"Nuestra atenci¨®n est¨¢ hoy prioritariamente en los problemas de Espa?a"
En un clima de recrudecimiento de la violencia, de temor no disimulado tras el intento de golpe de Estado y de incertidumbre ante el futuro auton¨®mico, en el Pa¨ªs Vasco se cumple ma?ana, 9 de marzo, fecha de las elecciones al Parlamento vasco, el primer a?o de autonom¨ªa efectiva. Carlos Garaikoetxea lendakari del Gobierno surgido de ese primer Parlamento, hace balance de este aniversario y analiza el futuro de la autonom¨ªa a partir del nuevo Gobierno central y la eventual influencia que pueda tener la intentona golpista.
Pregunta. ?Qu¨¦ piensa usted de las duras cr¨ªticas que desde distintos sectores se han hecho a la tard¨ªa reacci¨®n del Gobierno vasco con respecto al fallido golpe de Estado?
Respuesta. A partir de una situaci¨®n de salud nada envidiable, con cuarenta grados de fiebre, yo tuve los l¨®gicos contactos, primero, con la representaci¨®n del Gobierno espa?ol m¨¢s pr¨®xima a m¨ª, en Vitoria, y posteriormente, con el capit¨¢n general de la VI Regi¨®n Militar, con el que tuve una muy larga y grata conversaci¨®n, en la que con claridad absoluta y franqueza me explic¨® la situaci¨®n, que interpretaba era de normalidad total en el ¨¢rea.
Luego quise hablar con la Zarzuela, que era algo as¨ª como el sancta-sanctorum del secreto de los acontecimientos, y como ya he repetido, por sugerencia de la Casa Real, y entendiendo yo que era muy l¨®gico que as¨ª se hiciera, pospuse mi comunicado al pueblo vasco. Debo afirmar que en todo momento y desde el principio el portavoz del Gobierno anunci¨® que ¨¦ste se iba a producir, e incluso yo por alguna radio local llegu¨¦ a tener contacto directo con los oyentes en las primeras horas. La tardanza en el discurso del Rey fue acaso uno de los pocos elementos de inquietud que a m¨ª me asaltaron en aquellas horas cr¨ªticas. Pens¨¦ que ¨¦ste se producirla a las nueve o diez de la noche, horas punta y de m¨¢xima audiencia. Esta circunstancia retras¨® notablemente mi intervenci¨®n.
P. ?C¨®mo valora la situaci¨®n de incertidumbre pol¨ªtica originada en el Estado espa?ol tras la reciente intentona golpista?
R. Yo creo que a todos nos ha quedado una cierta sensaci¨®n de tristeza, de amargura, al comprobar que un temor remoto, que a veces consider¨¢bamos con cierta frivolidad, una amenaza casi t¨®pica, se ha convertido en una realidad. Pienso que la situaci¨®n es seria. Ser¨ªa fr¨ªvolo afirmar lo contrario y negar que los d¨ªas 23 y 24 de febrero han puesto de manifiesto muchas cosas.
Pero, por otro lado, las circunstancias en que se produjo el intento de golpe y sus repercusiones no est¨¢n todav¨ªa claras en todos los extremos, y circulan rumores sombr¨ªos y presagios amenazadores ante los que yo quiero ser optimista y pensar que la vida va a recobrar su pulso normal a corto plazo. En este sentido, mis contactos con el Gobierno central me han resultado estimulantes al ver a un hombre en la c¨²spide de las responsabilidades del Estado mirando con aut¨¦ntica serenidad el porvenir. Todos debemos agudizar nuestro mejor sentido, nuestra mayor prudencia.
P. ?En qu¨¦ medida puede contribuir el Gobierno vasco, claro est¨¢, el PNV, para estabilizar una democracia convaleciente tras los acontecimientos del 23 de febrero?
