Las revisiones t¨¦cnicas de los veh¨ªculos son irrealizables
El real decreto sobre inspecci¨®n t¨¦cnica de veh¨ªculos, que public¨® el Bolet¨ªn Oficial del Estado anteayer, es una idea plausible pero ni nueva ni, desgraciadamente, aplicable en este momento y en este pa¨ªs. Para poder realizar las inspecciones que especifica el real decreto ser¨ªan necesarias unas estaciones especialmente preparadas, que no existen, y un n¨²mero de inspectores tambi¨¦n inexistente. El real decreto quedar¨¢, as¨ª, en una plausible idea, lamentablemente, irrealizable por el momento.Pero ni siquiera es una idea nueva. En teor¨ªa, al menos, desde hace mucho tiempo deber¨ªan haber funcionado estas estaciones donde poder realizar las inspecciones t¨¦cnicas de los veh¨ªculos, y deber¨ªa haber tambi¨¦n el n¨²mero de t¨¦cnicos suficientes para llevarlas a cabo. Ni una cosa ni la otra se han podido llevar a la pr¨¢ctica hasta el presente, y tampoco podr¨¢n hacerse en un futuro pr¨®ximo. Un montaje de esta magnitud no se improvisa.
De nada sirve ordenar por real decreto el parque de veh¨ªculos de este pa¨ªs, con el m¨¢ximo rigor posible, si despu¨¦s no puede llevarse a efecto. Porque, de los nueve millones de veh¨ªculos que te¨®ricamente ruedan en Espa?a -ni siquiera esta cifra es fiable, porque no existen datos estad¨ªsticos rigurosos al respecto-, las dos terceras partes, aproximadamente, tendr¨¢n m¨¢s de cinco a?os, con lo que se ver¨¢n afectados por las disposiciones del nuevo real decreto.
Por, otra parte, los veh¨ªculos de transporte tambi¨¦n tendr¨¢n que pasar reyisiones espec¨ªficas. Pero ya ten¨ªan que superar estas revisiones anteriormente para conseguir que se les renovasen las tarjetas de transporte, y, sin embargo, el estado de much¨ªsimos de ellos, con decenas de a?os y centenares de miles de kil¨®metros -se puede apreciar con facilidad por cualquier carretera del pa¨ªs-, es visiblemente lamentable. Porque el vetusto parque nacional de camiones incluye 1.300 que tienen m¨¢s de treinta a?os de vida, un millar con m¨¢s de veinticinco, m¨¢s de 3.000 que tienen m¨¢s de veinte a?os de vida y casi 33.000 con m¨¢s de quince. Casi ninguno de ellos podr¨ªa formar parte del parque de camiones de los pa¨ªses del Mercado Com¨²n.
Eso pone en evidencia que, en muchas provincias, los encargados de la inspecci¨®n t¨¦cnica de los veh¨ªculos -labor generalmente encomendada a los delegados provinciales de Industria- han tenido, cuando menos, una flexibilidad sorprendente. Una manga ancha m¨¢s propia del que act¨²a en defensa de los intereses de los directamente afectados que del encargado de velar por una imprescindible seguridad vial de dichos veh¨ªculos.
Finalmente, por lo que respecta a los veh¨ªculos nuevos, antes de ser matriculados, ¨¦stos ya ten¨ªan hasta ahora que superar una te¨®rica inspecci¨®n por parte de los ingenieros inspectores del Ministerio de Industria y Energ¨ªa. De hecho, en cada documentaci¨®n de un coche nuevo salido de una f¨¢brica nacional figura la te¨®rica aprobaci¨®n por parte del correspondiente ingeniero de Industria. Por esa te¨®rica inspecci¨®n -en realidad, por la firma con el visto bueno-, los ingenieros de Industria respectivos perciben una cantidad de dinero que, multiplicada por el n¨²mero de unidades que cada d¨ªa salen de las f¨¢bricas de autom¨®viles -cifra que, naturalmente, imposibilita una inspecci¨®n de cada unidad-, alcanza cotas Importantes.
En resumen, pues, el nuevo real decreto publicado en el BOE de ayer sobre las inspecciones t¨¦cnicas quedar¨¢, como tantos otros, en una buena declaraci¨®n de intenciones dif¨ªcilmente aplicable.
Para paliar la ausencia de las estaciones t¨¦cnicas donde poder llevar a cabo las inspecciones, la Federaci¨®n Nacional de Talleres ofreci¨® sus servicios a la Administraci¨®n. Sin embargo, ni el precio te¨®ricamente estipulado por ¨¦sta para dichas revisiones -completamente alejado de la realidad actual-, por una parte, ni la propia fiabilidad de todos los talleres, por la otra, parece haber aconsejado la aceptaci¨®n del ofrecimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.