Fiat podr¨ªa recuperar su perdido inter¨¦s por Seat
ENVIADO ESPECIAL, Tras los primeros s¨ªntomas de que Fiat no cumplir¨ªa su parte de contrato, dados por la empresa italiana en el mes de marzo del pasado a?o la alta direcci¨®n de Seat y del INI comenzaron su estrategia para tratar de solucionar la sorprendente salida de Fiat. Una relaci¨®n de m¨¢s de veinticinco a?os se romp¨ªa bruscamente sin que aparentemente hubiese explicaci¨®n para ello -a¨²n hoy, un a?o m¨¢s tarde, sigue sin haberla-, lo que cogi¨® desprevenidos tanto a Seat como al INI.Pero en el curso de una reuni¨®n del Consejo de Administraci¨®n celebrada en el mes de marzo del pasado a?o, Fiat dio las primeras muestras de lo que posteriormente ser¨ªa su sorprendente ruptura con Seat. En aquella reuni¨®n ten¨ªa que aprobarse el mecanismo de la ampliaci¨®n de capital que deber¨ªa llevarse a cabo en el mes de mayo. Entonces Fiat dej¨® ver su intenci¨®n de no acudir a dicha ampliaci¨®n.
En el largu¨ªsimo contrato, firmado con fecha 11 dejunio de 1978 entre ambas sociedades, se especificaba que la italiana ir¨ªa cubriendo sus partes correspondientes en las ampliaciones de capital para tomar tambi¨¦n parte de las del Instituto Nacional de Industria y llegar a la mayor¨ªa absoluta del capital social de Seat. El no cumplir una cl¨¢usula tan importante como cubrir su parte correspondiente en la ampliaci¨®n de capital de mayo de 1979 era en realidad un claro incumplimiento del contrato suscrito menos de un a?o antes. La ruptura de los acuerdos era ya un hecho.
La b¨²squeda de la soluci¨®n japonesa
Tras unos primeros contactos un tanto t¨ªmidos en aquel mes de marzo -porque la postura de Fiat no ser¨ªa oficial hasta mayo-, tanto Juan Miguel Anto?anzas, por parte de Seat, como Jos¨¦ Miguel de la Rica y Carlos Espinosa de los Monteros -presidente y vicepresidente, respectivamente-, por parte del INI, comenzaron a buscar lo que podr¨ªa denominarse la soluci¨®n japonesa. No se trataba de buscar un nuevo socio que aportase dinero al capital de Seat -como en su d¨ªa aclar¨® a EL PA?S el propio presidente de la empresa automovil¨ªstica espa?ola-, sino alguien que llegase a un joint venture -aventura de riesgos compartidos- con Seat. La empresa espa?ola no estaba tan necesitada de dinero -pese a su indudable mala situaci¨®n econ¨®mica- como de un proyecto que le permitiese fabricar 150.000 unidades anuales de cualquier modelo.De esa forma, sin necesidad de despedir a ninguno de los m¨¢s de 32.000 trabajadores, Seat podr¨ªa recuperar su perdida rentabilidad. Porque, seg¨²n los c¨¢lculos de Anto?anzas, la empresa espa?ola ser¨¢ rentable cuando supere la cota de 370.000 veh¨ªculos fabricados al a?o, cifra de la que en la actualidad se est¨¢ bastante lejos, pero que ser¨ªa sobrepasada en el caso de llegar a ese acuerdo de fabricaci¨®n conjunta con otro socio industrial.
Descartados los europeos -s¨®lo el grupo alem¨¢n occidental VAG-Volkswagen-Audi podr¨ªa estar interesado, pero ¨²nicamente en forma parcial- y los norteamericanos por estar ya en Espa?a o no estar en condiciones de expansi¨®n, la ¨²nica salida viable era la aventura japonesa. Una aventura que comenz¨® con Toyota y Nissan por ser l¨®gicamente las que m¨¢s podr¨ªan estar interesadas, aunque nunca se descart¨® las restantes.
Mientras los primeros contactos tuvieron el camino claro hacia Toyota, por ser la primera multinacional nipona y segunda del mundo del sector autom¨®vil y adem¨¢s no tener presencia en Europa, lleg¨¢ndose a pensar incluso cu¨¢l podr¨ªa ser el modelo a fabricar en Espa?a -el Starlet-, los siguientes sumaron tambi¨¦n a Nissan. Esta ¨²ltima -segunda japonesa y cuarta mundial- estaba ya en contactos con la italiana Alfa Romeo, raz¨®n por la que en principio se hab¨ªa dejado un poco de lado. Pero su agresiva pol¨ªtica y el que sus gestiones con su reciente socio espa?ol, Motor Ib¨¦rica, estuvieran muy lejos de lo que los propios japoneses habr¨ªan esperado -por la deficiente gesti¨®n y exceso de atribuciones de la direcci¨®n de Motor Ib¨¦rica-, abr¨ªan una nueva v¨ªa.
