Oueremos tanto a Glenda
?Queremos tanto a Glenda?, dice Julio Cort¨¢zar de su ¨²ltimo libro, ?supone, simplemente, diez cuentos m¨¢s?. Pero es tambi¨¦n, seg¨²n concede ¨¦l mismo, un hermanamiento con sus sesenta o m¨¢s cuentos anteriores. ?Hay en este libro algunos cuentos que responden a lo que eran mis primeros relatos, y as¨ª Tango de vuelta pudo haber figurado en Bestiario, y lo mismo ocurrir¨ªa en otros casos?.
Tango de vuelta es, seg¨²n Cort¨¢zar, ?un ejercicio de nostalgia de Buenos Aires, una especie de vuelta atr¨¢s. No es una nostalgia lacrimosa la que yo padezco, sino enriquecedora, porque, no me impide sentirme radicado en Par¨ªs cuando el mate me vuelca en una calle de Buenos Aires y en la casa de mi infancia. Creo tambi¨¦n que hay m¨¢s humor que nostalgia en lo que yo he hecho. El humor es una caracter¨ªstica que falta un poco en lo que escribimos en castellano; escasea entre nosotros lo que tienen los ingleses y que es la base del humor anglosaj¨®n: decir cosas capitales como un saludo al pasar?.
Recortes de Prensa
Para defenderse de los ataques de la nostalgia del pasado, Cort¨¢zar se proyecta en el presente, y as¨ª, en Queremos tanto a Glenda ?hay un cuento? (Recortes de Prensa) ?que naci¨® cuando me enter¨¦ de uno de los muchos y terribles episodios de la represi¨®n actual en Argentina. El cuento incluye la reproducci¨®n de la, denuncia que hizo un pariente de las v¨ªctimas. En vez de tratar ese tema en un art¨ªculo pol¨ªtico, me naci¨® la idea de un cuento que fuera tambi¨¦n una denuncia. Y es al tiempo un cuento fant¨¢stico. O sea, que se da la convergencia de la realidad actual, con nombres, precisiones, etc¨¦tera, con un mecanismo literario que puede darle todav¨ªa mal eficacia a esa denuncia cuando se encuentre con la sensibilidad del lector?.
??Podr¨ªa Cort¨¢zar estar en una nueva etapa de su literatura, en la que ¨¦sta se fijara m¨¢s en el testimonio? ?Yo soy un p¨¦simo profeta de m¨ª mismo. No s¨¦ ad¨®nde voy. Sigo escribiendo como escrib¨ª siempre. Hay tras de mi una fuerza que me obliga a sentarme a la m¨¢quina y escribir algo que puede ser un cuento o un articulo sobre la actualidad. ?Que la convergencia es total entre el testimonio y la ficci¨®n? No lo s¨¦ ni me importa?.
Hay que darle cuerda al azar, piensa Cort¨¢zar. ?Cuando el azar funci¨®n a dentro de un contexto de fuerzas positivas hace muy bien las cosas. No s¨®lo encuentra caminos imaginativos, sino tambi¨¦n caminos hist¨®ricos. Los elementos aleatorios nos llevan a tumbos por nuestro camino. Pero al azar hay que ayudarlo, darle posibilidades para que act¨²e favorablemente?.
Ahora Cort¨¢zar: considera que su literatura depende del azar y funciona como una necesidad. De ambos elementos da testimonio su ¨²ltimo libro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.