Los Juegos Ol¨ªmpicos, aspiraci¨®n barcelonesa
Barcelona ha levantando definitivamente la bandera ol¨ªmpica. El propio alcalde de la ciudad, Narc¨ªs Serra, pidi¨® ayuda al Rey el pasado s¨¢bado para que la candidatura barcelonesa para 1992 est¨¢ debidamente respaldada. Juan Antonio Samaranch, cuando s¨®lo era un miembro m¨¢s del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, ya so?aba con la posibilidad de traer a Espa?a el mayor espect¨¢culo deportivo del mundo. Ahora, desde la presidencia del COI, ha lanzado la semilla de la idea, que ya ha sido recogida en Barcelona ciudad, que siempre fue una adelantada del deporte espa?ol.
Barcelona no se ha dormido y ya ha tomado postura. De momento le ha ganado por la mano a Madrid a la hora de postular por la organizaci¨®n ol¨ªmpica de 1992, fecha que coincide con el quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica. En Madrid no ha levantado todav¨ªa nadie la voz y todo hace suponer que se dejar¨¢ hacer a la Ciudad Condal, para que sus posibilidades no queden disminuidas. Samaranch estuvo en Madrid en enero y lanz¨® la idea, pero a lo que se ve s¨®lo ha prendido en Barcelona, que es donde el deporte ha tenido siempre caldo de cultivo natural. Barcelona aduce entre sus argumentos los antecedentes prolijos que la avalan.
Barcelona es evidentemente ciudad id¨®nea para este tipo de manifestaciones y posee la capacidad econ¨®mica suficiente para resolver la mayor¨ªa de los problemas. Unos juegos ol¨ªmpicos no pueden ser una manifestaci¨®n de unos pocos, y naturalmente todos los estamentos deportivos nacionales tendr¨¢n que colaborar en el empe?o. Pero de igual manera que en Los Angeles existe un comit¨¦ amparado en las fuerzas econ¨®micas de la ciudad, Barcelona tendr¨¢ que procurarse el apoyo de su potencial industrial para que el esfuerzo municipal no sea aislado. El grave problema ser¨¢n, sin duda, las construcciones deportivas de las que ahora carece, pero los proyectos, tomados desde la lejan¨ªa, como ahora, no tiene por qu¨¦ ser ut¨®picos.
Por el momento, ya consta que Barcelona quiere ser sede. Ha hecho bien el alcalde barcelon¨¦s con anunciar sus prop¨®sitos, para crear el ambiente necesario a fin de que no se planteen los mismos prop¨®sitos ciudades de otros pa¨ªses. La fecha, sin duda, propiciar¨¢ los votos de los pa¨ªses suramericanos representados en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional.
Y mientras los estamentos oficiales de Catalu?a se disponen a preparar los Juegos, el Bar?a se ha hecho a la idea de ganar la Copa del Rey. De momento est¨¢ en las semifinales, en las que se enfrentar¨¢ a la tradici¨®n. Aunque el Athl¨¦tic de Bilbao no est¨¢ en buen momento, en el torneo copero siempre es peligroso. El Barcelona, adem¨¢s, se ha quedado est¨²pidamente sin Alesanco. En el Camp Nou arbitr¨® el inefable Alvarez Marg¨¹enda, el m¨¢s permisivo de los ¨¢rbitros actuales.
El brillante Sp¨®rting que elimin¨® al Real Madrid se las ver¨¢ con el Sevilla de Miguel Mu?oz, equipo que ha tenido los peores escollos del campeonato y que los ha salvado sin graves riesgos. En Madrid, por el momento, y hasta la final, tenemos vacaciones futbol¨ªsticas. Pero desgraciadamente nos queda por lidiar el tema del Comit¨¦ de Competici¨®n, que va a tener estallidos constantes. La benevolencia del Comit¨¦ Superior de Disciplina Deportiva ha paralizado la investigaci¨®n de los grandes conflictos. Nadie se atreve a meterle mano al tema Levante-Huelva, del que existe la denuncia del propio presidente levantinista, que ha afirmado que seis jugadores suyos se vendieron.
Y est¨¢ por estallar el tema de la sanci¨®n a Alfonso Cabeza. Cabeza volver¨¢ a la carga y tendremos de nuevo divertimiento. Feliz, por el momento, s¨®lo es Raimundo Saporta, al que han comunicado que la ¨²ltima auditor¨ªa de la Federaci¨®n de Baloncesto ha tenido todos los pronunciamientos favorables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.