Hacienda y la conciencia colectiva

Pas¨® ya la terrible confesi¨®n general a la Hacienda espa?ola. El ciudadano se rasca el bolsillo con dolor y paga con honda pesadumbre su deuda con el Estado. La televisi¨®n nos ha martirizado constantemente con la publicidad recaudadora. Incluso nos han llenado de miedo amenaz¨¢ndonos con un fantasma electr¨®nico que supervisa nuestras vidas y detecta nuestras posibles mentiras. El ordenador nos controla, nos vigila, y puede hasta castigarnos. Sin embargo, el ciudadano amedrentado todav¨ªa no acaba de creerse que el hecho de pagar le coloca en situaci¨®n de exigir. Es algo que todav¨ªa suena demasiado bonito a los o¨ªdos.Declaremos todos a Hacienda. Digamos la verdad para poder exigir de una vez la verdad. Hacienda nos pide que no defraudemos. Nosotros le pedimos al Gobierno -porque el Gobierno no somos todos- que no defraude, que no oculte, que no desvirt¨²e, que no embrolle m¨¢s las cosas.

A nosotros nos controla el ordenador. A algunas personas de este pa¨ªs les deber¨ªa controlar su propia conciencia, pero como a veces esto no ocurre, convirt¨¢monos todos en conciencias colectivas y censuradoras para que ning¨²n derecho humano pueda volver a ser violado./