Los socialistas italianos intentan superar su "complejo" ante comunistas y democristianos
Nunca un congreso socialista ha despertado en los ¨²ltimos a?os tanto inter¨¦s y curiosidad pol¨ªtica como el 42? Congreso nacional que empieza hoy en Palermo. El congreso deber¨ªa sancionar la ?autonom¨ªa? de un partido que durante a?os ha sufrido un complejo de inferioridad ante el Partido Comunista, segunda fuerza electoral despu¨¦s de la Democracia Cristiana.
Desde que al Partido Socialista lleg¨® el joven y din¨¢mico secretario general Bettino Craxi, que levant¨® a la generaci¨®n de los cuarentones contra los padres hist¨®ricos, el partido empez¨® a modificar su imagen en un sentido ?progresista y reformador?, aunque sin nostalgias marxistas, desvinculado del Partido Comunista y capaz de presentarse al pa¨ªs como una alternativa democr¨¢tica al eterno poder de la Democracia Cristiana.Craxi fue acusado enseguida por la izquierda de su partido de querer convertir al Partido Socialista italiano en un partido socialdem¨®crata, de querer separar a la izquierda del pa¨ªs y de buscar el apoyo del sector m¨¢s conservador de la Democracia Cristiana.
Pero, al mismo tiempo, la aparici¨®n de un Partido Socialista aut¨®nomo, capaz de formular propuestas al pa¨ªs que no fueran siempre al dictado del Partido Comunista no desagrad¨® a la opini¨®n p¨²blica, que empez¨® a otorgar en cada consulta electoral m¨¢s votos al partido de Craxi.
Con un 12% de los votos electorales del pa¨ªs, el Partido Socialista imped¨ªa la formaci¨®n de cualquier gobierno que no sea de su agrado. Sin los socialistas hoy es num¨¦ricamente imposible formar gobierno en Italia, ya que la Democracia Cristiana, que no acepta a los comunistas en el Gobierno, no cuenta ni siquiera con todos los votos de los dem¨¢s partidos para poder presentar un Gobierno ante el Parlamento, a no ser que aceptara p¨²blicamente los votos del partido neofascista de Giorgio Almirante.
Por este motivo, los dos grandes partidos del pa¨ªs: la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, tienen los ojos puestos en este 42 Congreso nacional.
Los comunistas han hecho ya declaraciones muy apaciguadoras. Uno de los miembros m¨¢s importantes de la direcci¨®n del partido; Gerardo Chiaromonte, acaba de afirmar que el programa de econom¨ªa presentado ante el congreso socialista ?es claramente de izquierdas? y que es posible prever un di¨¢logo serio entre los dos partidos de la izquierda despu¨¦s del congreso.
Por su parte, la Democracia Cristiana est¨¢ tambi¨¦n preocupada, sobre todo la izquierda del partido, que siempre ha preferido una colaboraci¨®n con los comunistas porque sabe que Bettino Craxi pondr¨¢ como condici¨®n para seguir cooperando en el Gobierno con la Democracia Cristiana que su partido obtenga la presidencia del Gobierno, que lleva casi cuarenta a?os en manos de los democristianos.
Se trata de una hip¨®tesis que suscita cierto inter¨¦s en un pa¨ªs que tiene ganas de cambiar, sobre todo porque se da cuenta que la Democracia Cristiana es hoy un partido demasiado desgastado por tantos a?os de gobierno e implicado en muchos esc¨¢ndalos.
Programa socialista
En las tesis presentadas por Craxi al congreso se define al Partido Socialista como ?el partido de la renovaci¨®n democr¨¢tica, europea, occidental, laica y reformadora?. Un partido ?con ra¨ªces populares, colocado en el ¨¢rea de la izquierda y representativo del mundo del trabajo, de la cultura y de la t¨¦cnica, y abierto a cuantos viven de su propio trabajo?.
Entre los puntos m¨¢s destacados del programa socialista del 42 Congreso nacional figuran la reivindicaci¨®n expl¨ªcita de una alternativa de Gobierno, una reforma a fondo de las instituciones y de la vida p¨²blica, la liquidaci¨®n del terrorismo, la recuperaci¨®n por Italia de un cierto protagonismo internacional, intensificando la lucha por la libertad y la paz en el mundo, la defensa de todos los derechos civiles, de la mujer y de la instituci¨®n del refer¨¦ndum popular como instrumento de democracia directa; la liberalizaci¨®n de la cultura y de la informaci¨®n, la introducci¨®n de un nuevo m¨¦todo de gesti¨®n de la econom¨ªa, con objetivos de desarrollo, de eficiencia, de seguridad y de igualdad social.
Existe mucha expectaci¨®n ante la apertura del congreso. Algunos profetizan que ha llegado la hora de los socialistas, mientras los m¨¢s pesimistas piensan que ser¨¢ dif¨ªcil vencer la paradoja de un pa¨ªs que es socialista en un 40%, pero cuyo partido socialista nunca ha logrado capitalizar esta fuerza potencial. Craxi, que es un milan¨¦s pragm¨¢tico, dijo recientemente a EL PAIS: ?No es cierto que el 40% de los italianos est¨¦n hoy dispuestos a aceptar una profunda renovaci¨®n socialista, porque son a¨²n muy fuertes las resistencias conservadoras, integristas y burocr¨¢ticas. Nuestro papel de socialistas es precisamente el de luchar contra estas fuerzas de la reacci¨®n, para asegurar mayor justicia, libertad y bienestar a todos los trabajadores?.
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