Los "no alineados"
CUANDO LOS ministros de Asuntos Exteriores de los pa¨ªses ?no alineados? Fiagan ahora, en su reuni¨®n de Nueva Delhi, iniciada el lunes pasado, el balance de lo sucedido entre su ¨²ltima cumbre de La Habana y nuestros d¨ªas, no encontrar¨¢n posiblemente m¨¢s que datos negativos. El monopolio de la decepci¨®n de las grandes ilusiones y los amplios designios no lo tienen los pa¨ªses alineados. Y entre las degeneraciones del movimiento ?no alineado? est¨¢, precisamente, la de no poder escapar a la alineaci¨®n, unas veces por la infiltraci¨®n, la influencia y la econom¨ªa, y otras, pura y simplemente, por la fuerza. Constatar¨¢n los ministros que sus pa¨ªses han sufrido alguna invasi¨®n tan decisiva como la de Afganist¨¢n; alguna guerra mutua, como la de Ir¨¢n e Irak; alguna guerra civil mezclada de intervenci¨®n; como la de Campuchea; cambios de Gobierno, golpes de Estado, revoluciones de origen oscuro. Que se acumulan a viejas querellas fronterizas de los tiempos de la colonizaci¨®n y la descolonizaci¨®n. viejos temas, como el del cambio de frente de Egipto, o nuevos temas dudosos, como el de Chad y Libia. Aun as¨ª, todos estos hechos, que van a ser objeto de maniobras de diversas clases, de presiones y manipulaciones que llegar¨¢n hasta la cumbre de Bagdad en 1982 -de la que esta conferencia es preparatoria-, no son m¨¢s que la superficie anecd¨®tica del gran problema de fondo: la pobreza, que llega al hambre end¨¦mica; el crecimiento continuo en la distancia con los paises desarrollados; los datos fehacientes de que la cultura, la t¨¦cnica, la ense?anza, la industrializaci¨®n, siguen a?o tras a?o atenazando estos pa¨ªses. El intento de guerra econ¨®mica a partir de las materias primas, iniciado con ?el arma del petr¨®leo?, no ha dado un resultado colectivo, e incluso ha sido perjudicial para la gran mayor¨ªa, que recibe una supuesta ayuda tecnol¨®gica e industrial de los pa¨ªses desarrollados que ahora les llega encarecida por el coste de la energ¨ªa. Las derramas propuestas y realizadas por los pa¨ªses que han recibido m¨¢s dinero por su petr¨®leo no son insuficientes, sino que son pol¨ªticas, y establecen nuevas relaciones de dependencia e interdependencia dentro del propio bloque.
El impacto de la nueva guerra fr¨ªa da?ar¨¢ tambi¨¦n sus intentos de acci¨®n com¨²n. En la doctrina de Reagan ha aparecido ya el nuevo deseo de ignorar al Tercer Mundo como entidad ¨²nica susceptible de ayuda uniforme y convertir su acci¨®n en selectiva, entre malos y buenos. Si se acent¨²a la radicalizaci¨®n entre los dos grandes bloques del Este y el Oeste, se acent¨²a tambi¨¦n la divisi¨®n de los no alineados. Ya el a?o 1979, en La Habana, la divisi¨®n estaba centrada en el antiamericanismo prosovi¨¦tico representado por Fidel Castro, la alineaci¨®n con Estados Unidos que propugnaban las naciones moderadas -o de forma democr¨¢tica- y una pureza de la neutralidad que sostuvo Tito, muerto despu¨¦s. Una grave contradicci¨®n para el lema mismo de la ?no alineaci¨®n?. Puede acentuarse esa contradicci¨®n en estos momentos.
Una palabra sobre Espa?a. En 1979 acudi¨® una delegaci¨®n espa?ola a La Habana, con un car¨¢cter especial de ?pa¨ªs invitado?: esta presencia fue criticada por Estados Unidos y por los elementos m¨¢s conservadores del interior, que consideran peligroso el tercermundismo: aunque Espai¨ªa, por su situaci¨®n geogr¨¢fica o su economia, tiene intereses importantes que representar en ese grupo. Pero Espa?a no ha acudido a la preparatoria de Nueva Delhi y no hay, por ahora, el menor indicio de si asistir¨¢ o no a la cumbre de Bagdad de 1982.
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