El PSOE, preocupado por la campa?a promovida desde instancias confesionales
Nada m¨¢s iniciarse el Pleno sobre el divorcio, pasadas las diez de la ma?ana de ayer, se pod¨ªa contar en el hemiciclo alrededor de cincuenta diputados, y en el banco azul tan s¨®lo se contaba con la presencia del ministro interesado, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. El turno de intervenciones lo abri¨® el centrista Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn para responder a una intervenci¨®n, realizada el d¨ªa anterior, por el dirigente de Uni¨®n Nacional, Blas Pi?ar. ?Me alegra que el se?or Pi?ar invoque la Constituci¨®n de manera tan reiterada?, dijo en un tono no exento de iron¨ªa, ?porque creo que lo m¨¢s importante es identificarse con su esp¨ªritu?. A continuaci¨®n intervinieron los diputados D¨ªaz Pin¨¦s, que, pese a ser de UCD, mantiene sobre el divorcio las mismas tesis de Coalici¨®n Democr¨¢tica, y el portavoz de este grupo, Juan Luis de la Vallina.
De la Vallina dijo que todos los trabajos realizados por la Comisi¨®n de Justicia del Congreso sobre el proyecto de ley de Divorcio no hac¨ªan si no acrecentar los problemas que tiene planteados la familia. ?El texto que estamos debatiendo?, se?al¨®, ?contiene en realidad una f¨®rmula enga?osa, porque aparentemente se contrae matrimonio religioso, pero en el fondo s¨®lo se admiten los ritos de la celebraci¨®n cat¨®lica. Lo que verdaderamente se implanta con este proyecto de ley es el matrimonio anglosaj¨®n o protestante, aunque ,se intente disfrazarlo con el eufemismo de matrimonio opcional?. Tras este ataque al texto de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, el portavoz de Coalici¨®n Democr¨¢tica defendi¨® su enmienda a la totalidad con la tesis ya conocida: su propuesta consiste en establecer dos tipos distintos de matrimonio, uno religioso e indisoluble y otro civil y susceptible de ser disuelto. El portavoz de Uni¨®n del Pueblo Navarro, Jes¨²s Aizp¨²n, mantuvo una postura muy similar a la De la Vallina.Volvi¨® a intervenir de nuevo el democristiano Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn, quien hizo un repaso a trav¨¦s de los siglos de las distintas etapas que ha sufrido la instituci¨®n matrimonial, y sus palabras constituyeron una clara defensa de que el texto de la Comisi¨®n de Justicia no contradice en absoluto los acuerdos firmados cosa la Santa Sede.
?No podemos otra vez volver a establecer guetos pol¨ªticos o religiosos por confesiones religiosas, a trav¨¦s de una serie de sistemas matrimoniales distintos?, dijo. ?Yo creo?, a?adi¨®, ?que retroceder al mundo medieval en este punto ser¨ªa como dar un salto at¨¢vico en la historia espa?ola. Por eso, hay que regular la instituci¨®n matrimonial como un principio b¨¢sico de la unidad de la Patria, teniendo en cuenta que la formaci¨®n de guetos religiosos por razones de matrimonio ser¨ªa verdaderamente pernicioso?. En la frase siguiente sintetiz¨® la tesis de su intervenci¨®n: ?Naturalmente que se puede celebrar un matrimonio indisolublle can¨®nico, pero naturalmente que esa caracter¨ªstica no est¨¢ protegida por la propia ley civil del Estado. Por consiguiente, voy a decir y voy a defender que nuestro proyecto es conforme con los acuerdos con la Santa Sede, pero es contrario a una cierta y determinada interpretaci¨®n de esos acuerdos?.
Por parte del Grupo Comunista intervino el diputado Jordi Sol¨¦ Tura, quien ' dijo: ?Nuestro grupo entiende que la sociedad actual funciona en base a ideas pluralistas, y no puede primarse a un grupo, aunque sea mayoritario, sobre las dem¨¢s. ?Este proyecto de ley ha incluido una parte importante de los acuerdos jur¨ªdicos con la Santa Sede?, a?adi¨®, ?y, por tanto, la ley est¨¢ sometida a vaivenes de instancias extraparlamentarias. Esta circunstancia no. deber¨ªa ser?, finaliz¨®, ?la que provocase un debate religioso entre las dos Espa?as?.
