El divorcio, algo personal

Cuanto m¨¢s leo las noticias sobre los debates de la ley de Divorcio, m¨¢s pesada siento la carga de manipulaci¨®n a que somos sometidos los pobres seres vivos ?pensantes?, y no hablemos ya de las pobres seres vivas ?pensantes?.En el tema m¨¢s importante e ineludible de nuestra vida, nuestras relaciones con los otros, se nos delimitan nuestras posibilidades de reacci¨®n personal a todos los niveles: laboral, familiar, ciudadano.

Ya no somos seres ?pensantes?, somos unos aparatitos programados. Si nos pegan, nos explotan, nos ofenden, hemos de esperar a reaccionar equis a?os, los que consideren unos cuantos individuos -que por no s¨¦ qu¨¦ virtud se consideran aptos para mandar en nuestros sentimientos- que nuestra capacidad de aguante podr¨¢ resistir. ?Qu¨¦ instrumento mediador utilizan estos se?ores para medir qu¨¦ cantidad de a?os podremos vivir en una situaci¨®n de angustia sobre nuestro futuro, pendiente de una sentencia judicial sobre nuestra vida privada?

S¨®lo un grito inmenso me queda como reacci¨®n: ?No nos casemos!, porque, si despu¨¦s no podemos soportarlo, tendremos que abrir la puerta de nuestra vida, de nuestros sentimientos, de nuestros afectos, a una serie de se?ores desconocidos que pretender¨¢n que saben mucho m¨¢s que nosotros de nuestro sentimientos, de nuestros afectos y de nuestra vida./