C¨¢ntabros, astures y galaicos
Con la reciente inauguraci¨®n en las salas del Museo Arqueol¨®gico Nacional de la exposici¨®n C¨¢ntabros, astures y galaicos, promovida por la Direcci¨®n General del Patrimonio Art¨ªstico, Archivos y Museos, del Ministerio de Cultura, constatamos la breve, pero interesante, gesti¨®n encauzada por la Subdirecci¨®n General de Arqueolog¨ªa hacia la divulgaci¨®n de las distintas parcelas de nuestra prehistoria en el marco de la sociedad.As¨ª, coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la santanderina cueva de Altamira, y avalando la intensa labor cient¨ªfica desarrollada en el Simposio Internacional de Arte Rupestre entonces celebrado en Madrid, se realiz¨® la exposici¨®n dedicada a Altamira y el arte cuaternario que recorri¨® gran parte de las capitales espa?olas. La misma intenci¨®n presidi¨® la dedicada a las obras p¨²blicas de la Hispania romana, en la que quedaba recogido el variado y sugestivo testimonio arquitect¨®nico conservado en nuestra Pen¨ªnsula de la presencia romana.
C¨¢ntabros, astures y galaicos vienen, pues, a enriquecer y ampliar el conocimiento de esta presencia con motivo del bimilenario de la conquista romana del norte de Hispania.
La informaci¨®n proporcionada en esta exposici¨®n aparece desglosada en tres grandes apartados, a trav¨¦s de los cuales se describe la vida de dichos pueblos antes, durante y despu¨¦s de la conquista, atendiendo b¨¢sicamente a todos aquellos aspectos que, como la organizaci¨®n social, las creencias religiosas, los recursos econ¨®micos y el quehacer art¨ªstico, perfilan su personalidad.
De este modo apreciarnos la impronta cualitativa y cuantitativamente legada por Roma sobre tan caracter¨ªstico sustrato ind¨ªgena, cuyas formas y modos de vida est¨¢n tratados exhaustiva y amenamente.
As¨ª, el c¨²mulo de datos pacientemente desentra?ados por la arqueolog¨ªa experimenta una elaboraci¨®n claramente decantada hacia la f¨¢cil e inmediata comprensi¨®n visual de las tem¨¢ticas desarrolladas en la exposici¨®n, cuyos aspectos m¨¢s relevantes hallan un valioso complemento en el resumen del actual conocimiento que poseemos sobre estas culturas, ofrecido por el cat¨¢logo.
Los castros, sus estructuras defensivas, los diferentes tipos de vivienda, los modos en que fueron construidos, as¨ª como las diferentes pr¨¢cticas econ¨®micas y artesanales propias de estas gentes con anterioridad a la conquista romana son, por tanto, asimilables sin dificultad.
Lo mismo ocurre con la cr¨®nica de las guerras emprendidas por Roma para el sometimiento de estos reductos, puesto que aqu¨¦lla aparece desarrollada ampliamente con el apoyo de un mapa luminoso y la interesante muestra que se nos ofrece de las distintas armas empleadas por ambos grupos de contendientes.
El tercer gran apartado es el dedicado a la ocupaci¨®n romana y la pervivencia de las tradiciones ind¨ªgenas. En ¨¦l, la organizaci¨®n pol¨ªtico-administrativa impuesta a la Espa?a Citerior por el alto Imperio, su evoluci¨®n y la paralela trayectoria institucional de la organizaci¨®n social y los usos econ¨®micos adquieren un interesante tratamiento.
Con todo ello, en un momento como el actual, cuando una extraordinaria proliferaci¨®n de hallazgos arqueol¨®gicos continuamente alcanza proyecci¨®n en los distintos medios de comunicaci¨®n, no parece casual la puesta en pr¨¢ctica de este tipo de iniciativa, que, atenta a la divulgaci¨®n y, por tanto, a la aproximaci¨®n de nuestro rico patrimonio cultural a la sociedad, trata de impulsar la Direcci¨®n General del Patrimonio Art¨ªstico, Archivos y Museos a trav¨¦s de la Subdirecci¨®n General de Arqueolog¨ªa, en colaboraci¨®n con los distintos museos espa?oles.
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