Una soluci¨®n al conflicto de las farmacias
A prop¨®sito del art¨ªculo publicado en este diario, en la secci¨®n ?Tribuna Libre?, el d¨ªa 8 de enero, y firmado por los licenciados en farmacia se?ores L¨®pez Estrada y Herrero Mu?oz, titulado ?Reflexiones en torno al canon farmac¨¦utico?, yque, a mi juicio, desvirt¨²a el problema, es mi deseo hacer algunas consideraciones.En primer lugar, nuestra indignaci¨®n no va contra los farmac¨¦uticos como personas y profesionales, de cuya honorabilidad y entrega en el cometido de su funci¨®n no dudamos, en igual medida que si de otra actividad se tratara.
Nuestra indignaci¨®n ciudadana es contra las doscientas pesetas de penalizaci¨®n o multa arbitraria que quiere imponemos el Colegio Farmac¨¦utico, si adquirimos en los tumos de guardia los medicamentos o productos que, aunque no precisan de receta m¨¦dica, es urgente y de evidente necesidad su consumo. Esto es llamar a las cosas por su nombre, sin encubrir la realidad con el eufemismo de ?canon?.
Por otra parte, me parece grotesco que mencionen la real orden de 12 de enero de 1928, para hacer valer legalmente la voluntariedad del farmac¨¦utico en el despacho de los productos en las horas de noche, que no vayan con receta. Dejando aparte la evidente fuerza de la tradici¨®n y la costumbre, el enorme crecimiento del desarrollo social, aumento de poblaci¨®n y necesidades actuales en los 53 a?os que nos distancian de esa disposici¨®n, la dejan tan obsoleta y fuera del tiempo como si identific¨¢ramos al farmac¨¦utico de hoy con el Don Hilari¨®n de La verbena de La Paloma. Estos cambios sociales tambi¨¦n los tiene en cuenta el legislador y por eso se cambian y modifican las leyes, para adecuarlas a la sociedad real en que han de aplicarse.
Pero los se?ores firmantes del art¨ªculo no argumentan seriamente, cuando a continuaci¨®n y sin sonrojo se apoyan en los pa¨ªses del Mercado Com¨²n (de tan contempor¨¢nea creaci¨®n) seg¨²n les conviene y aseguran que tienen este impuesto en las circunstancias a que me refiero; aunque nada nos d¨ªcen si en los pa¨ªses que mencionan el ciudadano no tiene otra alternativa para adquirir un analg¨¦sico -por ejemplo- en las horas de noche. Ya estamos hartos de que nos pongan de pantalla a otros pa¨ªses de Europa s¨®lo a la hora de saquear nuestros bolsillos y en ning¨²n caso sean modelo de determinados derechos o beneficios.
No quiero entrar en otros aspectos que los medios de informaci¨®n identificados con los intereses ciudadanos en este problema (entre ellos ese diario), han salido al paso de las ins¨®litas pretensiones del Colegio de Farmac¨¦uticos, d¨¢ndoles respuesta de forma certera y justa./
presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Moratalaz.
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