Las divisiones del PSP

Tan antigua y permanente es en el Partido Socialista Portugu¨¦s la guerra de las sensibilidades, dofinici¨®n con la que Mario Soares acostumbra a designar las diversas comentes de opini¨®n que se fueron aglutinando, que algunos ser¨¢n llevados, tal vez, a pensar si esa no ser¨¢ la manera espec¨ªfica de existir el partido, un atributo de su democracia interna y no la desorganizaci¨®n de que lo acusan sus adversarios. Al fin y al cabo, divergencias existen en todos los partidos o alianzas de partidos, como se ve ahora en Alianza Democr¨¢tica, y s¨®lo el partido comunista, por m¨¦todos que nadie se permitir¨¢ recomendar a otros, los evita o, por lo menos, los esconde a la curiosidad ajena. ( ... )Sin embargo, existen otros datos que, sin desmentirlo, llegan para mitigar el optimismo que por esa v¨ªa podr¨¢ tranquilizar a las huestes socialistas.

Y los datos a que aludimos se basan en la siguiente observaci¨®n: las divergencias en el seno de un partido s¨®lo ser¨¢n un hecho a contabilizar positivamente en cuanto fuesen el motor de una mejor¨ªa cualitativa de sus opciones.

A partir del momento en que no s¨®lo no provoquen mejor¨ªas, pero lleguen al punto de inhibir las necesarias opciones, no habr¨¢ ret¨®rica que llegue para hacer positivo un atributo que las evidencias demuestran que es negativo. Con otras palabras, podr¨ªamos decir que las diversas corrientes en el seno de un partido sor? ben¨¦ficas cuando concurren para profundizar los conceptos y la pr¨¢ctica del mismo. Si, en lugar de esto, desenvuelven una din¨¢mica de. antiprofundizaci¨®n, entonces el partido corre el peligro de agotarse en la pr¨¢ctica del remiendo, gastando en una reconstrucci¨®n sistem¨¢tica lo que seria necesario para su expans¨ª¨®n. (...)

20 de enero.