Mombasa, el grupo sorpresa
La programaci¨®n de jazz, uno de los aspectos m¨¢s positivos de las fiestas de San Isidro, vio frustrada, el pasado jueves, una de sus actuaciones m¨¢s esperadas. Se trataba de la de Freddie Hubbard, que no lleg¨® a Madrid debido a un ataque de ci¨¢tica que le sorprendi¨® en Italia y que le hizo suspender los conciertos programados en G¨¦nova, Tarrasa, Par¨ªs y ¨¦ste de Madrid.Los organizadores; muy apurados, pero en posesi¨®n de todos los telegramas y certificados habidos y por haber, trataron de reparar el entuerto para que no fallara la continuidad en la programaci¨®n, de manera que recurrieron a lo que estaba a su alcance.
Mombasa es una ciudad de Kenia, famosa por sus playas. Pero tambi¨¦n es el grupo de jazz que vino para sustituir a Hubbard. Nadie les conoc¨ªa y todo el mundo en la entrada se hac¨ªa miles de preguntas sobre su presunta m¨²sica. Era como un sobre sorpresa de donde puede salir cualquier cosa, y dice mucho en favor de los 1.500 madrile?os que corrieron el riesgo en la esperanza de descubrir algo desconocido.
Mombasa es un grupo de cinco m¨²sicos capitaneados por el trombonista Lou Blackburn. Practican una m¨²sica f¨¢cilmente identificable como afrojazz o, lo que es igual, una base r¨ªtmica inspirada en bailes sobre la que los solistas, el mismo Blackburn y Charles Green (trompeta, fl¨¹egelhorn y cornett), crean unos solos y unas voces que pertenecen a la m¨¢s recia tradici¨®n jazz¨ªstica.
El concierto dur¨® mucho y al final pod¨ªa resultar algo cansino. El fallo estaba en la bater¨ªa y el bajo, faltos de imaginaci¨®n, como desganados y sin saber extraer de la misma concepci¨®n del grupo un cierto ambiente festivo, una marcha, un swing, adopte ¨¦ste la forma que se prefiera. Y era una l¨¢stima, porque los coros de los dos vientos
eran preciosos, sus s¨®lo bien construidos y con una cantidad de sonidos que pod¨ªan llegar a sorprender. Adem¨¢s, el percusionista Tom Nicholas era un verdadero portento.No s¨®lo le pega a los parches como un poseso, sino que crea bellas sugerencias a trav¨¦s de los incontables instrumentos que posee la m¨²sica afroamericana. Sin ¨¦l, el concierto hubiera sido de un aburrimiento insoportable. Con ¨¦l se salv¨® en gran medida. El p¨²blico trat¨® de divertirse lo mejor posible y en parte lo consigui¨®. De todas formas, el ¨¦xito es suyo. Supo arriesgarse y gan¨®. Por corta cabeza, pero gan¨®.
Babelia
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