Hace 40 a?os la Alemania nazi invadi¨® por sorpresa la Uni¨®n Sovi¨¦tica
Hace cuarenta a?os, el 22 de junio de 1941, la Alemania nazi inici¨® la guerra contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica. A las 3.15 horas de aquel d¨ªa caluroso, tres millones de soldados, 1.200 aviones, 3.500 veh¨ªculos blindados y 7.400 piezas de artiller¨ªa, la mayor maquinaria b¨¦lica que hasta aquella fecha hab¨ªa contemplado la historia, se puso en marcha para ejecutar la Operaci¨®n Barbarroja.
Lo que Adolfo Hitler y sus generales hab¨ªan previsto como una nueva Operaci¨®n Rel¨¢mpago, de r¨¢pido desenlace, se convirti¨® en una dura guerra de desgaste por la pol¨ªtica de tierra calcinada aplicada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica.Hitler escogi¨® el nombre de Operaci¨®n Barbarroja en recuerdo del emperador alem¨¢n que se march¨® a las Cruzadas y encontr¨® su muerte en un r¨ªo de Asia Menor el a?o 1190. Cuenta la leyenda que el esp¨ªritu de Barbarroja vaga desde entonces por la zona, en espera del renacimiento del imperio alem¨¢n.
Seis meses antes del comienzo de la operaci¨®n, el 18 de diciembre de 1940, la orden n¨²mero-21 del ?F¨¹hrer y Jefe supremo de la Wehrmacht? dec¨ªa en su primer p¨¢rrafo que ?el, Ej¨¦rcito alem¨¢n tiene que estar tambi¨¦n preparado, incluso antes de la terminaci¨®n de la guerra con Inglaterra, para derrotar a la URSS en una r¨¢pida campa?a (Operaci¨®n Barbarroja).
Historiadores norteamericanos registran hasta 84 advertencias sobre los planes deinvasi¨®n alemanes recibidas por el l¨ªder sovi¨¦tico Jos¨¦ Stalin, que segu¨ªa empe?ado en mantener una pol¨ªtica de apaciguamiento frente a Hitler.
Ni los detallados informes del genial esp¨ªa Richard Sorge, desde Tokio, ni la advertencia del soldado Alfred Liskow, que la noche misma de la invasi¨®n cruz¨® la frontera rumana y se pas¨® a los sovi¨¦ticos para informarles del inminente ataque alem¨¢n, consiguieron preocupar a Stalin, que ve¨ªa detr¨¢s de todo ?provocaciones fascistas?. Ensayistas alemanes creen que el error de apreciaci¨®n de Stalin se debi¨® a que ?atribuy¨® a sus contrincantes el mismo fr¨ªo y calculador raciocinio que ¨¦I aplicaba a su pol¨ªtica exterior?.
Bald¨®n sobre el Ej¨¦rcito
En la Rep¨²blica Federal de Alemania, el aniversario de la Operaci¨®n Barbarroja ha provocado reflexiones sobre la implicaci¨®n criminal del Ej¨¦rcito alem¨¢n en los planes hitlerianos. El semanario liberal Die Zeit dedica al tema de ?la batalla m¨¢s sangrienta? casi ¨ªntegramente su suplemento de esta semana.El semario escribe que ?los generales fueron c¨®mplices de Hitler, seducidos o convencidos por ¨¦l, para prescindir en la campa?a que se avecinaba de todos los principios de caballerosidad, de la Convenci¨®n de Ginebra y del derecho internacional?.
Cuatro ¨®rdenes convirtieron al Ej¨¦rcito en c¨®mplice de los cr¨ªmenes nazis:
1. El Ej¨¦rcito y las unidades especiales de las SS hitlerianas se pusieron de acuerdo para la actuaci¨®n de los grupos especiales, encargados de la ejecuci¨®n de jud¨ªos y comunistas, con la tolerancia de los militares.
2. Los ciudadanos sovi¨¦ticos que ofreciesen resistencia no deb¨ªan llevarse ante tribunales de guerra, sino liquidados por las tropas. El teniente general Eugen M¨¹ller escribi¨® que ?el sentido de la justicia deber¨¢ ceder ante las necesidades de la guerra?.
3. Los comisarios pol¨ªticos del Ej¨¦rcito Rojo deb¨ªan ser liquidados por principio, ?sin llamar la atenci¨®n y por orden de un oficial?.
4. Directrices especiales encargaban al Ej¨¦rcito actuar contra ?agitadores bolcheviques, resistentes, saboteadores y jud¨ªos?, de forma en¨¦rgica y sin consideraci¨®n.
De esta forma, el Ej¨¦rcito puso en pr¨¢ctica los principios esboza dos por Hitler en su libro Mein kampf (Mi lucha), sobre la superioridad de la raza aria sobre los infrahombres eslavos y la necesidad de espacio vital (lebensraum), para la gran Alemania.
El historiador conservador Ernst Nolte, califica la campa?a de Rusia, iniciada con la Operaci¨®n Barbarroja, como ?la m¨¢s monstruosa guerra de conquista, de esclavitud y aniquilamiento?. La muerte de 3.300.000 soldados sovi¨¦ticos prisioneros de los alemanes ?corre a cargo, sin duda y exclusivamente, del Ej¨¦rcito?, escribe Die Zeit. El primer balance de p¨¦rdidas sovi¨¦ticas hasta fines de septiembre de 1941, seg¨²n fuentes alemanas, fue de dos millones y medio de soldados muertos, 22.000 piezas de artiller¨ªa, 18.000 tanques y 14.000 aviones.
El avance alem¨¢n lleg¨® incluso hasta una parada de tranv¨ªas en las afueras de Mosc¨², pero no pudo con la capacidad de resistencia sovi¨¦tica, el invierno y, sobre todo, con la falta de abastecimientos.
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