Intervenci¨®n de Sotillo
El ponente socialista Antonio Sotillo abri¨® la sesi¨®n de la tarde con una alusi¨®n al ?triste espect¨¢culo que est¨¢ dando la mayor¨ªa gubernamental, no porque discuta ampliamente en su seno, sino porque lo hace con ambig¨¹edad y confusamente, jugando al escondite con los dem¨¢s grupos pol¨ªticos?. Al defender la enmienda a la totalidad de sustituci¨®n con texto alternativo del Grupo Socialista, su representante, en una intervenci¨®n que el ministro de Justicia calific¨® de ?amable?, expres¨® la preocupaci¨®n de su grupo parlamentario por la ?campa?a promovida desde instancias confesionales? en contra del divorcio, a la que calific¨® de dogm¨¢tica y autoritaria, y dijo que ? procura. intimidar mediante el miedo a la conciencia individual?.
A juicio del diputado socialista, ?la familia no es atacada por esta ley, como no lo ha sido por cualquier sistema, can¨®nico o no, de disoluci¨®n matrimonial?, y apunt¨® que ?la valoraci¨®n que cada uno de nosotros o la sociedad d¨¦ a esta ley depender¨¢ no s¨®lo de su contenido material, sino de su aplicaci¨®n pr¨¢ctica y de si los ciudadanos encuentran obst¨¢culos leguleyos y trampas jur¨ªdicas?.
Antonio Sotillo dijo que ?el Gobierno no debe actuar ambiguamente ante esta ley, sino exponer las modificaciones concretas que piense hacer, las directrices y sus razones ante el electorado y el pa¨ªs?, y desconfi¨® de las luchas internas de UCD y del texto de divorcio que pudiera salir de ellas. ?La mayor¨ªa gubernamental?, dijo, ?es toda ella, todas sus familias responsables de una u otra ley, y alguien de la mayor¨ªa gubernamental no puede excusar sus responsabilidades, aunque se nos pretenda convencer de lo contrario?.
El representante socialista se neg¨® a admitir, al referirse a las tesis de su grupo en torno al divorcio, ?el concepto de la tolerancia como mal menor. No permitir¨¦?, afirm¨®, ?que mi opini¨®n tenga el estrecho margen que se le concede al mal, al error o a la equivocaci¨®n profunda?. Abog¨® por una actitud ?profundamente modernista y respetuosamente laica?, y critic¨® ?las maniobras tendentes a imponer los criterios confesionales?.
Antonio Sotillo manifest¨® que ?la discusi¨®n sobre la cantidad de divorcio, altera la calidad y cualidad de la instituci¨®n que se regula, y un divorcio corto no puede, ser admitido cualitativamente desde los bancos de la oposici¨®n?. Despu¨¦s de pedir ?una posici¨®n clara y terminante sobre los efectos civiles del matrimonio religioso?, Sotillo afirm¨® que el dictamen de la Comisi¨®n de Justicia no altera la filosof¨ªa del proyecto del Gobierno, y defendi¨® dos tesis: distinguir de forma independiente la separaci¨®n y el divorcio como dos recursos legales distintos y regular el divorcio mediante tres v¨ªas diferentes: el mutuo acuerdo de los c¨®nyuges, unas causas legales tasadas y una situaci¨®n de ruptura difilcilmente superable de la convivencia conyugal.
