable policial de Valladolid indica que muchos de sus funcionarios son personas que llevan muchos a?os trabajando en la polic¨ªa y que son profesionales que han actuado con eficacia tanto en el r¨¦gimen anterior como ahora. Defensor de sus hombres, G¨®mez de Ram¨®n sale al paso de los rumores sobre algunos funcionarios a su servicio diciendo que ?a un polic¨ªa hay que juzgarlo profesionalmente y no de otra forma. El hecho de que un se?or lleve m¨¢s de doce a?os de servicio no debe de ser condici¨®n para que cese. En todo caso, si se produjera un relevo, ser¨ªa por dejar de ser eficaz. La polic¨ªa es la misma siempre y va por el delito venga de donde venga?.
G¨®mez de Ram¨®n se?ala que la polic¨ªa no puede tener ideolog¨ªa y que su actuaci¨®n debe de ser as¨¦ptica, y a?ade que ?la labor es dif¨ªcil, complicada y extensa. El n¨²mero de personal no es el id¨®neo y tenemos escasez tanto de funcionarios como de miembros de la Polic¨ªa Nacional. Espero que pronto vengan refuerzos. El n¨²mero de miembros de la Brigada de Informaci¨®n es escaso y, l¨®gicamente, mi idea es potenciar, reestructurar y remodelar el servicio con objeto de conseguir mayor eficacia?.
Para el gobernador civil, Rom¨¢n Ledesma, a quien los ultras quisieron agredir en octubre de 1979 durante el entierro de un guardia civil, Valladolid ha cambiado ¨²ltimamente, ya que se ha intensificado la investigaci¨®n y el control sobre zonas donde se produc¨ªan generalmente agresiones. Por el contrario, estima que tanto las agresiones en la facultad de Derecho como el tiroteo contra El Largo Adi¨®s constituyen un hecho aislado en la nueva situaci¨®n, aunque, en su opini¨®n, muy preocupante, sobre todo, el segundo, ?porque se han empleado armas de fuego y ha resultado herida de gravedad una persona?.
Ledesma dice que es totalmente falso que haya tolerancia, concomitancia o falta de inter¨¦s en la polic¨ªa respecto a los grupos violentos, y niega que exista una escalada de la violencia. Luis Alfonso Cid es el presidente de Fuerza Nueva de Valladolid. Recientemente sufri¨® el incendio de su autom¨®vil. Es h¨¢bil en sus declaraciones a EL PA?S, y comienza diciendo: ?La culpa de todo lo que est¨¢ ocurriendo la tiene el gobernador, que es un fascista. Valladolid se encuentra normal. Todo lo que se dice son camelos. Aqu¨ª ocurre como en todos los sitios... ?.
El representante de Fuerza Nueva dice que en la calle se comenta que el atentado contra El Largo Adi¨®s ha sido un ajuste de cuentas entre drogadictos, aunque admite que est¨¢ en contra de todo tipo de terrorismo. Seg¨²n ¨¦l, en Fuerza Nueva ingresan idealistas y aventureros. ?Los primeros se quedan y los segundos se van. No es nuestro estilo ni nuestra manera generar violencia. Yo me muevo por muchos barrios y nunca he tenido incidentes, a pesar de que han atacado en tres ocasiones mi coche. Los altercados de bares no son de ideolog¨ªas, son de copas?.
Contrario al presidente de Fuerza Nueva se expresa F¨¦lix Mario Fern¨¢ndez Calleja, miembro del secretariado provincial de Comisiones Obreras (CC OO) y uno de los integrantes de la Comisi¨®n Ciudadana Antifascista, creada para promover conciencia en la poblaci¨®n contra estos hechos. Fern¨¢ndez Calleja asegura que los grupos ultras comercian con armas y tienen campos de tiro, ?pero el problema est¨¢ en que no existen pruebas y que la gente tiene miedo a hablar. Esta ciudad es peque?a, nos conocemos todos, pero existe un gran temor ante posibles represalias?.
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