R. Aparte, naturalmente, de la funci¨®n de la justicia, que nadie puede interferir, debemos contribuir todos con nuestro mejor sentido a la estabilidad del Estado, aunque sin abdicar un ¨¢pice de nuestras respectivas opciones y sin concebir ni por un momento que tengamos que resignamos a un sistema de libertades controladas. El Gobierno vasco, se lo dije a Calvo Sotelo, va a trabajar de forma denodada para ser un aut¨¦ntico puntal del sistema y de las instituciones democr¨¢ticas. Y en, ello, si es preciso, va a asumir renuncias en cuestiones que no sean esenciales de su propia problem¨¢tica particular para considerar prioritarios, como creo que debemos hacer todos, los grandes problemas de Espa?a.
P. Aunque el presidente del Gobierno espa?ol parece que ha dejado zanjado por el momento el tema, ?era usted partidario de un Gobierno de coalici¨®n o de concentraci¨®n? ?Lleg¨® a considerar su partido la posibilidad de participar en el mismo?
R. Por un lado, parece que las circunstancias que se dan en Espa?a hoy ofrecen todos los datos cl¨¢sicos que podr¨ªan justificar ese tipo de Gobierno. Nosotros, y en ese sentido el portavoz del PNV fue bastante expl¨ªcito, no volv¨ªamos la cara a esa posibilidad. Sin embargo, a trav¨¦s de los mecanismos constitucionales, ha surgido un candidato que tiene pleno derecho a hacer el Gobierno que ha hecho, y que dice tener elementos de confianza para afrontar con ¨¦xito el per¨ªodo que resta hasta la pr¨®xima legislatura.
El futuro de ese Gobierno va a depender de la capacidad de concertaci¨®n que tenga con los suficientes grupos pol¨ªticos para conseguir una actitud solidaria ante los problemas esenciales de Espa?a en las actuales circunstancias.
P. Ma?ana se cumple el primer aniversario de las elecciones al Parlamento vasco. Un a?o de autonom¨ªa en la pr¨¢ctica. ?Cu¨¢l es su balance del mismo?
R. Pienso que ha existido un desarrollo irregular del proceso auton¨®mico. Hubo, primero, una irritante paralizaci¨®n del mismo. Luego se produjo una indudable aceleraci¨®n que culmin¨® a fin de a?o, con los acuerdos sobre los conciertos econ¨®micos y la polic¨ªa aut¨®noma. Nuevamente, el primer trimestre de 1981 ha sido francamente est¨¦ril, aunque las causas est¨¦n en la mente de todos y hagan, hasta cierto punto, explicable este estado de cosas. Los cimientos del proceso auton¨®mico est¨¢n echados con estos acuerdos y con la estructuraci¨®n -que es tambi¨¦n tarea ardua- de la Administraci¨®n vasca y. su nuevo aparato humano y material que ha habido que crear desde cero.
Para que no se nos acuse de que s¨®lo vendemos frustraci¨®n, quiero decir al pueblo vasco que, hoy por hoy, el saldo de la autonom¨ªa es optimista y positivo y que, haciendo una reflexi¨®n serena y sincera, a la vista de las dificultades que ha habido, quiz¨¢ no podr¨ªamos pretender haber llegado m¨¢s lejos. Y que, por a?adidura, en las circunstancias tan cr¨ªticas como las que hemos vivido, se nos ha asegurado la continuidad del proceso.
P. A la vista del programa expuesto en la sesi¨®n de investidura por Leopoldo Calvo Sotelo y los eventuales efectos del fallido golpe de Estado, ?teme usted que las autonom¨ªas sufran recortes?
