El Papa defiende la cultura como entidad nacional
El Papa Juan Pablo II, en su discurso anual al cuerpo diplom¨¢tico acreditado en el Vaticano, hizo ayer una apasionada defensa de la cultura como ?entidad nacional?, por entender que constituye ?el alma de los pueblos y sobrevive, a pesar de las condiciones adversas, todo tipo de pruebas, los cataclismos hist¨®ricos y los naturales, permaneciendo una y compacta a trav¨¦s de los siglos?.El Pont¨ªfice, dando muestras de emoci¨®n, explic¨® que se refer¨ªa a las culturas de todos aquellos pueblos antiguos que no cedieron ni siquiera cuando se encontraron frente a las civilizaciones de los invasores: ?Ellas representan para el hombre la fuente de su ser de hombre en la verdad interior de su humanidad?.
Y Juan Pablo II aludi¨® tambi¨¦n a las culturas de las nuevas sociedades, es decir, ?las que se despiertan a la vida en la comunidad de la propia naci¨®n? y que ?luchan para mantener su propia identidad y sus propios valores, contra las influencias y las presiones de los modelos propuestos desde el exterior?. En este sentido, continu¨® el Papa, ?se puede decir que la cultura es el fundamento de la vida de los pueblos, la ra¨ªz de su identidad profunda, el soporte de su supervivencia y de su independencia ?.
Para Karol Wojtyla, la cultura es como ?la vida del esp¨ªritu, la llave que abre los secretos m¨¢s ocultos de la vida de los pueblos y la expresi¨®n fundamental y unificadora de su existencia?.
M¨¢s a¨²n, la naci¨®n, dijo el Papa, ?existe por la cultura y para la cultura?. Y puso el ejemplo de su propio pa¨ªs, Polonia.
El Pont¨ªfice contestaba a un discurso de homenaje pronunciado, en nombre de todo el cuerpo diplom¨¢tico, por su decano, el embajador de Guatemala, Luis Valladares. Juan Pablo II estuvo hablando, en franc¨¦s, por espacio de tres cuartos de hora.
El Papa expuso ampliamente c¨®mo ?la vocaci¨®n de la Iglesia se refiere de forma efectiva a cada uno de los pueblos?, afirmando que las relaciones diplom¨¢ticas ?favorecen la comprensi¨®n mutua entre la sede de Pedro y cada uno de vuestros Gobiernos y pueblos?.
Regiones atormentadas
Se trata, insisti¨®, ?del apoyo mutuo en la causa de la paz, de la defensa del hombre y del desarrollo de la vida de las naciones?. Y formul¨® votos para que ?ciertas regiones atormentadas del mundo, tales como Am¨¦rica Latina, encuentren en sus ra¨ªces espirituales y humanas la sabidur¨ªa y la fuerza de avanzar hacia un sano progreso, que no reniegue del pasado y que garantice una verdadera civilizaci¨®n?.El discurso papal pas¨® revista, asimismo, a la guerra entre Irak e Ir¨¢n: ?Las v¨ªctimas que dejan su vida en la misma, los pueblos sometidos a sufrimientos y privaciones, los recursos que se reducen en ambos pa¨ªses; todo ello basta para llamar a la conciencia de los gobernantes y de los pueblos que asisten a ese drama sin reaccionar?.
Al hablar de Oriente Pr¨®ximo, el Pont¨ªfice record¨® que es imposible ?establecer una paz estable si no se tienen en cuenta, en igual medida, las exigencias de todos los pueblos interesados, de su existencia y seguridad, as¨ª como la posibilidad de sentar las bases de una colaboraci¨®n futura?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.