El Papa agradece a Espa?a la evangelizaci¨®n de Filipinas
Cuatro misioneros espa?oles, torturados por los japoneses en Nagasaki, en el siglo XVII, figuran entre los diecis¨¦is m¨¢rtires beatificados ayer por el papa Juan Pablo II, en una impresionante ceremonia celebrada frente al mar, sobre la playa en la que desembarc¨® Fernando de Magallanes hace cinco siglos, y donde se dijo la primera misa en Manila, en marzo de 1521.El Pont¨ªfice se refiri¨®, en espa?ol, a los cuatro m¨¢rtires hisp¨¢nicos, en ?un debido tributo de agradecido recuerdo a Espa?a, que, a lo largo de cuatro siglos y medio, llev¨® a cabo la evangelizaci¨®n de Filipinas, haciendo de ella la ¨²nica naci¨®n de Oriente con una gran mayor¨ªa cat¨®lica?.
Junto a los 103 obispos de Filipinas, el Papa concelebr¨® la misa acompa?ado por otros veinte obispos de diversos pa¨ªses, en su mayor¨ªa asi¨¢ticos, menos un espa?ol, un franc¨¦s y un surafricano.
Los cuatro nuevos beatos espa?oles son Antonio Gonz¨¢lez, Miguel de Aozaraza, Dom¨¦nico Ib¨¢?ez de Erquicia y Lucas del Esp¨ªritu Santo. Lorenzo Ruiz se ha convertido en el primer beato filipino, despu¨¦s de haber sido el primer m¨¢rtir de su nacionalidad que entreg¨® su vida, en 1637, para testimoniar por la fe cristiana. Las campanas de todas las iglesias del archipi¨¦lago filipino tocaron a gloria a las cuatro y media de la tarde (9.30, hora de Madrid). En ese momento se soltaron palomas.
El leon¨¦s Gonz¨¢lez naci¨® en 1593, fue rector del colegio de Santo Tom¨¢s, en Manila, y en 1636 entr¨® clandestinamente en Jap¨®n, siendo inmediatamente arrestado. Muri¨® un a?o despu¨¦s, en la c¨¢rcel, tras haber sido torturado. El guipuzcoano Miguel de Aozaraza fue uno de los que le hab¨ªan acompa?ado a Jap¨®n, y junto a ¨¦l fue detenido y procesado. Tras sufrir diversas torturas y permanecer tres d¨ªas atado a un poste, fue decapitado.
El dominico Ib¨¢?ez de Erquicia, natural de R¨¦gil, localidad cercana a San Sebasti¨¢n, se traslad¨® a Jap¨®n en 1623, donde actu¨® como vicario provincial de las misiones, hasta que, denunciado por un cristiano ap¨®stata, fue ajusticiado.
Por ¨²ltimo, Lucas del Esp¨ªritu Santo, procedente de la di¨®cesis de Astorga, llevaba diez a?os trabajando en Jap¨®n cuando fue arrestado en 1633. Muri¨® asesinado, tras largas horas de tortura, a base de bastonazos y cuchilladas.
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