El cad¨¢ver de Kennedy fue manipulado antes de su autopsia
Dos f¨¦retros para una conspiraci¨®n. Este podr¨ªa ser muy bien el subt¨ªtulo del fascinante libro que en breve aparecer¨¢ en las librer¨ªas de Estados Unidos, y que la revista Time resume esta semana. Best evidence (La mejor prueba) trata de demostrar que al presidente John F. Kennedy no s¨®lo lo asesinaron, sino que su cerebro fue extra¨ªdo y vuelto a colocar en el cad¨¢ver, tras manipularle las heridas, para demostrar que la bala mortal le alcanz¨® por detr¨¢s y no por delante, como asegura el investigador David Lifton, de 41 a?os.
La teor¨ªa desarrollada por Lifton -f¨ªsico especializado en ordenadores que trabaj¨® en el proyecto espacial Apolo- se fundamenta en un testimonio hasta ahora desconocido. El cad¨¢ver de Kennedy lleg¨®, aparentemente, al hospital naval de Bethesda, dentro de un gran f¨¦retro de bronce, hacia las siete de la tarde de aquel 22 de noviembre de 1963, aunque no hizo su entrada en el edificio hasta las ocho. Pero el encargado del dep¨®sito de cad¨¢veres, Dennis David, hab¨ªa visto el del presidente, al menos media hora antes, en la mesa de la sala de autopsias. Estaba dentro de un f¨¦retro ?muy simple? y envuelto en una bolsa de pl¨¢stico.Hasta ese momento, el cad¨¢ver del presidente asesinado hab¨ªa pasado por el hospital Parkland Memorial, de Dallas -ciudad en que ocurri¨® el magnicidio-, y, tras ser examinado por m¨¦dicos, polic¨ªas y miembros de la Comisi¨®n Warren, y envuelto en una s¨¢bana, hab¨ªa sido trasladado en avi¨®n a la base a¨¦rea de Andrews, y de ah¨ª al hospital de Bethesda.
Las especulaciones sobre lo que ocurri¨® entre la salida del cad¨¢ver de un hospital y la Regada ?oficial? al otro constituyen lo m¨¢s sustancioso de La mejor prueba. Por lo pronto, el f¨¦retro de bronce lleg¨® en avi¨®n con catorce minutos de retraso (el tiempo necesario para que el cuerpo fuera trasladado a otra caja rnortuoria), seg¨²n confirma el enfado del ayudante militar de Kennedy, general Godfrey McHugh. Seg¨²n Lifton, el otro f¨¦retro fue introducido en el aparato ?de inc¨®gnito? y desembarcado de igual forma, por el lado derecho del avi¨®n, mientras las c¨¢maras de televisi¨®n recog¨ªan la recepci¨®n del ata¨²d supuestamente ocupado. El autor del libro asegura que minutos despu¨¦s de aterrizar el aparato, un helic¨®ptero militar despegaba desde el flanco derecho del avi¨®n presidencial Air Force One. Lifton cree que en su interior iba el cad¨¢ver de Kennedy y que el mismo pas¨¦ antes por el hospital Walter Reed, del Ej¨¦rcito de Tierra, y de all¨ª lleg¨®, envuelto en la misteriosa bolsa de pl¨¢stico, a Bethesda.
Esto habr¨ªa permitido a los conspiradores (que el autor relaciona con ?la rama ejecutiva del Gobierno?, incluyendo al menos al servicio secreto, en cuyas manos estuvo permanentemente el control del cad¨¢ver y de las pruebas m¨¦dicas) manipular la cabeza durante una media hora para ?despistar?, extrayendo la bala mortal, que hab¨ªa sido disparada desde delante, y ensanchar el supuesto orificio de salida para ocultar que en realidad era de entrada. Asimismo, le habr¨ªan practicado un peque?o agujero en la zona posterior, la falsa entrada, seg¨²n Lifton.
