Silencio contra el terrorismo
8 de mayo de 1981, 12.00 horas: ?Una fecha para la historia?, ?por qu¨¦ no?, ?no es mucho m¨¢s memorable que cualquier otra llena de violencia y de sangre? Es posible, ya que tan s¨®lo dos minutos han significado mucho m¨¢s que decenas de a?os. Yo tambi¨¦n estaba all¨ª simple y llanamente, por poder aportar mi peque?o grano de arena para manifestar la condena ante todos aquellos actos de terrorismo; sin embargo, mi mente no alcanzaba a comprender el porqu¨¦ de este terrorismo. Fue curioso encontrar las miradas de tanta y tanta gente; miradas que reflejaban uni¨®n; miradas que reflejaban dolor; miradas que expresaban reflexi¨®n; miradas que reflejaban un simple y sentido ruego; quiz¨¢ muy pocas reflejaran odio; miradas en las cuales se pod¨ªan adivinar peque?as y a la vez, parad¨®jicamente, grandes l¨¢grimas; miradas... que, aunque no lo comprend¨ª hasta m¨¢s tarde, eran el espejo de nosotros mismos; s¨ª, aquel que lloraba, lo exteriorizaba por el que no pod¨ªa hacerlo; el que rezaba lo hac¨ªa por el que no sab¨ªa.... y, mientras tanto, en la mente de todos, el mismo pensamiento, a la vez que un deseo, aunque las situaciones particulares fueran distintas. Mi pensamiento se dirig¨ªa tan s¨®lo a esas personas por mi tan queridas, al igual que a todos sus compa?eros, que quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa puedan caer, a causa de esa lacra, en contra de la cual est¨¢bamos all¨ª y por la que se hab¨ªa derramado ya tanta sangre. Mezclada con este pensamiento, una pregunta sin respuesta: ??Por qu¨¦??. Fueron dos minutos cargados de emoci¨®n, sentimiento, dolor; dos minutos en los cuales todos estuvimos unidos en una misma oraci¨®n, en un mismo pensamiento y, sobre todo, en un mismo silencio; s¨ª, absoluto silencio, porque en esos instantes sobraban las palabras: el silencio gritaba por si solo lo que miles de voces no pod¨ªan expresar: ? i Basta ya! ?:/
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