Fuegos artificiales, rayos l¨¢ser y precios prohibitivos para festejar la llegada de Reagan
Los festejos para celebrar la llegada de Ronald Reagan como 40? presidente de Estados Unidos comenzaron anoche en Washington, con un espectacular castillo de fuegos artificiales y rayos l¨¢ser, al lado del Lincoln Memorial. Este fue uno de los pocos espect¨¢culos gratuitos a que tendr¨¢n derecho los washingtonianos para ver llegar al nuevo inquilino de la Casa Blanca.Lejos de los actos populares que rodearon hace cuatro a?os la victoria de Jimmy Carter, donde las entradas m¨¢s caras eran a veinticinco d¨®lares, hoy, Ronald Reagan quiere dar un tono digno, elitista, al hist¨®rico momento. Etiqueta rigurosa y unos 1.500 d¨®lares (unas 120.000 pesetas) ser¨¢n imprescindibles para los escogidos que deseen participar en las cenas, bailes y galas que, se calcula, reunir¨¢n a unas 70.000 personas durante cuatro d¨ªas en Washington. La cr¨¨me de la cr¨¦me, como escrib¨ªa un comentarista del diario Washington Post.
Imposible encontrar una habitaci¨®n libre en los hoteles de lujo de la capital federal o alquilar una limousine, largos e impresionante, autom¨®viles Cadillac, utilizado, como taxis de lujo. Imposible tambi¨¦n, alquilar un chaqu¨¦, esmoquin o frac.
Muchos personajes destacado! llevar¨¢n discretamente, debajo de esmoquin, el nuevo y sofisticado chaleco antibala, inventado por lo norteamericanos, cuya fina tel, pl¨¢stica bautizada kevlar, permite parar los proyectiles disparados a corta distancia por un hipot¨¦tico criminal que con una pistola Magnum pudiera perturbar la fiesta.
Especialidades de la cocina mexicano-tejana, preferida por el vicepresidente George Bush, caramelos ¨¢cidos-cristalinos, adorados por Ronald Reagan y champana californiano Almaden blanc de blanc, figurar¨¢n en los m¨²ltiples men¨²s de almuerzos y cenas. El acto m¨¢s codiciado por la clase pol¨ªtica, dirigentes de multinacionales o, simplemente, millonarios, es la cena a la luz de las velas de hoy, domingo, en el Kennedy-Center, a quinientos d¨®lares (unas 40.000 pesetas) el plato.
Los Beach Boys
El popular cantante y actor Frank Sinatra, amigo personal del tambi¨¦n ex actor, el presidente Ronald Reagan, animar¨¢ la noche del lunes, en el Capital Center, una gala donde acudir¨¢n unas 18.000 personas, previo pago de 8.000 a 12.000 pesetas la entrada (de 100 a 150 d¨®lares). Con car¨¢cter m¨¢s popular, a 3.200 la entrada (cuarenta d¨®lares), los Beach Boys llevar¨¢n los playeros aires de las c¨¢lidas costas californianas hasta el fr¨ªo invierno de Washington.
A la jura del cargo presidencial, durante la ma?ana del martes 20, seguir¨¢ la parada multitudinaria con jinetes, orquestas y coros religiosos, que acompa?ar¨¢n al nuevo presidente y su esposa, en su paseo triunfal entre el Capitolio y la Casa Blanca. Tampoco el espect¨¢culo ser¨¢ gratuito para las 25.000 personas que quieren presenciar el desfile sentados al aire libre desde las gradas met¨¢licas.
La inauguraci¨®n presidencial m¨¢s cara de la historia de Estados Unidos, unos ocho millones de d¨®lares (640 millones de pesetas), ser¨¢ sufragada gracias al pago de precios astron¨®micos que, a fin de cuentas, seleccionan la clientela. Para el resto, castillos de fuegos, conciertos p¨²blicos y la televisi¨®n Grupos feministas, antinucleares y antirregistro obligatorio para el servicio militar, anuncian actos de protesta. No s¨®lo por el espect¨¢culo hollywoodiano que alegrar¨¢ Washington para unos cuantos. Sobre todo por la futura Administraci¨®n, que amenaza con recortes presupuestarios para la pol¨ªtica social, obst¨¢culos para la ratificaci¨®n de la enmienda constitucional que reconozca la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer o el peligro de una nueva carrera de armamentos sin l¨ªmites.
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