R. Siendo sincero debo decir que yo s¨ª tengo un cierto temor a que exista una tentaci¨®n a la ralentizaci¨®n del proceso auton¨®mico o a la rebaja de los techos auton¨®micos que potencialmente permite el estatuto. Debo decir, sin embargo, en honor a la verdad, que el presidente Calvo Sotelo me dej¨® muy claro que nada se va a detener, aunque los ritmos sean racionales, normales. Consiguientemente, debo decir que en el terreno de los principios estamos donde siempre hemos estado. Esperamos que las presiones ambientales no desviar¨¢n estos prop¨®sitos en los responsables del Gobierno espa?ol. De otra parte, debo afirmar que el Gobierno vasco no est¨¢ dispuesto a aceptar ning¨²n recorte en el Estatuto ni en su desarrollo. Pero es que a¨²n voy m¨¢s lejos: creo que esa pretensi¨®n, por lo menos en el terreno de los principios, no la puede tener el Gobierno del Estado ni nadie, ya que se trata de una ley y la ley hay que cumplirla.
P. En la presente coyuntura, ?no corren peligro los conciertos econ¨®micos y la polic¨ªa aut¨®noma?
R. Rotundamente, pienso que no. Tras las conversaciones que he mantenido con el presidente Calvo Sotelo se me han dado seguridades en torno no s¨®lo a estas materias, sino a todo el proceso auton¨®mico. He constatado adem¨¢s, con satisfacci¨®n, que el proyecto de conciertos, tal y como estaba convenido, se ha remitido con car¨¢cter de urgencia al Parlamento.
En cuanto a la polic¨ªa aut¨®noma hay que decir algo importante, y es que no debe verse en el deseo de la asunci¨®n de las competencias policiales un rasgo estricto de ego¨ªsmo auton¨®mico, sino m¨¢s bien un gran sentido de la responsabilidad, porque ejercer hoy funciones policiales en Euskadi es, utilizando una expresi¨®n popular, como tomar una patata caliente.
P. ?Sigue usted creyendo que en la profundizaci¨®n del Estatuto Vasco est¨¢ la clave para la pacificaci¨®n de Euskadi?
R. S¨ª, absolutamente. En Euskadi siguen subsistiendo las mismas tesis pol¨ªticas: la radical y la moderada; la rupturista y la sustentada en la fe, en el proceso democr¨¢tico e institucional, en la v¨ªa pol¨ªtica y pac¨ªfica en la que creemos los que hoy representamos a la mayor¨ªa del pueblo vasco. Y aunque nuestra atenci¨®n, como es l¨®gico, est¨¢ hoy prioritariamente en los problemas generales de Espa?a, ser¨ªa un inmenso error pensar que la problem¨¢tica de Euskadi no exige las mismas soluciones que hemos venido presentando como indispensables en el pasado. Frente a esa leg¨ªtima aspiraci¨®n de autogobierno, creo que lo importante es demostrar que esa aspiraci¨®n puede verse cumplida sin que peligre la fortaleza y la estabilidad del Estado.
P. En un momento delicado como el presente y ante el recrudecimiento de la violencia en Euskadi y la incertidumbre en el proceso auton¨®mico, ?no estar¨ªamos ante una situaci¨®n de emergencia que exigir¨ªa, como en 1936, una concertaci¨®n entre las fuerzas pol¨ªticas vascas que pod¨ªa reflejarse incluso en un Gobierno de concentraci¨®n?
R. Existe una clara situaci¨®n parlamentaria que no nos conduce a un supuesto de un Gobierno de concentraci¨®n o de coalici¨®n, ni las circunstancias son tan excepcionales en Euskadi como en el a?o 1936. Creo que hay un abismo, afortunadamente. Por ello, no hay ning¨²n replanteamiento a este respecto. Pero estoy absolutamente de acuerdo, y as¨ª lo manifest¨¦ ayer a los representantes de los partidos pol¨ªticos, en la necesidad de que todos busquemos acuerdos en temas b¨¢sicos.
P. Muchos observadores pol¨ªticos han querido ver en Euskadi, en el clima de violencia permanente y en la existencia de ETA, el motivo fundamental del intento golpista. ?Cu¨¢l es su opini¨®n al respecto?
