Una ley para el actual contorno socio-econ¨®mico

El centenario de la ley de Enjuiciamiento Civil se conmemora en un momento en que parece se va a producir una reforma en profundidad de la misma, hasta el punto de que podr¨ªa alumbrarse una nueva ley procesal civil. El anteproyecto que ha elaborado la Comisi¨®n General de Codificaci¨®n, actualmente pendiente de informe del Consejo General del Poder Judicial, recoge algunos de los elementos que se echan m¨¢s en falta en la actual ley de Enjuiciamiento Civil en su contacto con el actual contorno socio-econ¨®mico, como son la reducci¨®n del n¨²mero de procedimientos, que el anteproyecto fija en tres, el reforzamiento de los elementos de oralidad, la atribuci¨®n a la autoridad judicial de m¨¢s y mejores medios t¨¦cnicos y una mayor brevedad de su texto.Nacida en un mundo liberal, la ley de Enjuiciamiento Civil no recoge, sin embargo, como har¨ªa la ley de Enjuiciamiento Criminal, promulgada al a?o siguiente, la doctrina liberal, si bien respeta el derecho subjetivo de las partes y garantiza la igualdad entre las mismas. Aunque la lentitud de la justicia pueda atribuirse a la escasez de personal y de medios materiales, es lo cierto que los numerosos y complicados procedimientos establecidos en la ley de Enjuiciamiento Civil van a contribuir a que aqu¨¦lla se haga m¨¢s notoria a los ciudadanos. Y, desde luego, van a dar lugar a que surjan a lo largo del proceso, en torno a los intereses econ¨®micos en litigio, peque?os poderes subsidiarios que dan origen a un sistema de corruptelas aceptado, tolerado y, a veces, promovido por las partes. En su tiempo, la ley de Enjuiciamiento Civil represent¨® un gran adelanto frente a las farragosas y contradictorias legislaciones anteriores, pero pronto se convirti¨® en un instrumento de gran utilidad para los fines del mundo econ¨®mico: alargar los pagos y aplazar las obligaciones. Alvaro de Albornoz, cuando era ministro de Justicia durante la Segunda Rep¨²blica, ya anunci¨® la idea de hacer una nueva ley. En sus cien a?os de vida, la ley de Enjuiciamiento Civil s¨®lo ha sufrido reformas muy puntuales y concretas, sin que ninguna haya afectado a su arquitectura y armaz¨®n. Quiz¨¢s sea este el momento de elaborar una nueva ley procesal civil que, recogiendo los principios y los procedimientos todav¨ªa v¨¢lidos de la ley vigente, potencie los elementos de oralidad y rapidez.