Durante largos meses, en los que se incluyeron visitas rec¨ªprocas de espa?oles a Jap¨®n y de altos directivos de las dos multinacionales niponas para entrevistarse con miembros de la Administraci¨®n espa?ola, t¨¦cnicos de Toyota y Nissan recogieron infinidad de datos sobre Seat como para llegar a realizar estudios en profundidad de la empresa espa?ola.
Probable negativa de Toyota y Nissan
Sin embargo, transcurrido ampliamente el mes de diciembre pasado -plazo que pusieron voluntariamente las dos multinacionales para dar una respuesta sobre su posible asociaci¨®n con Seat-, ninguna de las dos grandes multinacionales japonesas parece interesada en llegar a un acuerdo con la empresa espa?ola.De un lado, Nissan sigue adelante con su acuerdo para fabricar un veh¨ªculo h¨ªbrido en Italia, en asociaci¨®n con Alfa Romeo, que cuando comenzaron las conversaciones con Seat estaba a¨²n en el aire. Para Nissan -en contra de ciertos comentarios-, y seg¨²n informaciones italianas, era decisivo negociar con alguien respaldado por el Estado, como es el caso del IRI -similar al INI espa?ol.
Adem¨¢s, sus problemas con Motor Ib¨¦rica podr¨ªan haber abierto los Ojos a la multinacional japonesa sobre el tipo de actuaci¨®n m¨¢s apropiada en Europa. Porque algunos meses m¨¢s tarde Nissan firm¨® un acuerdo con el Gobierno brit¨¢nico para construir una f¨¢brica en el Pa¨ªs de Gales, en la que se fabricar¨¢n, a partir de 1984 y llegando al pleno rendimiento dos a?os despu¨¦s, una cifra aproximada de 200.000 veh¨ªculos anuales. Pero en ese caso, a diferencia del proyecto italiano, Nissan no fabricar¨¢ autom¨®viles h¨ªbridos, sino enteramente japoneses, lo que ha provocado aut¨¦ntico p¨¢nico entre todos los fabricantes de autom¨®viles europeos.
Pese a su indudable pol¨ªtica agresiva, la presencia de Nissan en tantos y tan diferentes frentes pr¨¢cticamente descarta a la multinacional japonesa para llegar a un posible acuerdo de riesgos compartidos con la espa?ola Seat.
Por su parte, Toyota tampoco parece decidida a asociarse con Seat. Pese a que, en una extra?a pol¨ªtica, mantiene las conversaciones con el INI despu¨¦s del anuncio oficial de no aportar capital a Seat -seg¨²n ha podido confirmar EL PA?S, la parte espa?ola en la negociaci¨®n nunca ha pedido la aportaci¨®n de dinero como soluci¨®n, sino que ha ofrecido ¨¦sta como parte de la operaci¨®n del acuerdo por si al nuevo socio le interesa-, todo parece indicar que la primera multinacional japonesa del sector automovil¨ªstico no llegara a un acuerdo con la empresa espa?ola.
Porque el mercano norteamericano, el de mayor inter¨¦s para Toyota, puede estar asegurado para ¨¦sta gracias al reciente acuerdo con Ford, y eso le dar¨¢ a la multinacional japonesa cierta tranquilidad perdida. Una tranquilidad que se convirti¨® en alegr¨ªa cuando pareci¨® que, jur¨ªdicamente, la Administraci¨®n norteamericana no pod¨ªa frenar las importaciones de autom¨®viles japoneses. Pero que apareci¨® de nuevo cuando se pudo comprobar que s¨®lo precisan modificar ciertas normas, algo en lo que la Administraci¨®n norteamericana se afana en la actualidad.
As¨ª las cosas, s¨®lo un posible cierre generalizado de los mercados europeos -similar a los que ya existen en Francia, Italia y Espana- para los coches japoneses podr¨ªa forzar a Toyota a una asociaci¨®n con Seat. Pero, por el momento, no existe un acuerdo ni en el Consejo de Ministros de la Comunidad Econ¨®mica Europea para una postura globalizada ni en los restantes Gobiernos de los pa¨ªses implicados, para medidas particulares, aunque la posibilidad ciertamente existe.
