Fiesta

Shakespeare escribi¨® El sue?o de una noche de San Juan (siempre llamado en Espa?a El sue?o de una noche de verano por mala traducci¨®n de la palabra. Mid summer ) con un esp¨ªritu burl¨®n bromista, algo er¨®tico y de suave ternura l¨ªrica.Lindsay Kemp y David Haugh ton han tomado todo este juego de la obra para hacer uno de sus espect¨¢culos caracter¨ªsticos; sin apenas palabras, con participaci¨®n m¨¢xima de esbozos de danza, expresi¨®n corporal, m¨²sica, algunos gags. Un sentido neobarroco alimenta la escena y exagera -deliberadamente, desde luego- la sensualidad y el erotismo que puso Shakespeare -con una exaltaci¨®n de la ambig¨¹edad- y lo lleva a vece a la simulaci¨®n de la org¨ªa, aunque siempre con un nota de inocencia en el fondo.

Los autores pueden llevar a sus personajes hacia el circo, o ponerles a bailar unajota: su aciert les permite todas las licencias Algunas propuestas de mayor filosof¨ªa que parece tener el espect¨¢culo -la corriente del mal o del destino por debajo de la fiesta, los estratos de poder (arist¨®cratas, campesinos, dioses)- resultan bastante menos evidentes que su car¨¢cter de juego, de fantas¨ªa, de pretexto (en este caso habr¨ªa que decir de postexto). Lo que siempre queda por encima es un gran sentido de lo teatral, una inteligencia creadora, un hallazgo de soluciones t¨¦cnicas para los problemas creados por la necesidad de la magia, y una est¨¦tica brillante.

A veces se siente que los cuerpos pesan ya demasiado; a veces se impone el recuerdo de los dos espect¨¢culos anteriores (en Madrid), de Lindsay Kemp. Pero, generalmente, la fiesta est¨¢ ah¨ª, la preparaci¨®n f¨ªsica consigue sus prop¨®sitos, y la m¨²sica -de Carlos Miranda, interpretada en vivo por un cuarteto, sobre grabaciones previas- tiene continuamente una presencia importante y bien lograda.

El p¨²blico (en el estreno) se dej¨® ganar por el espect¨¢culo y por los int¨¦rpretes, y les hizo repetir los saludos finales una y otra vez.