Catalu?a, en la Moncloa

El presidente Pujol habl¨® de Catalu?a con Calvo Sotelo, pero su preocupaci¨®n capital era otra. Se adivina en sus palabras: ?Somos muy conscientes de que, por una parte, hemos de construir nuestra autonom¨ªa en todos sus aspectos y que, por otra, tenemos que hacerlo de tal forma que esto no se convierta en un factor de desestablilizaci¨®n de Espa?a, de cuyo equilibrio y buena marcha somos tan responsables los catalanes como el resto de los espa?oles?.Una vieja y oscurantista propaganda hab¨ªa presentado las autonom¨ªas como la anti-Espa?a. ?Puede mantenerse esta idea despu¨¦s de leer estas palabras y de haber seguido la trayectoria de la Generalitat desde su restauraci¨®n? Nunca como ahora existe la voluntad de uni¨®n desde las leg¨ªtimas e indiscutibles singularidades hisp¨¢nicas. La monarqu¨ªa, vieja en saberes, lo entendi¨® as¨ª y lo defendi¨® con noble y admirable energ¨ªa cuando salv¨® la Constituci¨®n en la noche de la duda. La monarqu¨ªa no se equivoc¨® y aqu¨ª est¨¢ el viaje de Pujol, como ejemplo de fraternidad desde su punto de partida rigurosamente catal¨¢n.(...)

6 de marzo.