Terror m¨¢gico
Desde los temporalmente lejanos tiempos de la guerra fr¨ªa, el cine de terror ha ofrecido como personaje principal a un oscuro ser de ojos alargados que sue?a con dominar el universo a trav¨¦s de las m¨¢s sofisticadas perrer¨ªas.Las pel¨ªculas de James Bond heredaron y actualizaron ese principio del peligro amarillo disimulado en ocasiones con horrores simplemente blancos, Pero la t¨®nica contin¨²a a¨²n en nuestros d¨ªas, hasta el punto de que David Cronemberg ha necesitado explicar la historia de su Scanners a base del mismo absurdo principio. L¨¢stima ,de explicaciones y modas, porque la pel¨ªcula se le escapa de las manos ,sin que su teor¨ªa amenazadora llegue a atravesar el quicio de la justificaci¨®n t¨®pica, perdiendo, por otra parte, lo que de fascinante tiene el origen de su narraci¨®n: la capacidad de unos hombres determinados para regir a los dem¨¢s a trav¨¦s s¨®lo de su propio pensamiento. Poder que les llevar¨ªa a la destrucci¨®n universal si no interviniera el sabio que les dio vida.
Scamners (Su solo pensamiento pod¨ªa matar)
Director y guionista: David Cronemberg.Fotograf¨ªa: Mark lrwin. Int¨¦rpretes: Stephen Lack, Jennifier O'Neil, Patrick McGoohan. Terror, 1980. Locales de estreno: Luchana y Torre de Madrid
Confluyen aqu¨ª, por tanto, ramalazos de muchos mitos del cine (y de la literatura) de terror, lo que parece habitual en el g¨¦nero cuando ¨¦ste no quiere desprenderse de sus fuentes originales, como si en ello residiera su ¨²nico valor. Scan ners tendr¨ªa varios e importantes elementos para independizarle de la tradici¨®n, pero se acoge a ella de forma gratuita y simple.
David Cronemberg, como director, realiza un trabajo h¨¢bil y experto, construyendo el principio y final de la pel¨ªcula con un admirable saber cinematogr¨¢fico. La primera secuencia es, en este sentido, mod¨¦lica, y en el mismo tono algunas otras dispersas. Lo que le pierde finalmente es, como queda dicho, su af¨¢n por explicarse cuando el p¨²blico de nuestros d¨ªas no precisa ya de esas justificaciones o, en todo casojas preferir¨ªa m¨¢s afines a una sensibilidad actual. El hombre que quiere dominar el mundo no tiene en estos momentos esos poderes sobrenaturales, sino muy al contrario, poderes que los dem¨¢s le hemos otorgado y le seguimos subvencionando cada mes. Esa paradoja, y muchas otras que hoy contemplamos, hubieran sido preferibles para explicar la curiosa y original pel¨ªcula de Cronemberg.
Babelia
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