El ocaso del sainete
Que el cine italiano no anda nada bien, al igual que sus hermanos europeos, es cosa sabida. Quien quiera comprobar por s¨ª mismo la crisis por la que atraviesa su comedia no tiene sino acercarse a este sainete, que parece realizado en los peores momentos de los a?os cincuenta. Los tiempos de Pan, amor y fantas¨ªa o de tantos otros t¨ªtulos donde el ingenio o la iron¨ªa hac¨ªan gozar al p¨²blico sin olvidar las miras comerciales se han convertido hoy en puro astrac¨¢n salpicado de lugares comunes.La historia, basada lejanamente en La fierecilla domada, pero cambiados los papeles, nos repite, y no precisamente para mejorarla, aquella otra del conflicto consabido entre dos caracteres en apariencia opuestos y afines en definitiva. El solter¨®n al¨¦rgico a mujeres y amigos recibe un buen d¨ªa la visita de una Ornella Mutti bastante m¨¢s delgada que en sus visitas a Espa?a. Su p¨¦rdida de peso no ha hecho mejorar, sin embargo, sus dotes de actriz, aunque es justo reconocer que el papel, escrito para su lucimiento -como el de Celentano-, no se presta a demasiados alardes. Uno y otro se mueven, convertidos en mu?ecos teatrales, ante un p¨²blico de tercera edad mental y alguna que otra pareja joven que, en tal sentido va quemando a buen paso etapas de sus vidas.
El solter¨®n domado
Direcci¨®n: Castellano y Pipolo. M¨²sica: Dello Mariano. Fotograf¨ªa: Maechino Sandro Tamborra. Int¨¦rpretes: A driano Celentano, Ornella Multi, Edith Peterf. Comedia. Italia. 1980.Local de estreno: Callao.
Por lo dem¨¢s, la pel¨ªcula est¨¢ realizada muy de acuerdo con el tema, es decir, de modo bastante elemental, sin mayores alardes de los que exige un sainete mediocre. El p¨²blico r¨ªe de todos modos y los actores se dirigen solos, aunque Celentano pequ¨¦ a veces de mon¨®tono, y Ornella Mutti, antigua hu¨¦sped de nuestro cine nacional, no se esfuerce gran cosa m¨¢s all¨¢ de lo que su p¨²blico le exige.
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