Esta teor¨ªa sirve, entre otras cosas, para conciliar las versiones contradictorias entre los m¨¦dicos que vieron el cad¨¢ver en el hospital de Dallas y los que posteriormente realizaron la autopsia en Bethesda. Los primeros encontraron una herida relativamente peque?a en el lado derecho de la cabeza, y otra peque?a en la garganta, a trav¨¦s de la cual practicaron una traqueotom¨ªa. Eso era todo. En cambio, los doctores de Bethes da describieron la herida frontal como mucho mayor, extendi¨¦ndose m¨¢s hacia arriba y hacia el centro del cr¨¢neo, as¨ª como otra mucho m¨¢s peque?a en la base posterior de la cabeza. En la garganta mostraba una cicatriz.
Una ambulancia que huye
Pero muchas cosas ocurrieron en la hora que preced-¨® a la autopsia, en Bethesda. El autor del libro en trevist¨® a los siete miembros de la guardia de honor encargados de recibir el f¨¦retro de bronce en la puerta principal del hospital. Todos coincidieron en su relato: una ambulancia de la Marina lleg¨® con el ata¨²d y se estacion¨® a un lado, mientras se esperaba a la comitiva procedente del aeropuerto. De repente, hacia las 19.05 horas, la ambulancia arranc¨® y desapareci¨® a toda velocidad, dejando a todos estupefactos. Cinco minutos m¨¢s tarde, dos agentes del FBI vieron llegar la misma ambulancia a la parte posterior del edificio, junto a la entrada del dep¨®sito de cad¨¢veres. Al pretender introducir la caja de bronce en el dep¨®sito, dos miembros del Servicio Secreto se lo impidieron durante unos minutos. Seg¨²n Lifton, para que no descu brieran que el cad¨¢ver ya estaba dentro.
A las ocho, los miembros de la guardia de honor encontraron por fin la ambulancia, con el f¨¦retro otra vez dentro. Lo transportaron hasta una antesala del dep¨®sito y esta vez s¨ª conten¨ªa el cuerpo de Kennedy, nuevamente envuelto en una s¨¢bana, como atestiguan numerosas personas.
Queda por averiguar c¨®mo sali¨® el cad¨¢ver del dep¨®sito para reencontrarse con su f¨¦retro original. Seg¨²n un informe de los dos agentes del FBI -jam¨¢s utilizado por los investigadores oficiales y que se encuentra en el archivo nacional-, en cierto momento se pidi¨® a todo el mundo que estaba en la sala de autopsias que la abandonaran y permanecieran en una habitaci¨®n contigua. Este fue el momento que los conspiradores aprovecharon para devolver el cad¨¢ver al f¨¦retro oficial, y ¨¦ste a la ambulancia.
?Un cerebro en camilla?
Un dato espeluznante sobresale en la historia: cuando el cad¨¢ver lleg¨® (la primera vez), el cerebro hab¨ªa desaparecido, seg¨²n asegura Denis David. Y Lifton dio con varios testigos que afirman haber visto una camilla transportando un peque?o objeto envuelto en una s¨¢bana. Al preguntar qu¨¦ era, el camillero respondi¨® que se trataba de un ni?o que hab¨ªa nacido muerto. En sus investigaciones, Lifton descubri¨® que ese d¨ªa no se hab¨ªa registrado ning¨²n caso similar en el hospital. De ah¨ª su alucinante conjetura: el cerebro estaba en la camilla, camino de ser reintroducido en el cr¨¢neo de Kennedy.
Por ¨²ltimo, como prueba concluyente Lifton cita al pat¨®logo que dirigi¨® la autopsia, quien asegura que cuando extrajo el cerebro, ¨¦ste se encontraba totalmente suelto. Seg¨²n la teor¨ªa de Lifton, el cerebro hab¨ªa sido manipulado por los conspiradores para retirar cualquier fragmento de bala que pudiera demostrar que los disparos no hab¨ªan sido hechos por Lee Harvey Oswald -asesino oficial- desde una ventana del edificio ante el cual acababa de pasar la comitiva presidencial cuando Kennedy fue herido de muerte. Lo que Lifton desvela es qui¨¦n fue el cerebro conspirador.
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