Cuatro poetas editan su obra "con la intenci¨®n de modificar el mundo"
Cuatro poetas, Fernando G. Delgado, Luis Su?¨¦n, Jos¨¦ Guti¨¦rrez y Eduardo Calvo presentaron sus poemas in¨¦ditos en el barrio madrile?o de Malasa?a. La editorial de poesla Hiperi¨®n es la que corre con la aventura, ?la locura?, dice su director, ?de sacar una serie dedicada a poetas espa?oles, nuevos, contempor¨¢neos y j¨®venes. Con la intenci¨®n, dicen, de cambiar el mundo, el viejo sue?o de todos los poetas?
Apretujados, sudorosos y pasando un mal rato regular pese a los canap¨¦s y la buena voluntad de los organizadores, sacrificados voluntariamente con tal de escuchar -y qui¨¦n sabe si en el colmo de la suerte hasta ver- a los cuatro poetas ?j¨®venes, espa?oles, contempor¨¢neos y nuevos?, cuyos libros son los primeros de la reci¨¦n nacida serie de poes¨ªa Scardanelli que dirige el tambi¨¦n poeta Luis Antonio de Villena, cualquiera pensar¨ªa que no es verdad lo que dice Jes¨²s Mun¨¢rriz, el director de la Editorial Hiperi¨®n, madre de la nueva serie: ?Nos estamos embruteciendo con esta civilizaci¨®n alienante, que nos ha tocado vivir, y cada vez somos m¨¢s b¨¢rbaros. Se lee poca poes¨ªa, mucha menos de la que deber¨ªa leerse?.Pasaron los tiempos en que los manuscritos de los poetas pasaban de mano en mano y eran tema com¨²n de conversaci¨®n. Pas¨® tambi¨¦n, seg¨²n parece, la costumbre de aprender de memoria los poemas del poeta preferido, y hasta la de preferir a alg¨²n poeta..., o al menos conocerle. ? Los j¨®venes son los que m¨¢s poes¨ªa leen?, dice Mun¨¢rriz, ?y hay que reconocer que la moda de convertir los poemas en canciones, aunque a m¨ª personalmente me molesta bastante, ha contribuido a que aumente el inter¨¦s por la poes¨ªa. Pero lo malo es que luego, cuando lees el poema, ya no te suena si no va acompa?ado de la m¨²sica, y eso, l¨®gicamente, no es bueno?.
Y el caso es que leer poes¨ªa se leer¨¢ poco, pero escribirla se escribe mucho. ?Todos los j¨®venes pasan en su momento el sarampi¨®n po¨¦tico, pero luego los verdaderos poetas son los que sobreviven a la enfermedad y siguen escribiendo?, dice el director de Hiperi¨®n. Y, por cierto, que en Espa?a son muchos los que conservan el virus toda su vida, pues, dice, ?el nuestro es uno de los pa¨ªses donde m¨¢s y mejor poes¨ªa se escribe y se ha escrito siempre?. Del siglo que vivimos se ha dicho que es ?el Siglo de Plata? de la poes¨ªa. En las editoriales -las pocas que son capaces de correr la aventura de editar a los poetas- se superponen con frecuencia las ediciones de los cl¨¢sicos vivos, los de la generaci¨®n del veintisiete, que a¨²n producen, como Alberti, Gerardo Diego, D¨¢maso Alonso o Aleixandre, con los nuevos, nov¨ªsimos e in¨¦ditos, aunque estos ¨²ltimos suelen tener que ser los editores de su propia obra, como, por otra parte, lo fueron en su tiempo Juan Ram¨®n, Garc¨ªa Lorca, Neruda o Vallejo, quienes, por supuesto, con sus primeros libros no llegaron ni a cubrir gastos. ?Nosotros tampoco hemos ganado dinero con los poetas nuevos. De esta nueva serie tiraremos mil ejemplares. Venderemos la mitad si todo va bien, pero nos apoyamos en los consagrados para imos manteniendo?, dice Jes¨²s Mun¨¢rriz. ?Es una locura?, reconoce, ?pero vale le pena intentarlo. El sue?o de todos los pocitas ha sido cambiar el mundo. Y yo creo firmemente que si se creara una gran red de bibliotecas por todo el pa¨ªs y se acostumbrara a los ni?os a amar .la poes¨ªa, quiz¨¢ el sue?o se hiciera realidad y todos ser¨ªamos m¨¢s profundos, m¨¢s comprensivos y m¨¢s sensibles?.
Como la mayor¨ªa de los escritores y editores, Mun¨¢rriz considera que la poes¨ªa es un g¨¦nero literarioque anda despacio y, sobre todo en un pa¨ªs con escasos canales de difusi¨®n de la labor po¨¦tica, de dif¨ªcil aceptaci¨®n. Aun as¨ª, sigue editando ?para tratar de cambiar el mundo?.
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