El fracaso de una orientaci¨®n pol¨ªtica
Hay que considerar en su exacta dimensi¨®n el fracaso del Partido Comunista franc¨¦s (PCF). De cada cuatro electores suyos, uno no le ha seguido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Es el retroceso m¨¢s importante que ha sufrido desde su fundaci¨®n. Se trata, pues, de un evidente fracaso cuantitativo, pero lo es tambi¨¦n cualitativo: la corriente comunista es m¨¢s reducida y adem¨¢s est¨¢ m¨¢s aislada.Su influencia no ha sido jam¨¢s tan d¨¦bil. Con el 15% de los votos en 1936, sus relaciones con la sociedad francesa eran m¨¢s ricas de lo que son hoy con el mismo porcentaje. En particular, su audiencia entre los intelectuales ha dejado de ser lo que era en tiempos del Frente Popular. Su autodefinici¨®n como ?partido de la clase obrera? se ha visto tambi¨¦n comprometida: los primeros an¨¢lisis de los resultados revelan que ha sido en los centros obreros de vieja tradici¨®n comunista donde la p¨¦rdida de votos ha sido m¨¢s grave.
Parece haberse equivocado de clase obrera. El PCF ha salido de este loco desatino desorientado, y puede temerse que los efectos del fracaso electoral se sientan en el seno de la organizaci¨®n. Echemos un vistazo al mapa de alcaldes comunistas: ?cu¨¢ntos de ellos se ver¨¢n ahora amenazados por la nueva relaci¨®n de fuerzas entre socialistas y comunistas?
Una vez esbozado este panorama no conviene equivocarse: es una orientaci¨®n pol¨ªtica la que ha sido derrotada, no la corriente comunista. La direcci¨®n del PCF abandon¨® el terreno en el que su influencia hab¨ªa crecido m¨¢s: el de la unidad de la izquierda. Tras algunas iniciativas, m¨¢s espectaculares que razonadas, la misma direcci¨®n decidi¨® alinearse con Mosc¨². De una manera provocadora, en el caso de Afganist¨¢n. De la manera m¨¢s embarazosa que pueda imaginarse, en el caso polaco.
Esto ha costado caro a una estrategia de unidad popular antimonopolista, que la direcci¨®n del partido ha convertido en un discurso populista, puramente reivindicativo, en el que todo proyecto de nueva sociedad ha quedado ausente. El partido lo ha pagado. No puede equivocarse de sociedad y de siglo impunemente.
Pero si es cierto que una orientaci¨®n ha sido derrotada y una direcci¨®n desautorizada; se equivocan grandemente quienes profetizan la desaparici¨®n del fen¨®meno comunista en Francia y una especie de normalizaci¨®n sobre el modelo de Europa del Norte. Siguen existiendo condiciones para una vuelta a lo que el PCF tiene de m¨¢s aut¨¦ntico. Millares de militantes est¨¢n dispuestos a ello, pero ?podr¨¢ ser vencida la resistencia de un aparato que detr¨¢s de un discurso mesi¨¢nico disimula mal su ambici¨®n de controlar un electorado marginalizado, pero consistente?
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