Un matrimonio estadounidense cruzar¨¢ el Atl¨¢ntico a remo
Curtis Saville, de 34 a?os, y su esposa Kathleen, de 25, saldr¨¢n hoy de Santa Cruz de Tenerife para cruzar el oc¨¦ano Atl¨¢ntico en el Excalibur, un bote a remos de siete metros de eslora.Ambos son miembros del Explorers Club, de Nueva York, y seg¨²n sus declaraciones, ?participaran en una nueva y deslumbrante era de la exploraci¨®n que ya se ha iniciado? y a la que ellos contribuir¨¢n mediante el estudio de las especies marinas que viven en las costras de alquitr¨¢n formadas en la superficie del mar. Esta singular aventura tendr¨¢ una duraci¨®n estimada de unos tres meses. En la primera etapa, Casablanca-Tenerife, el matrimonio Saville invirti¨® veinticuatro d¨ªas.
Al parecer, esta ser¨¢ la temporada de las largas traves¨ªas a remo. A mediados del mes de septiembre, el franc¨¦s Gerard d'Aboville finalizaba con ¨¦xito su traves¨ªa del Atl¨¢ntico en solitario y a remo tras navegar casi 4.000 kil¨®metros en el Capiten Cook con la ¨²nica fuerza de sus brazos y la corriente de un kil¨®metro por hora que le empujaba rumbo a la costa francesa. Poco m¨¢s tarde ser¨ªa el norteamericano Peter Bird quien iniciaba la arriesgada traves¨ªa del Pac¨ªfico desde San Francisco, en el oeste de Estados Unidos, con el Britannia II. Mientras Bird, que fue visto por ¨²ltima vez junto a la costa de M¨¦xico, navega en la actualidad rumbo a Australia, un matrimonio neoyorquino lleg¨® hace ahora dos d¨ªas a Santa Cruz de Tenerife desde Casablanca con objeto de poner la proa de su Excalibur hacia las costas de Florida.
De la misma manera que otros navegantes obsesionados en acometer empresas sembradas de dificultades, a Curtis Saville y su esposa Kathleen no les gusta que se les clasifique entre los llamados ?conquistadores de lo in¨²til?. Por indicaci¨®n de la c¨¢tedra de Biolog¨ªa de la Universidad de Harvard, a lo largo de estos dos meses y medio, el matrimonio Saville recoger¨¢ de la superficie del mar muestras de alquitr¨¢n sobre las que viven determinadas especies microbiol¨®gicas, de cuyas caracter¨ªsticas se conoce relativamente poco. Por otra parte, tratar¨¢n de sacar conclusiones ¨²tiles para los cient¨ªficos acerca del comportamiento humano en situaciones de supervivencia.
Curtis se despertar¨¢ muy pronto cada d¨ªa para remar durante unas dos horas y aprovechar las agradables temperaturas del alba, evitando as¨ª el peligro de deshidrataci¨®n. Mientras tanto, su esposa Kathleen preparar¨¢ un copioso desayuno a base de pan, que har¨¢ ella misma, leche y mermelada. Las horas de sol se dedicar¨¢n preferentemente, al descanso en la diminuta cabina de proa, excepto unas dos horas en las que remar¨¢n juntos. Por la noche tratar¨¢n de recorrer la mayor distancia posible. Para ello, el matrimonio Saville dispone de cuatro pares de remos de fibra de carbono y un piloto autom¨¢tico electr¨®nico que se alimenta con placas solares instaladas en la cubierta del Excalibur.
Preocupados por la duraci¨®n
Una de las principales preocupaciones de esta pareja es la duraci¨®n de la traves¨ªa, pues como declaraba Curtis Saville a este diario, ?en junio se inicia la ¨¦poca de los ciclones en el mar del Caribe y tan s¨®lo disponemos de unos 75 d¨ªas para llegar a la pen¨ªnsula de Florida, en el sureste de Estados Unidos?.En cuanto a la traves¨ªa del Atl¨¢ntico, ¨¦l mayor problema lo constituir¨¢ el agua. El Excalibur tiene incorporados en su casco seis dep¨®sitos con una capacidad total de unos trescientos litros de agua que estiman suficientes. ?La alimentaci¨®n no es ning¨²n problema?, declar¨® Kathleen a EL PAIS, ?pues llevamos suficientes v¨ªveres y adem¨¢s la zona tropical del Atl¨¢ntico norte es muy rica en especies marinas y esperamos pescar numerosas piezas durante la traves¨ªa?.
Hoy, a las siete de la ma?ana, aprovechando el viento del Noreste que por estos d¨ªas sopla en las islas Canarias, el Excalibur saldr¨¢ de la marina de Rada Azul, ocho kil¨®metros al sur de Santa Cruz de Tenerife.
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