La Espa?a recuperada
Todo comenz¨® en los d¨ªas de la resaca del tejerazo, cuando la gente de por aqu¨ª se preguntaba muy indignada por qu¨¦ no hubo manifestaciones monstruo contra el golpe y a favor de la democracia en Euskadi o Catalu?a. Se me ocurri¨® insinuar que si el tricornio se lo meten de rond¨®n en Ajuria Enea al lendakari o a Pujol en la Generalitat, tampoco hubiera habido mill¨®n y medio de madrile?os para protestar de tama?o atropello, por el esc¨¢ndalo que suscit¨® tal observaci¨®n comprend¨ª que todav¨ªa no se considera del mismo rango y gravedad lo que pasa en Madrid que lo sucedido en las otras Espa?as. Ahora la cosa va a peor: dem¨®cratas de toda la vida empiezan a culpar a los movimientos auton¨®micos de las amenazas que pesan sobre las libertades p¨²blicas, la ikurri?a y la senyera, que antes fueron miradas con simpat¨ªa, como veteranos s¨ªmbolos antifascistas, despiertan ahora suspicacias y acusaciones de irresponsabilidad. Unos pocos, de los que viajan en el furg¨®n de cola de la democracia para que dar los primeros en caso de retroceso, ya dan a elegir entre democracia y autonom¨ªas. No s¨®lo es que el golpe sigue su labor de zapa: tambi¨¦n se dir¨ªa que los mayores partidos de izquierda est¨¢n deseando vengar sus fracasos centralistas en las espaldas de los rebeldes perif¨¦ricos que no les rinden la debida pleites¨ªa. Nos abruman los espont¨¢neos fervores patri¨®ticos de quienes pocos motivos han dado en estos cinco a?os para que se dude de su inquebrantable adhesi¨®n. Por ejemplo, la estent¨®rea jura de bandera de Carrillo en la plaza Mayor madrile?a, en ocasi¨®n m¨¢s oportunista que oportuna. Tras escuchar su arenga y sus propuestas de ilegalizar partidos y medios de expresi¨®n que puedan servir de cobertura a grupos armados (vidrioso tema, el de los grupos armados que respaldan a partidos y el de partidos ser¨¢ficamente libres de grupo armado que les ladre), uno se explica mucho mejor que el general Videla fuese apoyado en sus comienzos por el partido comunista argentino, antes de que muchos de sus militantes tuvieran que pagar cara esta astuta jugada t¨¢ctica.La cruz de la cuesti¨®n es, como siempre, el terrorismo etarra. Pero hoy se sabe que ETA militar est¨¢ sumamente dividida y que lo provocativamente absurdo de sus atentados va en relaci¨®n directa con la escasez de apoyo con que cuentan incluso dentro de la organizaci¨®n. Por lo dem¨¢s, cualquier soluci¨®n de alto el fuego debe procurar la colaboraci¨®n de los elementos de Herri Batasuna, muchos de los cuales no son partidarios aprior¨ªsticos de la violencia y la justifican menos cada d¨ªa, sin perder por ello el perfectamente respetable radicalismo de sus propuestas pol¨ªticas. A la vista de lo cual, cabe preguntarse: ?a qu¨¦ l¨®gica pacificadora responde la zarabanda policial en tomo al entierro de Monz¨®n?; ?ya qu¨¦ los insultos y planteamientos tendenciosos de sus necrol¨®gicas en la Prensa estatal, ofendiendo gratuitamente a sus correligionarios y denigrando la memoria de un l¨ªder sumamente discutible, pero cuyo pasado pol¨ªtico es m¨¢s decente que el de un elevado tanto por ciento de nuestros actuales hombres p¨²blicos? Mucho se ha reprochado a determinadas fuerzas pol¨ªticas vascas ceder al chantaje violento de ETA o utilizarlo soterradamente en su provecho frente a Madrid: pues bien, ?a qu¨¦ otro chantaje violento est¨¢n cediendo los de la actual fiesta de la banderita y qu¨¦ espantajo armado quieren esgrirmir, compungidos por fuera y c¨®mplices por dentro, al tratar con Euskadi? El otro tema por el que asoman las orejas (?o el tricornio?) los de la ofensiva pro recuperaci¨®n de la Espa?a ca?¨ª es el del manifiesto en defensa de los derechos del castellano en Catalu?a. La oportunidad en que ha sido publicado y el medio de Prensa elegido para ello bastan para calificar al tal documento, que por lo visto pretende ajusticiar con an¨¦cdotas para manchegos inocentes toda la brega por recuperar una lengua maltratada y postergada. Hablar de las agresiones del catal¨¢n (?y no digamos del euskera!) contra el castellano y sus leg¨ªtimos usuarios me recuerda la interpretaci¨®n que daba cierto periodista ultra del tropiezo entre Tejero y Guti¨¦rrez Mellado, cuando alababa la ?gallard¨ªa? de Tejero al defender su pistola -?un militar nunca debe abandonar sus armas"- contra la ?brutal agresi¨®n? de que era objeto por el teniente general desarmado.
La lucha por la Espa?a plural de las autonom¨ªas es inseparable de la lucha por la democracia, no su antagonista. Si en que hay que recuperar la Espa?a centralista, mon¨®croma, monoling¨¹e e incons¨²til coinciden nuestros prohombres de izquierda y el se?or Tejero, vamos servidos. Porque quienes hoy, ponen como pretexto golpista el separatismo y el terrorismo, ma?ana golpear¨¢n para encubrir la tortura (por cierto, ?qu¨¦ hay, de eso?). y pasado, para acabar con los partidos, los sindicatos y la horda roja en general. o para reimplantar el derecho natural al matrimonio indisoluble y, la anulaci¨®n con donativo para el culto. Quienes primero gritan que se ha ido demasiado lejos son los que est¨¢n dispuestos a impedir por cualquier medio que se vaya a ninguna parte, fuera del corral politiquero y autoritario donde saben ser gallitos. La Espa?a recuperada contra los ?extremismos? auton¨®micos no ser¨ªa m¨¢s que una cara verbalmente democr¨¢tica del viejo totalitarismo estatista.
es profesor de Etica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Antonio Tejero Molina
- 23-F
- HB
- Opini¨®n
- ETA-pm
- Ilegalizaci¨®n partidos
- Manifestaciones
- Orden p¨²blico
- Seguridad ciudadana
- Protestas sociales
- Transici¨®n espa?ola
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Malestar social
- Catalu?a
- Pa¨ªs Vasco
- Golpes estado
- ETA
- Sentencias
- Gobierno auton¨®mico
- Grupos terroristas
- Conflictos pol¨ªticos
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Historia contempor¨¢nea