El p¨²blico de Cannes acoge con inter¨¦s "Patrimonio nacional", de Berlanga
Patrimonio Nacional ha sido bastante bien acogida por la Prensa extranjera, que cerr¨® con un aplauso un¨¢nime, aunque no apasionado, la proyecci¨®n oficial. No as¨ª, sin embargo, la tan esperada pel¨ªcula, de Liliana Cavani La piel, basada en la novela de Malaparte, con un reparto encabezado por Marcello Mastroianni, Burt Lancaster y Claudia Cardinale.
Es curioso c¨®mo en este Festival de Cannes se controlan las expectativas, de qu¨¦ manera saben encauzarlas (o provocarlas) los productores inteligentes. El cine espa?ol, por el contrario, pasa, en t¨¦rminos general es, con una discreci¨®n que no merece. Nadie ha sabido, ni desde la Administraci¨®n ni desde la empresa privada, recordar a los presentes en Cannes que El nido -ahora en el mercado del filme- fue una de las cinco candidatas al ¨²ltimo Oscar de Hollywood, que Saura gan¨® el pasado Festival de Berl¨ªn, y que El crimen de Cuenca fue esperada con curiosidad el pasado a?o. En este Cannes, esas pel¨ªculas se proyectan con tal modestia que casi no se ven, mientras que cualquier producto norteamericano, italiano, australiano o canadiense -estos dos ¨²ltimos pa¨ªses con locales exclusivos para ellos- son precedidos de pompas y esplendores.A veces, claro, es peor, como ha ocurrido con La piel, pel¨ªcula que consigui¨® no dormir a los espectadores, porque se daba poco cr¨¦ditoa lo que se estaba viendo: una pel¨ªcula rodada con tal torpeza y tantas pretensiones que s¨®lo una bondadosa piedad pod¨ªa hacerla soportable. Liliana Cavani no ha sabido qu¨¦ hacer con la novela de Malaparte ni, lo que es peor, c¨®mo rodarla. Enfrentada a una producci¨®n millonaria, no ha entendido las grandezas y miserias de las grandes producciones, transformando, por tanto, en vulgar espect¨¢culo de zarzuela mala lo que deb¨ªa ser un espect¨¢culo fascinante.
Liliana Cavani ha hecho buena la pel¨ªcula de Michel Cimino, proyectada hace unos d¨ªas en el certamen.
Berlanga, por su parte, ha ofrecido, con esa modestia con que en Cannes se ofrece el cine espa?ol, una pel¨ªcula que, si bien no ha enloquecido a los asistentes, ha sido vista con inter¨¦s. La dificultad de subtitular los diversos di¨¢logos superpuestos con que Patrimonio nacional se hace comprensible al p¨²blico espa?ol, ha sido superada con cierta habilidad: el p¨²blico re¨ªa durante la proyecci¨®n, y en la conferencia de Prensa -tan ¨ªntima como la de cualquier pel¨ªcula que no venga precedida de un lanzamiento multinacional-los asistentes demostraron haber entendido el ¨¢cido humor del autor espa?ol y la parad¨®jica gracia de su actor principal, Luis Escobar, a quien no sorprender¨ªa ver destacado en los premios finales.
Sobre esto, sin embargo, conviene no adelantarse. Muchas ser¨¢n las presiones que el jurado reciba; muchos los cambios que los pr¨®ximos d¨ªas se produzcan. A se?alar entre los asistentes a la conferencia de Prensa de Berlanga la presencia del representante de las multinacionales (norteamericanas, claro: la MPAM), Gronci, atento a la situaci¨®n del cine espa?ol. Llamar la atenci¨®n sobre las declaraciones de Berlanga de que la censura de los a?os franquistas imped¨ªan hacer un cine libre, y ahora, que ese cine es posible, no hay dinero para ponerlo en marcha: ?Patrimonio nacional?, dijo el autor, ?es la pel¨ªcula m¨¢s cara del cine espa?ol: un mill¨®n de d¨®lares?. Cifra que sorprendi¨®, sin duda, a los que esa misma ma?ana hab¨ªan visto volar por la bah¨ªa de Cannes unas avionetas que anunciaban el inminente rodaje de una nueva versi¨®n de Gunga Din, cuyo coste supera los veinte millones de d¨®lares.
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