El Gobierno italiano publica los nombres de 27.000 evasores fiscales

El ministro socialista italiano Mauro Reviglio presentar¨¢ ma?ana el libro rojo de 27.000 evasores fiscales totales. Se trata s¨®lo de un resumen. De 330.000 contribuyentes analizados, resulta que 27.000 ni siquiera han presentado la declaraci¨®n de la renta. Existe mucha curiosidad period¨ªstica por saber si entre estas personas hay gente conocida p¨²blicamente. Pero sobre todo existe inter¨¦s por el otro libro rojo que revelar¨¢ lo que han declarado el a?o pasado 60.000 personas. Fue este ministro quien dio la sorpresa el a?o pasado de publicar la primera edici¨®n de este libro que caus¨® gran esc¨¢ndalo, porque por primera vez la opini¨®n p¨²blica pudo saber lo que declaraban de rentas pol¨ªticos importantes, artistas de moda e industriales de primera plana. Se supo de este modo que, por ejemplo, Giovanni Agnelli, el due?o del imperio Fiat, declaraba mucho menos que gente desconocida, hasta el punto que se hicieron en seguida chistes. Ahora, en vez de decir ??Qui¨¦n te crees que eres, Agnelli?? habr¨¢ que decir ??Qu¨¦ te crees que eres, Mario Rossi??; es decir, un desconocido que result¨® ser, seg¨²n su declaraci¨®n, el m¨¢s rico de Italia con una peque?a industria de provincia.En la segunda edici¨®n de este libro rojo, que el ministro est¨¢ preparando, las sorpresas ser¨¢n mayores, porque esta vez las 60.000 personas que ser¨¢n confesadas en p¨²blico han sido escogidas con criterios selectivos entre categor¨ªas de prestigio, por lo que figurar¨¢n nombres muy conocidos.

Desde el a?o pasado, y gracias a la actividad del nuevo ministro italiano de Finanzas, se ha podido descubrir que personas que aseguraban ser poco menos que pobres ganaban, seg¨²n las investigaciones hechas por los inspectores de Finanzas, m¨¢s de cien millones de pesetas al a?o, y algunos hasta mil millones. Una buena parte de los contribuyentes declaraba veinte veces menos de lo que ganaba realmente.

Se trata de una guerra, ha dicho el mismo ministro, que no es f¨¢cil combatirla. Ahora, por ejemplo, est¨¢ parada en el Parlamento una ley presentada por este ministro, que pide penas mucho m¨¢s severas contra los grandes evasores, y la c¨¢rcel inmediata, sin esperar a?os y a?os a que se acaben procesos que acaban siempre en agua de borrajas seg¨²n la actual legislaci¨®n.

Pero el llamado partido de la evasi¨®n cuenta con grandes apoyos dentro del Parlamento, y la ley est¨¢ paralizada y hasta acusada de ser demag¨®gica.

Por ahora, el ministro usa todas las armas a su disposici¨®n para atemorizar psicol¨®gicamente a los contribuyentes desleales, sobre todo en un pa¨ªs que durante treinta a?os ha sido un enfermo cr¨®nico en el campo del deber ciudadano de pagar su contribuci¨®n a la comunidad. Los ciudadanos influyentes han encontrado siempre el truco para no pagar. La gente media piensa que, si no pagan los ricos, por qu¨¦ deben pagar ellos, y quienes pagan inexorablemente son quienes viven de su sueldo, porque se lo detraen antes de que les llegue a las manos. Por eso la gran cr¨ªtica que se ha hecho siempre por parte de los sindicatos a los Gobiernos de este pa¨ªs es que ante las crisis econ¨®micas, en vez de pagar con justicia la contribuci¨®n, a los ricos no ha encontrado nunca otro remedio mejor y m¨¢s f¨¢cil que aumentar la contribuci¨®n a los que viven s¨®lo de un sueldo.