Reagan acoge favorablemente la propuesta de Breznev de celebrar una "cumbre" para la distensi¨®n
El presidente norteamericano, Ronald Reagan, declar¨® ayer que le parec¨ªa ?muy interesante? la propuesta del presidente sovi¨¦tico, Le¨®nidas Breznev, para celebrar una cumbre sovi¨¦tico-norteamericana, en la que se estudiar¨ªan medidas de distensi¨®n. Reagan manifest¨® que ?ahora analizaremos tales sugerencias con nuestros aliados, en tanto me he comprometido con ellos para no tratar este tema un?lateralmente ?.
El presidente, en una conferencia de Prensa improvisada, dejo entender que la respuesta, definitiva estadounidense para la celebraci¨®n de la cumbre depender¨¢ de la implicaci¨®n de la URSS en el suministro de armas a la guerrilla salvadore?a. Sobre este punto, Reagan dej¨® claro que su Gobierno ?no tiene la intenci¨®n de involucrar en un conflicto de caracter¨ªsticas semejantes al (le Vietnam?.Reagan a?adi¨® que tanto la celebraci¨®n de la cumbre como las negociaciones sobre el primer acuerdo firmado sobre armas estrat¨¦gicas (SALT I) quedan supeditadas tanto al comportamiento de Mosc¨² en El Salvador como a su actuaci¨®n general en la pol¨ªtica internacional.
En id¨¦nticos t¨¦rminos se manifest¨® el secretario de Estado, Alexander Haig, quien, adem¨¢s de calificar como ?muy interesante? la propuesta del l¨ªder sovi¨¦tico, a?adi¨® que en su sugerencia ?hay ciertas novedades e innovaciones?, dejando una evidente puerta abierta hacia una reapertura del di¨¢logo entre Washington y Mosc¨², pr¨¢cticamente interrumpido desde la invasi¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, a finales de diciembre de 1979, y considerablemente ten so desde la llegada a la Casa Blanca de la nueva Administraci¨®n del presidente Ronald Reagan.
Primer contacto
Aunque no hay fechas previstas para un primer contacto directo de alto nivel, medios diplom¨¢ticos estadounidenses recuerdan que, el pr¨®ximo 25 de marzo, sovi¨¦ticos y norteamericanos se sentar¨¢n en torno a una misma mesa, en Ginebra, para deliberar sobre la aplicaci¨®n del primer tratado SALT I (acuerdo para una limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas). Foro que probablemente sea aprovechado para un primer repaso al conjunto de las relaciones entre EE UU y la URSS.
Posteriormente, una entrevista, en territorio ?neutro?, entre Alexander Haig y su hom¨®logo sovi¨¦tico, Andrei Gromiko, formalizar¨ªa el primer eslab¨®n hacia la cumbre propuesta por Breznev.
Estados Unidos no ha desperdiciado una sola oportunidad durante las cinco primeras semanas de la presidencia Reagan para atacar, con un lenguaje ¨¢spero, cr¨ªtico y directo, las actuaciones de la URSS en todos los aspectos. No faltaron ni los calificativos de terroristas. ni de propagadores de la revoluci¨®n mundial.
Las palabras se acompa?aron de hechos, cuando Washington public¨® el pasado lunes un importante documento, destinado a sensibilizar a los gobiernos aliados y a la opini¨®n p¨²blica en general, seg¨²n el cual la URSS interven¨ªa directamente, v¨ªa Cuba y Nicaragua, en apoyo de la guerrilla de El Salvador.
Washington quiere tambi¨¦n dejar claro que todo est¨¢ ?vinculado?, que la distensi¨®n Este-Oeste no puede ser indivisible de la actitud de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en otros temas, como la intervenci¨®n en Afganist¨¢n, el apoyo a movimientos guerrilleros en Centroam¨¦rica -que ponen en peligro la influencia estadounidense en la zona- o incluso el proyecto de acuerdos bilaterales entre Mosc¨² y los pa¨ªses de Europa occidental, que no estar¨ªan ?de acuerdo? con el esquema norteamericano.
Sin embargo, despu¨¦s del aluvi¨®n dial¨¦ctico lanzado por Reagan, Haig y otros dirigentes norteamericanos, la tendencia parece inclinarse otra vez hacia el ?di¨¢logo? entre Washington y Mosc¨². La Casa Blanca promete contar con las ?opiniones? de los aliados europeos y Jap¨®n antes de lanzarse a una redefinici¨®n de sus relaciones con Mosc¨². Antes de la cumbre occidental prevista para junio, en Canad¨¢, Washington tantear¨¢ las opiniones de Europa occidental en las visitas a la capital norteamericana del ministro franc¨¦s de Asuntos Exteriores, actualmente en curso, Jean-Fran?ois Poncet; de la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher; del ministro de Asuntos Exteriores de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), Hans Dietrich Genscher, y, casi seguro, de la visita del rey de Espa?a Juan Carlos. Inicialmente programada para el pasado 17 de febrero, aplazada por la crisis pol¨ªtica espa?ola, y quiz¨¢ preparada para finales de marzo o primeros de abril.
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