Le?o y Radio Futura, dos caras del "rock" espa?ol
La pasada semana, uno de los mejores representantes del rock duro espa?ol, el grupo Le?o, tuvo a bien presentarse ante la afici¨®n para, de paso, grabar en vivo el que ser¨¢ su pr¨®ximo elep¨¦. El suceso ocurri¨® en el conocido club Carolina, lleno de personal y de humo para tama?a ocasi¨®n.Dentro del panorama del rock espa?ol, Le?o son de la poca gente que a lo largo del tiempo han sabido mantener unos principios que por lo visto les est¨¢n conduciendo a buenos finales. Mientras otros m¨²sicos de su generaci¨®n (la de la marcha de hace unos a?os) han intentado sin mayor ¨¦xito ponerse a la page de los vientos pop que soplaban por la capital, Le?o no renunci¨® nunca a su rock bronquista, duro, basado en uno de los pocos h¨¦roes guitarreros que poseemos por aqu¨ª: Rosendo Mercado. Y en esta penitencia, que no es tanta, han llevado su premio, porque el p¨²blico, ese p¨²blico al que no han traicionado, como Topo o Coz (dos ejemplos), sabe premiarles la fidelidad. La m¨²sica de Le?o responde al nombre. Es m¨²sica pesada y maciza, pero en el caso de esta gente, con los suficientes matices como para no resultar plasta. Es cierto que Le?o no inventan casi nada; al fin y al cabo, en este asunto todo consiste en ir tomando elementos aislados de otros estilos para incluirlos en el conocido mecanismo de una pulsaci¨®n b¨¢sica capaz de mantener a la gente bailando con aspecto zombie. Y est¨¢ claro que esa gente siempre existe.
Por otro lado, y siguiendo con el tema de las actuaciones que surgen como flores por el asfalto madrile?o (es primavera), mentar la de Radio Futura en la Escuela de Caminos de Madrid. Radio Futura pasa en estos momentos por cambios de personal que han dejado el grupo reducido a cuarteto, teniendo, adem¨¢s, a uno de sus miembros cumpliendo con sus deberes patrios. De esta manera, los conciertos del pasado s¨¢bado fueron apenas una muestra de las nuevas v¨ªas del grupo, que pasan fundamentalmente por el mayor ¨¦nfasis en la cuesti¨®n r¨ªtmica. El p¨²blico pareci¨® bastante convencido, pero es obvio que se notaban falta de ensayo y pulir las posibilidades de esta nueva formaci¨®n. De todas formas, ya parec¨ªa claro que hace falta alg¨²n instrumento m¨¢s, aunque sonando incluso a un 50%, lo suyo resultaba m¨¢s convincente que la mayor¨ªa de las cosas que estamos acostumbrados a escuchar.
Babelia
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