Ante esta situaci¨®n, Fiat podr¨ªa estar interesada en recuperar su posici¨®n dentro de Seat. Fuentes pr¨®ximas a la multinacional Italiana contactadas por EL PA?S confirmaron esta posibilidad, aunque sin llegar a comprometerse ni en la fecha ni en la forma de llegar a un nuevo acuerdo.
Conflictos personales en las negociaciones
Seg¨²n las mismas fuentes, el grave enfrentamiento entre Fiat y Seat, y la posterior salida de la primera, podr¨ªa haberse producido, fundamentalmente, por un conflicto personal, que nunca debiera haber provocado una crisis de tama?as proporciones entre dos empresas. Pero la alta direcci¨®n de la multinacional italiana ha sufrido profundas modificaciones y esto podr¨ªa simplificar el nuevo entendimiento,Para Fiat, adem¨¢s, ser¨ªa muy importante que la parte espa?ola retirara su intenci¨®n de llevar su conflicto ante el Tribunal Internacional de Par¨ªs. La multinacional italiana es perfectamente consciente de las negativas consecuencias que podr¨ªa tener para ella el esc¨¢ndalo que se producir¨¢ si el caso sigue adelante. Y, para intentar evitarlo, dos de los miembros de la alta direcci¨®n de Fiat, Romiti y Beccaria, habr¨ªan venido a Espa?a a entrevistarse con los directivos del INI. Y, posteriormente, una delegaci¨®n, presidida por Carlos Espinosa de los Monteros, vicepresidente del Instituto Nacional de Industria, habr¨ªa acudido a Tur¨ªn.
Sin embargo, la reuni¨®n en la sede de Fiat, seg¨²n ha podido saber EL PA?S, habr¨ªa terminado muy mal, por la diferencia de las posturas y la intransigencia de la parte italiana en algunos puntos.
De cualquier forma, y aunque no es descartable que Fiat intente ahora s¨®lo mejorar su imagen, lo cierto es que la alta direcci¨®n de Fiat es consciente de que los contactos entre las dos empresas, a nivel de t¨¦cnicos, es constante y se incrementa cuando en la empresa espa?ola surge cualquier tipo de problemas. Tambi¨¦n que, pese a las manifestaciones de Seat de que la empresa espa?ola podr¨ªa crear sus propios modelos y su propia red internacional de ventas, esto es absolutamente inviable. Y que, en definitiva, Seat sigue necesitando de Fiat para casi todo.
Adem¨¢s, los italianos dudan much¨ªsimo que Seat llegue a un acuerdo con cualesquiera de las multinacionales japonesas. Hasta ahora, lo ¨²nico que ha hecho Seat, en opini¨®n de la parte italiana, es abrir sus puertas a los japoneses, que se habr¨¢n aprovechado ampliamente de ello para su exclusivo beneficio particular. Pese a ello, Fiat no ha puesto ning¨²n impedimento a estas inspecciones. NI siquiera ha preguntado c¨®mo piensa resolver Seat su parte correspondiente en un joint venture -acuerdo de riesgos compartidos- con una multinacional japonesa; porque Seat, seg¨²n todos los indicios, tendr¨ªa que aportar la parte mec¨¢nica del coche -el resto ser¨ªa japon¨¦s-, y esa mec¨¢nica es propiedad de Fiat.
Conscientes de todos estos antecedentes, Fiat parece haber renovado su inter¨¦s de recuperar posiciones en Seat. Frases como ?una relaci¨®n ¨ªntima de veinticinco a?os no puede romperse as¨ª? o ?estamos condenados a entendernos? se pronunciaron en muchos momentos en las diferentes ocasiones en las que EL PA?S pudo entablar contacto con Fiat. Aunque en esas mismas conversaciones se habl¨® tambi¨¦n del exceso de plantilla de la empresa espa?ola, de que su gesti¨®n no es id¨®nea y que las medidas adoptadas para intentar reducir el importante almacenamiento no han tenido el efecto deseado.
Pero si, pese a todo, en la multinacional italiana se habla de que lo mejor ser¨ªa dar marcha atr¨¢s en el tiempo y volver a la situaci¨®n primitiva de hace un a?o, esto puede representar un claro intento de mejorar su posici¨®n en las negociaciones para frenar a la parte espa?ola en sus deseos de llevar el asunto ante el Tribunal de Par¨ªs, o una intenci¨®n real de llegar a un acuerdo. Aunque, para mejorar su postura ante sus negociaciones con el INI, a Fiat le bastar¨ªa con garantizar una cifra importante de exportaci¨®n de autom¨®viles Seat a trav¨¦s de su red internacional, porque eso es vital para el mantenimiento de la empresa espa?ola.
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