HueIgas
Las huelgas que se vienen produciendo en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos, son una prueba clara de los objetivos que mantienen las centrales sindicales. Estas centrales niantienen unas posturas que nada tienen que ver con el bien com¨²n ni con ning¨²n tipo de bien. Se trata de la huelga por la huelgt, el absentismo por el absentismo y el fastidiar por fastidiar.Madrid es en estos momentos una feria de huelgas, los trabajadores del gas, los del Metro, muchas empresas, los panaderos de vez en vez, los controladores a¨¦reos, todos. Quien no hace hoy en d¨ªa una huelga es que no es capaz de hacer nada.Cuando pienso en esta situaci¨®n me acuerdo de las huelgas japonesas. Estas se realizan con verdadero talento, cosa que a las centrales sindicales les falta abundantemente. All¨ª, en vez de no trabajar, lo que hacen es producir m¨¢s de lo normal. De tal forma que una empresa que, pongo por caso, tiene un mercado abierto de 30.000 tornillos diarios, se encuentra de buenas a primeras con que su producci¨®n diaria es del doble. ?Qu¨¦ hacen entonces con todo el producto que no pueden vender? Los empresarios nipones tienen por eso un gran miedo a las huelgas. Resulta que no s¨®lo gastan mucho en las materias primas a emplear para la fabricaci¨®n del producto, sino que adem¨¢s ese producto no les sirve para nada, ya que no pueden venderlo. Esto es algo que hacen los hombres con una cabeza que les sirve para algo m¨¢s que para peinarse el cabello, pero en Espa?a, por desgracia, la cabeza la tenemos para poder pedir una huelga de las salvajes o elvilizadamente asesinas./
Madrid.
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