El V Congreso del PSUC
El V Congreso ha reafirmado el car¨¢cter plenamente democr¨¢tico del PSUC y lo ha confirmado como partido nacional y de clase que elabora con plena independencia su l¨ªnea pol¨ªtica. El Congreso se ha celebrado con luz y taqu¨ªgrafos, con plena libertad en los debates, dentro de una concepci¨®n del centralismo democr¨¢tico que, sin renunciar a la tradici¨®n leninista, debe considerarse como una evoluci¨®n sin precedentes. Quien quiera democracia debe quererla de verdad: para todos y con todas sus consecuencias. En el FISUC hace tiempo que fue superado el estalinismo y eso no es un signo de debilidad, sino de fortaleza de todo el partido, incluso su anterior secretario general que fue elegido miembro del nuevo Comit¨¦ Central con el m¨¢ximo n¨²mero de votos.Una vez m¨¢s, en el V Congreso, el PSUC ha adoptado todas sus posiciones a partir de la realidad catalana y espa?ola, teniendo en cuenta -como es l¨®gico- las coordenadas pol¨ªticas internacionales. La crisis del modelo econ¨®mico neocolonial y neocapitalista surgido de la segunda guerra mundial, y la contraofensiva imperialista para recomponer su dominio, tiene unos efectos tan evidentes sobre Catalunya que no pod¨ªan ser soslayados. Se ha caracterizado, por tanto, el marco internacional desde unas posiciones que no son pro ni antisovi¨¦ticas, sino unas posiciones de clase y nacionales; que responden a los intereses de los trabajadores y de los puetlos, por una pol¨ªtica de paz, de dlstensi¨®n y de transformaci¨®n social. Pero, aunque sea para salir al paso de los ep¨ªtetos con que me han bautizado algunos medios de Informaci¨®n, incluido EL PAIS, quisiera centrarme en los an¨¢lisis que el V Congreso ha hecho sobre la realidad catalana y espa?ola.
El V Congreso se ha caracterizado por el sentido cr¨ªtico y realista de los debates. Los comunistas catalanes hemos examinado con esp¨ªritu autocr¨ªtico el proceso de reforma pol¨ªtica en el Estado, espa?ol. Porque en el IV Congreso olvidamos la diferencia n¨ªtida entre reforma y ruptura y las consecuencias que ello iba a comportar. Lo que se dio no fue un h¨ªbrido entre reforma y ruptura, sino un proceso dirigido por el capitalismo monopolista al¨ªado a las multinacionales, de cambio en la forma de dominaci¨®n para adecuarla a las existentes en el Mercado Com¨²n y dar as¨ª salida a un r¨¦gimen hist¨®ricam-ente agotado. Esto supon¨ªa mantener lo esencial del aparato del Estado y de la estructura socioeconomica e impedir la irrupci¨®n de las masas en el proceso pol¨ªtico.
La pol¨ªtica de concentraci¨®n, inviable
La reforma no calmin¨® en las elecciones del 15 de junio, sino que continu¨® con el consenso, con la pol¨ªtica de acuerdos por arriba que expresan los pactos -le la Moncloa, en un vano intento, por parte de los comunistas, de avanzar hacia un Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tico. El error radic¨® en no advertir lo inviable de la poritica de concentraci¨®n con la correlaci¨®n de fuerzas existentes, netamente favorable a las clases dominantes.
La derecha hab¨ªa superado sus contradicciones en relaci¨®n a las perspectivas de ingreso en la CEE, hab¨ªa recuperado la iniciativa pol¨ªtica y recompuesto la relaci¨®n de fuerzas a su favor, para romper el consenso una vez cerrado el per¨ªodo constituyente y aplicar una pol¨ªtica reaccionaria para hacer frente a la crisis, carg¨¢ndola sobre las espaldas de los trabajadores.
Los efectos han sido desastrosos para las clases populares, una constante p¨¦rdida del poder adquisitivo y un aumento intolerable del paro, lo que ha provocado la desmovilizaci¨®n, el abstencionismo y una cierta desconfianza en algunos sectores respecto a sus organizaciones de clase.
Era necesaria, por tanto, una autocr¨ªtica profunda y no justificativa para renovar la pol¨ªtica. Y para ello era preciso afirmarse en los principios, en nuestro m¨¦todo de an¨¢lisis marxista, en nuestra concepci¨®n de partido de lucha y de Gobierno, que es en todo momento el m¨¢s fiel defensor de los intereses de la clase obrera y de las capas populares.
Con este sentido autocr¨ªtico hemos entrado en ¨¦l V Congreso y ello nos ha permitido salir con una alternativa viable. Tanto en las tesis como en el informe del comit¨¦ central saliente se plantean de forma rigurosa los temas de la crisis y el paro, reafirmando la necesidad de establecer una l¨ªnea de resistencia a la pol¨ªtica econ¨®mica de UCD y de la derecha catalana, como punto de partida para cambiar la relaci¨®n de fuerzas. S¨®lo as¨ª ser¨¢ posible una pol¨ªtica de alianzas que permita abrir una v¨ªa progresista de superaci¨®n de la situaci¨®n actual, de acuerdo con los intereses de la clase obrera y de la mayor¨ªa social.
Unidad de la izquierda
El V Congreso ha afirmado rotundamente la necesidad de unidad de la izquierda, aunque -captando los signos evidentes de la realidad- no ha ca¨ªdo en el recurso f¨¢cil de las formulaciones sin contenido. Hemos huido del triunfalismo que hace ver aliados donde no los hay. Por eso hemos planteado el objetivo de una Entesa popular para reconstruir una Catalu?a de progreso. La condici¨®n primera para lograrlo es que la clase obrera recupere la iniciativa pol¨ªtica. El V Congreso no ha puesto en peligro nuestra pol¨ªtica de alianzas, porque el realismo pol¨ªtico nunca fue un obst¨¢culo para encontrar aliados.
El abandono del t¨¦rmino eurocomunismo ha tenido la repercusi¨®n propia de unos tiempos en que se juega con la magia de las palabras, m¨¢s a la b¨²squeda de una imagen que de una estrategia con contenido comunista. Pero que nadie se equivoque: el V Congreso ha reafirmado la estrategia de revoluci¨®n de la mayor¨ªa, que parte de nuestra cl¨¢sica v¨ªa democr¨¢tica al socialismo. Que nadie se equivoque, porque muchos delegados que hemos votado la ?no normalizaci¨®n de una palabra? ingresamos en el PSUC cuando ya se hab¨ªa empezado a elaborar ese proyecto. Se trata de avanzar a trav¨¦s de un proceso de profundizaci¨®n y ampliaci¨®n de la democracia que configura las formas de una nueva sociedad: un socialismo pluralista, de participaci¨®n y libertad, acorde con las circunstancias hist¨®ricas que se dan en Europa occidental. Lo que se ha rechazado es la interpretaci¨®n abusiva y desnaturalizada de una palabra, a la que -m¨¢s desde el centro que desde la periferia- se quiere dar un contenido distinto, a trav¨¦s de la aplicaci¨®n concreta de una pol¨ªtica nebulosa y vacilante que conduc¨ªa al partido a la p¨¦rdida de sus se?as de identidad y de su car¨¢cter de clase. Lo que se ha rechazado es tambi¨¦n el ritual de las renuncias: renuncia al leninismo, renuncia a toda la tradici¨®n revolucionaria que ha conducido a la formaci¨®n de los partidos comunistas. En resumidas cuentas: el V Congreso ha querido recordar a todos que el PSUC fue, es y ser¨¢ siempre un partido comunista.
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