Los bomberos declinan responsabilidades en caso de incendio en el Hospital Provincial
La mayor¨ªa de los 4.000 enfermos ingresados en el Hospital Provincial, las 5.000 personas que componen la plantilla y los miles de pacientes que acuden a las consultas externas se encontrar¨ªan en grave peligro f¨ªsico en caso de que se declarase un incendio en el interior del complejo hospitalario, fundamentalmente porque la abusiva utilizaci¨®n del espacio libre interior como aparcamiento impide totalmente el paso de los coches de bomberos. As¨ª se afirma en un informe del arquitecto director del Servicio contra Incendios del Ayuntamiento, por lo que la direcci¨®n del hospital ha optado por prohibir el aparcamiento, aunque tenga que enfrentarse con la protesta masiva de la mayor¨ªa de los perjudicados.
El Hospital Provincial, propiedad de la Diputaci¨®n, constituye un enorme complejo de edificios que ocupa toda la manzana comprendida entre las calles Ibiza, Doctor Esquerdo, Doctor Castelo y M¨¢iquez. En sus dependencias trabajan m¨¢s de 5.000 personas, a las que hay que sumar una media de unos 4.000 enfermos hospitalizados y los que acuden diariamente a las consultas externas. Este intenso tr¨¢fico de personal origina que las calles interiores del complejo est¨¦n ocupadas durante toda la jornada por veh¨ªculos de enfermos que acuden a las urgencias, otros de visitantes que aparcan en las inmediaciones del hospital, sin respetar demasiado las placas de prohibici¨®n o incluso dificultando el paso de las ambulancias por utilizar el espacio lateral libre que queda en los accesos de salida y entrada.El miedo al peligro de incendio ha sido una de las constantes de los directores del centro y uno de los problemas a resolver con urgencia m¨¢s insistentemente pedido por el actual, doctor Barros. La direcci¨®n del centro encarg¨® un informe al arquitecto director del Servicio contra Incendios del Ayuntamiento madrile?o, y las conclusiones de ¨¦ste son terminantes: ?Se considera que en la situaci¨®n actual, en caso de necesidad de intervenci¨®n de este servicio, no se podr¨ªa acceder al mayor n¨²mero de pabellones y no se podr¨ªan, en cualquier caso, establecer recorridos de asistencia complementaria. La causa evidente es el exceso y an¨¢rquico aparcamiento de veh¨ªculos privados?.
"Considerando que la ordenaci¨®n del aparcamiento interior no depende del Ayuntamiento, al ser el hospital una propiedad privada?, sigue el informe, ?la direcci¨®n de este servicio interpreta que debe declinar la responsabilidad de sucesos que puedan ocurrir por causa de la situaci¨®n que se expone".
El informe se?ala, previamente a las conclusiones, que en caso de incendio los coches de bomberos s¨®lo podr¨ªan atender a las personas que se encontraran en los pabellones que dan a la calle de Ibiza, y el resto de los edificios, en la medida que permita el radio de acci¨®n de las mangueras, manejadas desde la calle.
A continuaci¨®n se explica que un coche de bomberos necesita calles de un m¨ªnimo de ocho metros de ancho, por lo que debe ser suprimido el aparcamiento en todas aquellas calles interiores que no lleguen a dicha anchura, al estar invadidas por veh¨ªculos privados. Asimismo, en algunos puntos m¨¢s conflictivos, en los que los coches del servicio contra incendios tendr¨ªan que realizar maniobras, la anchura m¨ªnima necesaria sube a diez metros. Se recomienda tambi¨¦n que en las entradas al recinto se supriman aquellas barreras que tengan estropeado el mecanismo de izamiento o aquellas otras que no disponen de personal que las maneje, y que habitualmente est¨¢n cerradas con candado.
Protestas a granel
Las medidas adoptadas por el Consejo de Administraci¨®n proh¨ªben, en primer lugar, el aparcamiento en el interior del complejo a partir de los primeros d¨ªas de junio. El anuncio de tal medida ha suscitado una fuerte reacci¨®n en contra de la mayor¨ªa del personal, que argumenta que muchos trabajadores viven en barrios lejanos o incluso pueblos de la periferia, y que el tiempo invertido y las molestias para llegar al trabajo aumentar¨ªan mucho. Pero no parece que se pueda buscar otra soluci¨®n a gusto de todos, seg¨²n fuentes de la direcci¨®n del hospital, que ya envi¨® una nota oficial al delegado de Circulaci¨®n del Ayuntamiento, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Palac¨ªn, sobre la posibilidad de que se reservara parte de las plazas en bordillo cercan¨ªas al hospital para sus empleados. La contestaci¨®n fue negativa.Al margen que el peligro contra un hipot¨¦tico incendio no acaba en el supuesto citado, en los ¨²ltimos d¨ªas se han renovado los extintores de incendios, de forma que haya uno por cada doscientos metros cuadrados de radio de acci¨®n, comenzar una serie de cursos de formaci¨®n del personal para que est¨¦n preparados en materia de seguridad y lucha contra incendios y la creaci¨®n de una comisi¨®n espec¨ªfica, subordinada a la Comisi¨®n de Seguridad e Higiene, en la que est¨¦n representados el comit¨¦ de empresa, la direcci¨®n del centro, el servicio de bomberos de la Diputaci¨®n y el jefe de mantenimiento del hospital.
Por ¨²ltimo, se est¨¢ atendiendo a otra de las recomendaciones irnportantes del informe del arquitecto municipal, relativa a la instalaci¨®n de nuevas bocas de riego, que se echaban en falta en varios puntos estrat¨¦gicos para la eficacia del servicio, y la colocaci¨®n de cierres cortafuegos capaces de aislar la posible zona siniestrada del resto.
Lo relacionado hasta aqu¨ª, aunque se refiere al Hospital Provincial, se puede extender en l¨ªneas generales a la mayor¨ªa de los grandes centros hospitalarios de la ciudad, sobre todo a aquellos que est¨¢n ubicados en zonas c¨¦ntricas, en las que dificultades de acceso r¨¢pido a los coches de bomberos son bien patentes. Es el caso, por ejemplo, del Hospital Cl¨ªnico, cuyas v¨ªas de acceso est¨¢n materialmente invadidas, tanto las aceras como el estrecho espacio central, por veh¨ªculos de empleados y visitantes.
Se da el caso, y esta es una an¨¦cdota narrada por un alto cargo del Hospital Provincial para ilustrar la gravedad del problema, que el presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, general Gabeiras, acudi¨® al Hospital Provincial en la ma?ana del 7 de mayo, poco despu¨¦s de que murieran en atentado terrorista tres militares que viajaban en el mismo veh¨ªculo del general Valenzuela, jefe del Cuarto Militar del Rey. Al abandonar el centro para dirigirse al Gran Hospital, donde se encontraba hospitalizado el general Valenzuela, el general Gabeiras y sus acompa?antes tuvieron que esperar media hora hasta que sus coches pudieron acercarse a recogerlos.
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