Karol Wojtyla: un hombre "sin miedo"
A quien, como este corresponsal, ha seguido de cerca la Juan Pablo II no s¨®lo en las audiencias semanales en la plaza de San Pedro, sino tambi¨¦n en todos sus viajes dentro y fuera de Italia, no puede extra?arle que haya podido ser v¨ªctima de un atentado. Si existe una caracter¨ªstica indiscutible del papa Wojtyla es que es un hombre ?sin miedo?, un Papa que nunca se ha preocupado de proteger su persona. Al contrario, ning¨²n Papa en los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªa expuesto tan claramente como ¨¦l. Recuerdo que el embajador de Italia ante el Vaticano cont¨® durante una reuni¨®n personal con un grupo de perio distas que, cuando hab¨ªan indicado que era pr¨¢cticamente impo sible proteger seriamente al Papa durante sus salidas a las parroquias romanas, el Papa mismo respondi¨®: ?No.importa, porque un Papa debe estar siempre dispuesto a morir?.Juan Pablo II es el Papa que en sus diversos discursos ha hablado m¨¢s veces del ?martirio?. Lo ha recordado cientos de veces a los obispos y a los cardenales. Es un Papa que concibe la entrega a la Iglesia como un servicio ?a todo riesgo?. Durante uno de los viajes, concretamente el de Brasil, al corresponsal de EL PAIS que le record¨® en el avi¨®n el asesinato del arzobispo de El Salvador Oscar Romero, Juan Pablo II le respondi¨®: ?Tambi¨¦n yo fui en mi di¨®cesis de Cracovia sucesor de un obispo m¨¢rtir?.
Uno de sus m¨¢s ¨ªntimos colaboradores ha asegurado que un d¨ªa el papa Wojtyla se divirti¨® mucho cuando le contaron que se hab¨ªa difundido la noticia que sal¨ªa en sus viajes con chaleco antibala dentro de la sotana. El Papa se ri¨® mucho de este ?chiste?, dijo el cardenal,. porque si hay una cosa en la que no escucha a nadie es la de que tendr¨ªa que exponerse menos en ciertas circunstancias.
Un Papa que despierta pasiones
Juan Pablo II es un Papa que despierta, por su car¨¢cter, sus intervenciones, su personalidad y su fuerza humana grandes pasiones. Recuerdo que una vez, durante un vi'aj e, una joven dijo, mientras se acercaba a ella Juan Pablo II en un ambiente de gran triunfo: ?Por una parte le admiro, le envidio, me gustar¨ªa ser como ¨¦l, pero por otra me da casi rabia que sea tan fuerte, tan seguro. Me da casi miedo, me siento aplastada por su personalidad. Ante ¨¦l me siento a¨²n m¨¢s fr¨¢gil?.
Esta caracter¨ªstica de la ?fuerza? del papa Wojtyla la han advertido tantas veces los mismos periodistas que le acompa?an durante sus viajes. Una vez un periodista espa?ol le pregunt¨® durante uno de los coloquios en el avi¨®n: ??C¨®mo consigue Su San.tidad ser siempre tan fuerte y tan seguro??, y el Papa le respondi¨®: ?No es cierto, yo no soy fuerte, soy muy d¨¦bil?, y despu¨¦s se volvi¨® para recordar que San Pablo hab¨ªa dicho: ?Encuentro la fuerza en mi misma debilidad?.
En las ¨²ltimas semanas, las diversas intervenciones del Papa en contra del aborto mientras los italianos se preparaban para votar un refer¨¦ndum cat¨®lico que pide la casi total abrogaci¨®n de la actual ley del Parlamento hab¨ªa agriado mucho los ¨¢nimos en el mundo laico. Incluso diarios como Repubblica hab¨ªa salido ayer publicando dos p¨¢ginas enteras de vi?eta de diversos humoristas con ataques dur¨ªsimos al Papa, considerados por mucha gente incluso como gravemente irreverentes, hasta el punto que se vieron por la calle algunas de estas p¨¢ginas hechas pedazos. Por otra parte, en el momento en el que se supo en la calle la noticia del atentado entre la gente que estaba dirigi¨¦ndose en aquel momento al comicio de la plaza del P¨®polo, en el que iban a hablar en contra del refer¨¦ndum de los cat¨®licos los secretarios generales de los partidos Comunista, Socialista, Republicano, Liberal y del Partido Democr¨¢tico de Unidad Proletaria, hubo gente que le dijo en la cara al corresponsal de EL PAIS, que les informaba de que al Papa lo estaban operando: ?Ya era hora de que le dieran una lecci¨®n?. Una an¨¦cdota que revela s¨®lo la tensi¨®n que exist¨ªa la tarde de ayer en Roma,cuando a la misma hora se iba a celebrar en la plaza de San Pedro la audiencia general de los mi¨¦rcoles, en la plaza Navona la manifestaci¨®n de los radicales a favor,del refer¨¦ndum que pide la total liberalizaci¨®n del aborto y en la plaza del P¨®polo el comicio para votar en contra de los dos referendos: el de los.radicales y el de los cat¨®licos.
Un Papa querido por los italianos
Sin embargo, toda Roma qued¨® bloqueada telef¨®nicamente, porque la noticia del atentado caus¨® tal impresi¨®n que todos quer¨ªan comunicar lo ocurrido a sus amigos y familiares y saber noticias. La condena del atentado fue un¨¢nime. Aunque siempre se hab¨ªa temido un atentado a este Papa, los romanos se puede decir que se mostraron masivamente indignados y ofendidos, ya que hab¨ªan aceptado desde el primer momento al Papa pelac¨² con los brazos abiertos, con el mismo cari?o con el que durante siglos hab¨ªan aplaudido siempre a los papas italianos. Se trata en el caso de Juan Pablo II del Papa que ha despertado en Roma mayor simpat¨ªa por su car¨¢cter abierto y porque ha sido el primer Papa que ha recorrido domingo tras domingo todas las parroquias de la capital. S¨®lo Juan XXIII hab¨ªa sido tan simp¨¢tico a los italianos, sobre todo el pueblo, a la gente sencilla.
En el mundo del Vaticano y en el mundo pol¨ªtico italiano exist¨ªa anoche una enorme preocupaci¨®n por las repercusiones que este atentado podr¨¢ tener en el mundo entero. No es casual que todas las cadenas de televisi¨®n y de radio repitieron machaconamente desde los primeros momentos que el autor del atentado ?era un extranjero?, tanto como decir: ?No hemos sido nosotros, los italianos, quienes hemos disparado contra un Papa que goza de la admiraci¨®n de todo el mundo?.
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