La LAU: frenazo y marcha atr¨¢s

LA DEVOLUCI?N DEL proyecto de la ley de Autonom¨ªa Universitaria, pendiente de debate en el Pleno de la C¨¢mara baja, a la comisi¨®n del Congreso, que lo hab¨ªa ya dictaminado tras prolongadas sesiones, no s¨®lo ha merecido las bendiciones de la Junta de Portavoces, sino que ha sido realizada a petici¨®n del PSOE.Ignoramos qu¨¦ virtuosismos interpretativos del reglamento y qu¨¦ retorcidas argumentaciones han sido esgrimidas jur¨ªdicamente, para dar ese frenazo en la secuencia normal del proceso legislativo. No parece, sin embargo, que los avezados expertos que recogieron el Estatuto de

Santiago en un punto indeterminado de su trayecto desde' la Comisi¨®n Constitucional hasta las urnas gallegas, para hacerlo regresar a las Cortes, puedan haber tenido mayores escr¨²pulos o dificultades para meter la marcha atr¨¢s, dentro del palacio de la carrera de San Jer¨®nimo, a la discutida LAU. En cualquier caso, la excusa de que hab¨ªa demasiadas enmiendas al texto pendientes de debate es tan escasamente consistente como profundamente irritante. Si tales enmiendas quedaron en pie en la Comisi¨®n, no se adivina otra raz¨®n para que no sean discutidas en el Pleno que el vergonzante argumento de impedir que sus se?or¨ªas se aburran en las votaciones y huyan de sus esca?os. Pero s¨ª la paciencia y la constancia deben adornar a los diputados en las comisiones, no se ve el motivo de que prescindan de tales virtudes en los Plenos.

No parece, sin embargo, un exceso de malicia sospechar que tras esta chapuza jur¨ªdica se esconde una nueva manifestaci¨®n de ese clima de pactos secretos, chalaneos y opacidades que caracteriz¨® la etapa del consenso y que amenaza con reproducirse, en versi¨®n ampliada y corregida, en el tramo de la concertaci¨®n. S¨®lo as¨ª resultar¨ªa explicable que los socialistas, paladines de la LAU durante los debates en la comisi¨®n, se presten ahora, con Juan Antonio Ortega y Gregorio Peces-Barba agarrados de la mano, a la retirada del Pleno del proyecto ya dictaminado con el fin de lavarle la cara, recortarle las puntas y estrecharle el traje antes de presentarlo en el hemiciclo.

La reincidencia en la pr¨¢ctica de las ciencias ocultas del consenso, en alguna medida responsables de que nuestro r¨¦gimen constitucional est¨¦ actualmente sobrevolando un peligroso tri¨¢ngulo de las Bermudas, constituye seguramente una consecuencia m¨¢s del 23 de febrero. Ahora bien, las direcciones de los partidos y el Gobierno se equivocan si piensan que la mejor manera de conservar las instituciones democr¨¢ticas es suspender su funcionamiento, a fin de evitar su desgaste. Los ciudadanos tienen pleno derecho a conocer las razones reales de la devoluci¨®n de la LAU a la Comisi¨®n del Congreso, las modificaciones de su contenido pactadas por centristas y socialistas y las eventuales contraprestaciones que, en otros terrenos, est¨¦ dispuesto a pagar el Gobierno al PSOE por su inapreciable colaboraci¨®n en este vidrioso tema. Y, por supuesto, tambi¨¦n deben ser informados de hasta qu¨¦ punto las presiones extraparlamentarias que est¨¢n asfixiando al poder legislativo y al poder ejecutivo desde hace varios meses han jugado un papel en esta interrupci¨®n del proceso normal de elaboraci¨®n de la ley de Autonom¨ªa Universitaria.