Tremendo espect¨¢culo
( ... ) Lo de menos es la nacionalidad, hasta la catadura del hombre que apret¨® el gatillo. Lo m¨¢s importante, lo m¨¢s terrible, es que alguien, perturbado o sereno, por instigaci¨®n o por locura, ha tratado de arrebatarnos a un hombre, tambi¨¦n llamado Juan, que no ha hecho m¨¢s que recordar a los hombres, desde su c¨¢tedra y por los caminos del mundo, que la paz se fundamenta en la justicia, que la vida es un don de Dios que nadie puede arrebatar, que el hombre est¨¢ dotado de valores que saltan por encima de su condici¨®n puramente humana... Un hombre que, adem¨¢s, acaricia los rizos de los ni?os y tiene palabras de consuelo para los que sufren.Tremendo espect¨¢culo el de la tarde de ayer en la plaza de San Pedro, con el cielo por testigo y el coraz¨®n de los hombres de bien, -que a¨²n quedan- latiendo a ritmo desesperado. ?Qu¨¦ nos queda si la paranoia del mundo llega al trance de exigir la vida de Juan Pablo II? Por fortuna, la vida -la suya- tambi¨¦n est¨¢ en manos de Dios. Y dios es bondadoso.
14 de mayo
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