Washington presiona a sus aliados europeos para que paralicen nuevas compras de gas natural a la Uni¨®n Sovi¨¦tica
La nueva Administraci¨®n norteamericana es contraria a que los pa¨ªses comunitarios europeos, encabezados por la Rep¨²blica Federal de Alemania, lleguen a un acuerdo con la Uni¨®n Sovi¨¦tica para el incremento del suministro por ¨¦sta de gas natural. As¨ª se lo manifest¨® al ministro federal, Hans Dietrich Genscher, su colega norteamericano Alexander Haig durante la visita del primero a Estados Unidos, en los primeros d¨ªas de esta semana.
Este nuevo dato, que empa?a a¨²n m¨¢s las relaciones entre los dos pa¨ªses, ha suscitado en los medios de comunicaci¨®n y en los medios pol¨ªticos de Bonn un claro malestar. El Gobierno federal decidi¨® ayer, seg¨²n. dijo su portavoz, Kurt Becker, mantenerse firma a efectos de llegar a un acuerdo con los sovi¨¦ticos y, al. tiempo, explicar a los norteamericanos que sus temores sobre esta operaci¨®n son infundados.La Casa Blanca cree que los sovi¨¦ticos llegar¨¢n a controlar la actividad industrial de Europa occidental si alg¨²n d¨ªa recurriesen a cerrar las espitas de los gasoductos, que instalar¨¢ un consorcio europeo entre los yacimientos de gas siberianos y los pa¨ªses comunitarios y no, que se han adherido al proyecto: RFA, Francia, Italia, Pa¨ªses Bajos, Austria, B¨¦lgica y Suecia.
Bonn est¨¢ convencido de que el volumen del suministro sovi¨¦tico no superar¨¢ el 30% del consumo anual de gas natural de la RFA. La operaci¨®n, desde el lado alem¨¢n, costar¨¢ unos 10.000 millones de marcos, de los que una parte se destinar¨¢ por Mosc¨² a la adquisici¨®n de los compresores e instalaciones (le refrigeraci¨®n necesarias, fabricado por industrias alemanas.
Est¨¢ previsto que la URSS comience: a enviar a partir de 1984 hasta 40.000 millones de metros c¨²bicos anuales por su gigantesco gasoducto. En la actualidad vende a los pa¨ªses envueltos en el proyecto unos 12.000 millones.
La moderada desaz¨®n del Gobierno de Bonn es ya malestar en los comentarios de los observadores pol¨ªticos, que cada d¨ªa se sorprenden con un nuevo contrasentido a cargo del nuevo ocupante de la Casa Blanca y de sus colaboradores. La Prensa alemana recuerda sin paliativos que mientras Washington trata de intervenir en el negocio del gas sovi¨¦tico, olvida que en el pasado oto?o, y a pesar de la entrada sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, autoriz¨® una ping¨¹e operaci¨®n comercial con Mosc¨² a una empresa norteamericaria, ?cuando ya estaba m¨¢s que olvidado el boicoteo de cereales a los sovi¨¦ticos?.
Prudencia oficial
Bonn podr¨ªa estar, sin embargo dispuesto a reestudiar el volumen de su acuerdo con Mosc¨², seg¨²n sugiri¨® el jueves un ayudante del canciller Schmidt, que no quiso ser identificado. El funcionario alem¨¢n dijo que la eventual reconsideraci¨®n de la postura de su pa¨ªs est¨¢ supeditada en parte al informe que el ministro federal de Econom¨ªa, Otto Lambsdorff, haga a su regreso de Estados Unidos, donde se encuentra ahora.
En cualquier caso, el Gobierno federal alem¨¢n est¨¢ dispuesto a considerar tres elementos centrales en cualquier evaluaci¨®n que haga de su desacuerdo con Washington. Primero, su consideraci¨®n de que el comercio es un importante factor de estabilizaci¨®n en las relaciones Este-Oeste. Segundo, su deseo de mantener buenas relaciones con la Administraci¨®n Reagan. Tercero, su inter¨¦s en no asumir una posici¨®n que puede estar en abierta contradicci¨®n con la que adopte Francia.
Cr¨ªticas a Reagan
Al margen de esta operaci¨®n, los alemanes y en especial[ la izquierda socialdem¨®crata acumulan dudas sobre el tenor de la pol¨ªtica exterior de Ronald Reagan. El sistema practicado por la Casat Blanca para clarificarlas no parece el m¨¢s adecuado. El ex presidente Gerald Ford ha pasado por Bonn y aparte de decir al canciller Schmidt que es el pol¨ªtico al que m¨¢s aprecia de cuantos ha conocido fuera de Estados Unidos, tambi¨¦n ha recordado a los alemanes en general que ?mejorar las relaciones germano- norteamericanas no s¨®lo traer¨¢ ventajas a la RFA, sino que es de capital importancia para la situaci¨®n internacional?.
Ford lleg¨® como emisario especial de Ronald Reagan, al Igual que, las sucesivas comisiones norteamericanas que de un tiempo a esta parte frecuentan Bonn. A pesar de esta asiduidad, los medios informativos dudan de que Norteam¨¦rica est¨¦ dispuesta a clarificar su postura sobre los cohetes de medio alcance en Europa, cuando acuda a finales de marzo a la sesi¨®n del grupo especial de la OTAN, en Bruselas.
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