Manoel de Oliveira, un director cercano y solitario
Homenaje al realizador portugu¨¦s en la Filmoteca Nacional
Durante esta semana y la pr¨®xima, la Filmoteca Nacional dedica uno de sus habituales cielos al realizador portugu¨¦s Manoel de Oliveira. Con la presentaci¨®n de pr¨¢cticamente la totalidad de su obra se rinde un justificado homenaje a este autor solitario, m¨¢ximo representante de una cinematograf¨ªa diminuta, cercana y desconocida.
Por la fuerte censura del r¨¦gimen de Oliveira Salazar y el m¨ªnimo volumen de su mercado interior, la portuguesa es una cinematograf¨ªa raqu¨ªtica. A partir de la revoluci¨®n del 25 de abril de 1974 se conceden ayudas a la cinematograf¨ªa y ha aumentado notablemente la producci¨®n. La falta de una m¨ªnima estructura industrial, cuyo m¨¢ximo exponente es la existencia de cien salas de exhibici¨®n en todo el territorio nacional (diez en Lisboa), hace que el cine portugu¨¦s s¨®lo sea un fantasma y no logre tener una identidad propia. A lo largo de m¨¢s de cincuenta a?os, Manoel de Oliveira, en constante lucha contra estos elementos, ha llegado a construir una obra personal y convertirse en el autor m¨¢s representativo del cine portugu¨¦s.En el seno de una familia burguesa de Oporto naci¨® Manoel de Oliveira, a finales de 1908. Sus or¨ªgenes, el vivir y trabajar en Oporto, lejos del centro econ¨®mico e intelectual del pa¨ªs, y plantearse la realizaci¨®n de sus pel¨ªculas de una forma artesanal, hacen que su obra sea la de un individuo marginado, no integrado en un sistema de producci¨®n cl¨¢sico, y le permiten trabajar con una libertad s¨®lo restringida por la censura de Salazar y los condicionamientos econ¨®micos.
Con una clara influencia de la vanguardia cinematogr¨¢fica de la ¨¦poca, que mezcla lo documental y lo experimental, y concretamente por el trabajo de Joris Ivens, Walter Ruttmann y Germaine Dulac, en 1930 hace Douro, faina fluvial. Es un cortometraje rodado en sus ratos libres con una c¨¢mara de cuerda y realizado de forma totalmente artesanal, que incluso le lleva a revelar el negativo en un improvisado laboratorio y montarlo. Expone c¨®mo el Duero, al dividir Oporto, se convierte en un elemento de separaci¨®n que hay que salvar para restablecer la comunicaci¨®n. Se estrena cuatro a?os despu¨¦s con una banda sonora compuesta por m¨²sica, pero sin ning¨²n comentario.
Tras cinco cortometrajes de mucho menor inter¨¦s y doce a?os despu¨¦s de su primer corto, hace su primer largo: Aniki Bobo (1942). Est¨¢ basado en la novela Meninos millonarios, de Rodrigues de Freitas. Durante bastante tiempo la cr¨ªtica mundial le considera como la primera experiencia neorrealista y un antecedente directo de Sciuscia (Vittorio de Sica, 1943). Su inusitado rodaje en exteriores es m¨¢s un imperativo econ¨®mico que una necesidad del ap¨®logo moral narrado, donde unos ni?os se comportan como personas mayores y tienen una m¨ªnima relaci¨®n con los creados por De Sica.
En 1962, veinte a?os despu¨¦s de su primer largometraje, hace el segundo, O acto de primavera, donde vuelve a ocuparse de una gran diversidad de trabajos. Rueda la representaci¨®n que los habitantes de Curalha, un pueblecito de la regi¨®n de Tras-os-Montes, hacen para conmemorar la Semana Santa de un misterio del siglo XVI sobre un texto de Francisco Vaz de Guinar?es.
Producci¨®n regular
A partir de los a?os setenta, la progresi¨®n de su obra se hace m¨¢s regular y sus pel¨ªculas s¨®lo est¨¢n separadas por tres o cuatro a?os.
Benilde ou a virgen mae (1974), sobre una obra teatral de Jos¨¦ R¨¦gio, es un proyecto anterior a la revoluci¨®n del 25 de abril, pero que rueda despu¨¦s sin alteraciones. Es una cr¨ªtica de la sociedad y de la religi¨®n a trav¨¦s de la historia de una virgen de buena familia que no se sabe si est¨¢ embarazada de un hombre o del Esp¨ªritu Santo. La acci¨®n se desarrolla en los a?os treinta y est¨¢ narrada con extremada teatralidad a trav¨¦s de un juego entre lo irreal y el car¨¢cter de representaci¨®n.
Este personal estilo alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en Amor de perdi?ao (1978), sobre la popular novela de Camilo de Castelo Branco y con una duraci¨®n de cuatro horas y veinte minutos. Tiene un gran ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico, tanto en Portugal como en Par¨ªs, y es el origen de la retrospectiva que, primero en Par¨ªs, luego en diversas ciudades europeas, y ahora en Madrid, le han dedicado diferentes entidades. Integramente rodada en estudio, para alcanzar la m¨¢xima pureza en ese estilo que juega con lo irreal y la representaci¨®n, narra un melodrama de forma que desvela la realidad que esconde. En la actualidad prepara el rodaje de una comedia de humor negro basada en una obra teatral de Vicente Sanches.
La obra de Manciel de Oliveira a trav¨¦s de esta reciente revisi¨®n ha sido objeto de diferentes tratamientos cr¨ªticos. Unos la consideran como la precursora de grandes movimientos del cine europeo.
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