La siesta de Fraga
Mientras el l¨ªder de Coalici¨®n Democr¨¢tica, Manuel Fraga, dorm¨ªa pl¨¢cidamente en su esca?o, Antonio Sotillo dijo que los socialistas ?creemos sinceramente que nos encontramos con un pueblo mucho m¨¢s liberal que su propio Gobierno y mucho m¨¢s decidido que su ministro de Justicia?. El representante socialista termin¨® su intervenci¨®n mientras los miembros de CD Juan Luis de la Vallina y Manuel Fraga (ya despierto), el portavoz centrista, Miguel Herrero, y el secretario primero de la C¨¢mara,V¨ªctor Carrascal, perteneciente a la familia liberal de UCD, pero miembro del sector cr¨ªtico, intercambiaban opiniones en una de las zonas altas del hemiciclo.
El ponente centrista Javier Moscoso, miembro destacado del sector socialdem¨®crata de UCD, respondi¨® a la intervenci¨®n de Sotillo y 4 la de su compa?ero catal¨¢n Verde i Aldea, que hab¨ªan intervenido por la ma?ana de forma conjunta. Moscoso dijo en la tribuna justo lo contrario de lo que habitualmente afirma fuera de ella: que el grupo centrista est¨¢ cohesionado y que desconoce si ha habido presiones confesionales.
Tras se?alar que al ser las socialistas enmiendas de texto alternativo, ?lo l¨®gico hubiera sido que se pusieran de manifiesto las virtudes de ese texto, y no las desventajas del nuestro?, Javier Moscoso hizo dos precisiones. ?Cuando el se?or Sotillo?, dijo, ?ha dicho que lamentaba el triste espect¨¢culo de la mayor¨ªa, con ocasi¨®n de este debate, supongo que se refer¨ªa a las posturas dentro de UCD, que demuestran - la gran libertad de que gozamos dentro de nuestro grupo parlamentario, donde el amplio debate no tiene nada que ver con su cohesi¨®n?.
La segunda precisi¨®n se refiri¨® a la ?gran campa?a confesional?. Desconozco si ha existido o no?, manifest¨® Moscoso, ?pero nadie podr¨¢. decir que estamos haciendo una regulaci¨®n del divorcio confesional, luego si la campa?a hubiera existido, que yo la desconozco?, insisti¨®, ?la habr¨ªamos superado, ya que ning¨²n miembro del grupo ha estado influenciado en este sentido?.
Javier Moscoso rechaz¨® que el proyecto del Gobierno perpet¨²e los privilegios de la Iglesia cat¨®lica y record¨® que la Constituci¨®n prev¨¦ que los poderes p¨²blicos tengan en cuenta las creencias religiosas de la sociedad espa?ola. ? Lo importante?, dijo, ?es que no se prime a una Iglesia con relaci¨®n a otras, y a un matrimonio, con relaci¨®n a otros?.
El representante de UCD afirm¨® tambi¨¦n que el proyecto concilia ?el principio de igualdad recogido en la Constituci¨®n con el acuerdo con la Santa Sede, aprobado abrumadoramente por esta sala y, por tanto, de obligado cumplimiento?; rechaz¨® que el divorcio propiciado por los centristas fuera ?una carrera de obst¨¢culos?, y dijo que ?no tiene por qu¨¦ existir correspondencia absoluta entre la cantidad de libertad para contraer matrimonio y la cantidad de libertad para romperlo?. Afirm¨® que ?el divorcio por mero consenso no es m¨¢s progresista ni m¨¢s liberal, sino que es un sistema que no nos merece confianza y que est¨¢ siendo. abandonado por leyes tan modernas como la alemana de 1976 o la inglesa de 1973 ?. Tras las intervenciones de los portavoces de los grupos Andalutista Juan Carlos Aguilar; Minor¨ªa Catalana, Jos¨¦ Mar¨ªa Tr¨ªas de Bes, que, entre otras cosas, se opusieron a las enmiendas de devoluci¨®n al Gobierno, por considerar que retrasaban la introducci¨®n del divorcio en Espa?a, se pas¨® a la votaci¨®n. Tanto las enmiendas de devoluci¨®n del centrista D¨ªaz Pin?s y del miembro del Grupo Mixto, Blas Pi?ar, como las del texto alternativo de Coalici¨®n Democr¨¢tica, comunistas y socialistas, fueron rechazadas.
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