Escalada de violencia en Colombia
El sue?o de Petro de la paz total es loable, pero requiere realismo y determinaci¨®n para terminar con el ba?o de sangre que es hoy la frontera nororiental con Venezuela
La creciente violencia en Colombia ha alcanzado niveles alarmantes que exigen una reflexi¨®n profunda sobre la eficacia de las pol¨ªticas de seguridad implementadas por el Gobierno de Gustavo Petro. Los enfrentamientos en la regi¨®n del Catatumbo, en la frontera con Venezuela, no solo representan una amenaza directa para las comunidades locales, que cuentan ya con decenas de miles de desplazados, sino que tambi¨¦n desnudan la fuerza de los distintos grupos criminales colombianos y las fragilidades de una pol¨ªtica enfoque que, hasta ahora, ha sido insuficiente para contener la violencia y garantizar la paz.
Los combates en la regi¨®n fronteriza han escalado hasta convertirse en uno de los episodios m¨¢s dram¨¢ticos de la historia contempor¨¢nea de Colombia. Grupos armados ilegales, incluidos remanentes de las disidencias de las FARC y, sobre todo, la guerrilla del ELN, han convertido la frontera en un campo de batalla, mientras que civiles inocentes quedan atrapados en el fuego cruzado. Estas zonas, que deber¨ªan ser espacios de integraci¨®n y desarrollo entre dos naciones hermanas, son ahora santuarios para el crimen organizado y el narcotr¨¢fico.
La incapacidad del Gobierno colombiano para ejercer control sobre estas ¨¢reas es preocupante, pero tambi¨¦n lo es la responsabilidad del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro. Caracas ha permitido que estas zonas fronterizas se conviertan en refugios seguros para grupos armados, facilitando su reorganizaci¨®n y fortalecimiento. Esta inacci¨®n, que roza la complicidad, no solo afecta a Colombia, sino que tambi¨¦n perpet¨²a el sufrimiento de las comunidades venezolanas que viven en condiciones de abandono estatal.
El presidente Petro lleg¨® al poder con la promesa de priorizar el di¨¢logo y la paz total. Sin embargo, el sue?o de una Colombia libre de conflicto est¨¢ cada vez m¨¢s lejos de materializarse. Los reiterados esfuerzos por negociar con los grupos armados se han topado con una respuesta negativa, en especial por el ELN, que ha dado innumerables muestras de no querer transitar hacia la legalidad y no han logrado desarticular las estructuras criminales que contin¨²an sembrando terror. Adem¨¢s, la estrategia de desescalar el conflicto parece haber generado un efecto inverso en algunas regiones, donde los actores armados han interpretado la voluntad de paz como una oportunidad para expandir su poder territorial.
El contexto actual demanda un cambio de rumbo inmediato. La pol¨ªtica de seguridad de Petro necesita ser revisada para incluir una combinaci¨®n de medidas contundentes contra el crimen organizado y estrategias sostenibles de desarrollo social en las regiones m¨¢s afectadas. Es perentorio que el Gobierno colombiano refuerce la presencia del Estado en la frontera, garantizar los derechos de las comunidades y asegurar que los actores ilegales no encuentren un refugio f¨¢cil en territorio colombiano.
Pero Colombia no puede enfrentar este desaf¨ªo sola. La comunidad internacional tiene un papel clave que jugar, en especial, en presionar al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro para que asuma su responsabilidad en la regi¨®n fronteriza. La indiferencia de Venezuela no se puede seguir tolerando. El sue?o de la paz total es noble, pero tambi¨¦n requiere realismo y determinaci¨®n. Si el Gobierno no act¨²a con la urgencia y contundencia que la situaci¨®n demanda, estar¨¢ condenado a repetir los errores del pasado. Y en ese proceso, los principales perdedores ser¨¢n los millones de colombianos que merecen vivir en paz y seguridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.