La falta de recetas en los servicios de urgencia origina protestas de los pacientes
El hecho de que los Servicios Especiales de Urgencia de los ambulatorios de la Seguridad Social no dispongan de formularios de recetas m¨¦dicas a partir de las nueve de la noche est¨¢ ocasionando algunas reacciones en contra por parte de los asegurados.
El director del ambulatorio Hermanos Aznar, situado en Modesto Lafuente, 21, Sandalio Fern¨¢ndez, que acoge a 170.000 beneficiarios de la Seguridad Social, declar¨® a EL PAIS que la atenci¨®n a los pacientes urgentes est¨¢ asegurada y que las protestas provienen de personas aprensivas, que se encuentran preocupadas por su salud o la de sus familiares, sin que realmente existan motivos para ello.El viernes 5 de junio, un padre se alarm¨® al llevar a su hijo, de cinco a?os, al servicio de urgencias y recibir del m¨¦dico la contestaci¨®n de que, efectivamente, el ni?o ten¨ªa varicela, pero que no pod¨ªa prescribirle nada por falta de recetas y que volviera a buscarlas la ma?ana del d¨ªa siguiente.
Puesto este caso en conocimiento del doctor Sandalio Fern¨¢ndez, director del ambulatorio de Hermanos Aznar, contest¨® que los casos de varicela no se consideran como una enfermedad que requiera un tratamiento de urgencia. En caso que el ni?o hubiera tenido fiebre (est¨¢ comprobado que no la ten¨ªa), el m¨¦dico le hubiera administrado all¨ª mismo un antit¨¦rmico, lo que s¨ª entra dentro de las funciones del Servicio Especial de Urgencia.
Este tiene un dep¨®sito de f¨¢rmacos relacionados con enfermedades o dolencias graves, que, sin serio, convenga atajar lo antes posible, y ¨¦stas se suministran al paciente en el mismo ambulatorio o en casa del mismo si ha sido una visita a domicilio. Lo que ocurre con cierta frecuencia, seg¨²n el doctor Fern¨¢ndez, es que acudan al servicio de urgencias personas que realmente pueden esperar sin problemas a la ma?ana siguiente. Tambi¨¦n puede suceder que un paciente haya acudido directamente a La Paz, o alg¨²n otro hospital, y all¨ª les hayan dicho que no ten¨ªa nada importante y que fuera a su m¨¦dico de cabecera. Estas personas pueden decidir no esperar al d¨ªa siguiente, tal vez porque hayan entendido mal la informaci¨®n del hospital o porque sean muy aprensivas, y vayan al ambulatorio, a partir de las nueve de la noche, donde se encuentran con la misma respuesta: que su caso no es grave, que no se le pueden administrar medicamentos, puesto que ¨¦stos se reservan s¨®lo para aquellos que lo necesiten realmente, y que tampoco se les puede extender una receta porque no tienen impresos.
En la mayor¨ªa de las ocasiones el enfermo, o sus familiares, m¨¢s o menos convencidos, se resignan. En otras surge el enfrentamiento dial¨¦ctico entre m¨¦dico y paciente de ?urgencia psicol¨®gica?, como los denomina el doctor Fern¨¢ndez, quien a?adi¨®: ?Tal vez el sistema sea demasiado r¨ªgido y haya algunos casos en que fuera conveniente extender la receta, pero hay que convenir en que no es l¨®gico que una persona que requiere un tratamiento r¨¢pido salga del centro con una receta y se ponga a buscar la farmacia de guardia.
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