Las negociaciones pesqueras con Marruecos, al borde de la ruptura
Las negociaciones econ¨®micas y de pesca hispano-marroqu¨ªes, se encontraban al borde de la ruptura en la ma?ana de ayer, s¨®lo doce horas despu¨¦s de haber comenzado. Las sesiones, que continuar¨¢n hoy, domingo, parecen constituir ¨²nicamente un intento por salvar las apariencias, ya que los puntos de ambas comisiones negociadoras se encuentran muy distantes.A mediod¨ªa de ayer, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Carlos Robles Piquer, declaraba con bastante pesimismo a los corresponsales espa?oles acreditados en Rabat, que hab¨ªan surgido ?importantes dificultades de tipo econ¨®mico y aspectos negativos? en el transcurso de las negociaciones. La delegaci¨®n espa?ola se aprestaba ya a regresar a Madrid.
Al parecer, las contrapartidas exigidas por Marruecos a cambio de la prolongaci¨®n de los acuerdos pesqueros son muy importantes y superan las previsiones negociadoras de la delegaci¨®n espa?ola.
Hace unos d¨ªas, un responsable marroqu¨ª dec¨ªa a EL PA?S que ?Espa?a parece no creer que Marruecos est¨¦ verdaderamente dispuesto a llegar incluso a la ruptura de sus actuales acuerdos, si Madrid no se decide a una cooperaci¨®n econ¨®mica amplia y global?.
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Peligra la firma de otro acuerdo pesquero con Marruecos
Viene de primera p¨¢gina
Esto fue confirmado posteriormente por el diario Al Alam, ¨®rgano en ¨¢rabe del partido Istiqlal, que escrib¨ªa pocos d¨ªas antes de la llegada de esta ¨²ltima delegaci¨®n espa?ola que ?Marruecos no est¨¢ dispuesto a dar nada a Espa?a sin contrapartidas importantes?.
Pero que la delegaci¨®n espa?ola considera las actitudes de Marruecos con poco sentido de la realidad lo confirma el hecho de que un importante negociador espa?ol haya considerado para EL PA?S que esa pretendida intenci¨®n de Marruecos de llegar incluso a la ruptura no es m¨¢s que un par¨®n de Rabat.
Es evidente que el momento pol¨ªtico -Marruecos acaba de recibir a media docena de importantes, dirigentes occidentales y el papel moderado de Hassan II es hoy m¨¢s apreciado en Occidente- se presta a una sobrevaloraci¨®n de las exigencias por parte de Rabat y a una mayor firmeza en el mantenimiento de ¨¦stas.
Tambi¨¦n resulta un tanto ir¨®nico, y por lo menos inconveniente, que el Gobierno espa?ol hubiese previsto la venida a Rabat, para culminar unas negociaciones que se imaginaban exitosas, del ministro de Agricultura y Pesca, Lamo de Espinosa. Nada menos que el hombre bajo cuya competencia queda aquello que con m¨¢s vehemencia exige Marruecos y que con m¨¢s ¨¦nfasis se le niega: el tr¨¢nsito de sus c¨ªtricos destinados a la CEE por Espa?a, y aquello que con mayor ansiedad solicitamos de Rabat: la prolongaci¨®n duradera de los acuerdos de pesca.
Los acuerdos franco-marroqu¨ªes
Pero algunos datos muy importantes para estas conversaciones parecen haber escapado a los negociadores espa?oles. Y es que toda la ayuda que Marruecos viene recabando con insistencia como contrapartidas a la pesca, cooperaci¨®n en la agricultura y en la organizaci¨®n del sector pesquero marroqu¨ª, parece hab¨¦rsela dado Francia en los acuerdos firmados durante la visita reciente del primer ministro franc¨¦s, Raymond Barre.
Adem¨¢s del apoyo que prestar¨¢ Francia a Marruecos ante la CEE con motivo de la segunda ampliaci¨®n de la Comunidad para que los intereses agr¨ªcolas marroqu¨ªes, competidores de los espa?oles, no resulten perjudicados, el Gobierno franc¨¦s aportar¨¢ al marroqu¨ª una importante cooperaci¨®n en materia agr¨ªcola y de pesca.
Francia se ha comprometido a contribuir con su colaboraci¨®n t¨¦cnica a la valorizaci¨®n de 200.000 nuevas hect¨¢reas de cultivos en la f¨¦rtil llanura de Gharb y, asimismo, aunque no ha sido hecho p¨²blico ni figura en el comunicado conjunto franco-marroqu¨ª dado a conocer al t¨¦rmino de la visita de Barre, Francia dar¨¢ a Marruecos la ayuda t¨¦cnica necesaria para la organizaci¨®n y modernizaci¨®n del sector de pesca marroqu¨ª.
Tras las conversaciones hispano-marroqu¨ªes, que continuar¨¢n esta ma?ana, es muy probable! que cada parte intente limitar al m¨¢ximo los da?os y evitar separarse con un sabor a ruptura: dos pa¨ªses, vecinos no pueden permitirse ese lujo.
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