R. Tengo que ser sincero al confesar que, efectivamente, el terrorismo, que padece m¨¢s directamente que nadie nuestro pueblo, ha sido y seguir¨¢ siendo un elemento fundamental, una excusa para los que sue?an con el golpe. Pero hay que hacer una reflexi¨®n seria para que no se vuelvan las iras a las que se hacen justos acreedores los grupos que despliegan la violencia contra todo un pueblo.
P. ?C¨®mo valora el alto el fuego de ETApm y la negativa de la rama militar a aceptar su invitaci¨®n para que secunde su iniciativa?
R. Deseo acentuar mi valoraci¨®n positiva sobre el alto el fuego, la paralizaci¨®n de la actividad armada de ETApm. Es un dato que nos debe aportar el optimismo de que las cosas van mejorando en Euskadi. Siento al mismo tiempo una inmensa pena porque adem¨¢s de no haber podido percibir una actitud semejante en ETA Militar, tenemos, siendo realistas, que pensar que a corto plazo incluso puede agudizarse la actuaci¨®n de ETA Militar.
Opino que esta actitud puede significar el predominio de los sectores ideol¨®gicamente m¨¢s sectarios en el aparato de ETAm y la defenestraci¨®n y marginaci¨®n de los elementos hist¨®ricos de la organizaci¨®n, en los que hab¨ªa, quiz¨¢, m¨¢s radicalismo nacionalista que sectarismo ideol¨®gico. Creo que es una mala noticia que en ETAm no se haya apreciado una aproximaci¨®n a las posturas de la rama pol¨ªtico-militar. Mala noticia por los s¨ªntomas que conlleva esa actitud. Tendremos que afrontar esta seria perspectiva con serenidad, con firmeza y, desde luego, con una actitud de rotunda confrontaci¨®n.
P. Usted afirm¨® a su regreso de Madrid que uno de los objetivos del Gobierno vasco es observar una confrontaci¨®n absoluta contra el terrorismo. ?C¨®mo piensa materializarla?
R. El Gobierno vasco tendr¨¢ que ser y lo est¨¢ intentado ya convertirse en el catalizador de la opini¨®n general mayoritaria de un pueblo vasco que est¨¢ inequ¨ªvocamente en contra de la violencia; de un pueblo vasco que tiene que clamar su en¨¦rgica exigencia del cese de la actividad de ETA. Naturalmente aceptamos y desarrollamos con aut¨¦ntica convicci¨®n ese papel, pero no podemos ser excesivamente optimistas. Las dificultades a corto plazo van a seguir existiendo. Seria angelical por nuestra parte pensar que el problema de ETA se va a difuminar de la noche a la ma?ana con los datos de que disponemos. Ante las graves dificultades tenemos que pedir la comprensi¨®n de toda Espa?a para que considere este problema como una calamidad que afecta directa y especialmente al pueblo vasco.
Por otra parte, a nadie se le oculta que el Gobierno vasco no dispone de un aparato coercitivo propio. Por ello, no cabe pedirle que sus actuaciones revistan la eficacia de una polic¨ªa aut¨®noma que act¨²e fulgurantemente contra las acciones terroristas. Pero quiero que quede claro que, en pura coherencia estatutaria, cuando dispongamos de nuestra propia polic¨ªa, ¨¦sta actuar¨¢ tan contundentemente como la m¨¢s contundente de las polic¨ªas contra toda vulneraci¨®n de la ley y, por supuesto, ante esa vulneraci¨®n flagrante y cruel que es el terrorismo. Y tan estatutaria es la polic¨ªa aut¨®noma como la polic¨ªa del Estado, que coexistir¨¢ con aquella, y que en tanto se cree, aqu¨¦lla desarrolla la totalidad de las funciones policiales.
Pero las actuaciones policiales no son las ¨²nicas ni quiz¨¢ las m¨¢s eficaces para enfrentarse al problema de la violencia. La gran medida pol¨ªtica es evidenciar que este pa¨ªs progresa hacia su autogobierno y que la democracia tiene vigencia a trav¨¦s de las v¨ªas pac¨ªficas e institucionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.